La brecha entre los superricos y el resto de la sociedad se ha disparado en los últimos años, siendo ello más notorio en el Reino Unido, donde el 1% más rico obtiene más ingresos que en el resto de ciudadanos de Europa. Según el articulista Danny Dorling del diario 'The Guardian', el 1% de la población más adinerada ha amasado su fortuna a expensas del resto de la sociedad. Entre el 1% de los más ricos no hay médicos ni profesores
Yo muchas veces les digo a mis amigos que a mi lo de la crisis me ha venido muy bien. Quiero decir que hubo un punto en que me di cuenta de lo que se avecinaba y decidí apostar a estar en liquidez, deshaciendome de todo mi patrimonio y empresas para convertirlo en liquido. Así, esperaría a que las cosas cambiaran para buscar nuevas oportunidades de inversión.
Hoy en día pienso que no volveré a abrir nada en la vida y solo participo por ayudar a amigos o familiares en algunas decisiones asesorando o asistiendo, sin entrar nunca a tomar capital de ninguna empresa.
Esto me ocurre porque cuando ganaba mucho dinero, era como una droga. Da igual que tenga mi vida resuelta e incluso la de mis nietos. Llega un momento en que es como coleccionar. Se convierte en una obsesión.
Cuando frené, me di cuenta de que a unos a los que nunca prestaba atención eran mis padres, que nunca me pidieron nada. Llevarlos a un buen restaurante o pasar con ellos unos días de vacaciones era algo que mi forma de vida no me permitía hacer. De hecho, no me podía parar apenas a tomar un café.
Al final, todo es relativo. Hacerse rico te permite muchas cosas, entre otras no preguntarte si puedes permitirte un capricho. Por otra parte, la obsesión con ganar dinero te mete en lios y ese es el final de esta historia.
Cuando quieres ganar más y no puedes hacerlo honradamente, esa obsesión te empuja a no ser tan honrado. Te emnpuja a trapicheos aunque tengas la vida resuelta. Es como una enfermedad, como una droga y vas a hacer lo que sea por tal de que los números mejoren.
Al final, te cansas de todo. Da igual los buenos restaurantes, los buenos hoteles. No los valoras y se puede hacer triste que solo te sientas valorado por los demás cuando eres una maquina de hacer dinero. Ahí descubres quienes son las personas verdaderamente importantes y se resumen en tu familia y los 4 amigos de siempre, normalmente a los que llevas ignorando mucho tiempo.
Yo muchas veces les digo a mis amigos que a mi lo de la crisis me ha venido muy bien. Quiero decir que hubo un punto en que me di cuenta de lo que se avecinaba y decidí apostar a estar en liquidez, deshaciendome de todo mi patrimonio y empresas para convertirlo en liquido. Así, esperaría a que las cosas cambiaran para buscar nuevas oportunidades de inversión.
Hoy en día pienso que no volveré a abrir nada en la vida y solo participo por ayudar a amigos o familiares en algunas decisiones asesorando o asistiendo, sin entrar nunca a tomar capital de ninguna empresa.
Esto me ocurre porque cuando ganaba mucho dinero, era como una droga. Da igual que tenga mi vida resuelta e incluso la de mis nietos. Llega un momento en que es como coleccionar. Se convierte en una obsesión.
Cuando frené, me di cuenta de que a unos a los que nunca prestaba atención eran mis padres, que nunca me pidieron nada. Llevarlos a un buen restaurante o pasar con ellos unos días de vacaciones era algo que mi forma de vida no me permitía hacer. De hecho, no me podía parar apenas a tomar un café.
Al final, todo es relativo. Hacerse rico te permite muchas cosas, entre otras no preguntarte si puedes permitirte un capricho. Por otra parte, la obsesión con ganar dinero te mete en lios y ese es el final de esta historia.
Cuando quieres ganar más y no puedes hacerlo honradamente, esa obsesión te empuja a no ser tan honrado. Te emnpuja a trapicheos aunque tengas la vida resuelta. Es como una enfermedad, como una droga y vas a hacer lo que sea por tal de que los números mejoren.
Al final, te cansas de todo. Da igual los buenos restaurantes, los buenos hoteles. No los valoras y se puede hacer triste que solo te sientas valorado por los demás cuando eres una maquina de hacer dinero. Ahí descubres quienes son las personas verdaderamente importantes y se resumen en tu familia y los 4 amigos de siempre, normalmente a los que llevas ignorando mucho tiempo.
#3 Es curioso, porque en mi caso ha sido en la adversidad económica en la que he descubierto el verdadero valor de los amigos y la familia. La conclusión es la misma, pero por un camino algo más duro.
Se hizo un cálculo de cuanto dinero se necesita para que se auto revalorice simplemente a base de intereses. Llega un punto que si tienes mucho dinero no tienes que hacer nada, basta mirar como crece el solito.
Comentarios
¿Robando a los pobres?
#2 Haber si va a ser eso...
#4 Mis ojos...
#5 Lo siento ya no puedo editar.
Unas bolsitas de manzanilla quizas alivian.
Voy a contar una historia que es personal.
Yo muchas veces les digo a mis amigos que a mi lo de la crisis me ha venido muy bien. Quiero decir que hubo un punto en que me di cuenta de lo que se avecinaba y decidí apostar a estar en liquidez, deshaciendome de todo mi patrimonio y empresas para convertirlo en liquido. Así, esperaría a que las cosas cambiaran para buscar nuevas oportunidades de inversión.
Hoy en día pienso que no volveré a abrir nada en la vida y solo participo por ayudar a amigos o familiares en algunas decisiones asesorando o asistiendo, sin entrar nunca a tomar capital de ninguna empresa.
Esto me ocurre porque cuando ganaba mucho dinero, era como una droga. Da igual que tenga mi vida resuelta e incluso la de mis nietos. Llega un momento en que es como coleccionar. Se convierte en una obsesión.
Cuando frené, me di cuenta de que a unos a los que nunca prestaba atención eran mis padres, que nunca me pidieron nada. Llevarlos a un buen restaurante o pasar con ellos unos días de vacaciones era algo que mi forma de vida no me permitía hacer. De hecho, no me podía parar apenas a tomar un café.
Al final, todo es relativo. Hacerse rico te permite muchas cosas, entre otras no preguntarte si puedes permitirte un capricho. Por otra parte, la obsesión con ganar dinero te mete en lios y ese es el final de esta historia.
Cuando quieres ganar más y no puedes hacerlo honradamente, esa obsesión te empuja a no ser tan honrado. Te emnpuja a trapicheos aunque tengas la vida resuelta. Es como una enfermedad, como una droga y vas a hacer lo que sea por tal de que los números mejoren.
Al final, te cansas de todo. Da igual los buenos restaurantes, los buenos hoteles. No los valoras y se puede hacer triste que solo te sientas valorado por los demás cuando eres una maquina de hacer dinero. Ahí descubres quienes son las personas verdaderamente importantes y se resumen en tu familia y los 4 amigos de siempre, normalmente a los que llevas ignorando mucho tiempo.
#3 Es curioso, porque en mi caso ha sido en la adversidad económica en la que he descubierto el verdadero valor de los amigos y la familia. La conclusión es la misma, pero por un camino algo más duro.
#3 Mira por la ventana que me parece que he visto a los de la UDEF rondando por la puerta de tu casa
Desde luego, muchos no siendo honrados...
Votando a la casta.
Robando, la meritocracia no existe.
Se hizo un cálculo de cuanto dinero se necesita para que se auto revalorice simplemente a base de intereses. Llega un punto que si tienes mucho dinero no tienes que hacer nada, basta mirar como crece el solito.