Con 14.000 dólares puedes tapar agujeros, tomarte unos meses sabáticos para viajar por el mundo o invertir en ese negocio que te ronda la cabeza desde hace años. Lo que no conseguirás es emparejar a dos surcoreanos para que se casen, formen un hogar y tengan hijos con los que ayudar al país a salir de la profunda crisis de natalidad en la que lleva años sumido. Y ese empeño de las administraciones por incentivar los emparejamientos está teniendo un efecto peculiar: ha hecho de la soltería un auténtico negocio.
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