El relato de los oprimidos puede construirse de diferentes modos. La primera, desde la archivística y las bibliotecas, considerándolos un objeto de estudio. Pero hay una segunda opción que consiste en derribar muros, mezclarse con los de abajo y ponerse a un lado para dejar que ellos se expresen. Esta es la posición que adopta Luis Martín-Cabrera (Cáceres, 1972) en el libro “Insurgencias Invisibles. Resistencias y militancias en Estados Unidos” (La Oveja Roja).
Comentarios
Aquí el moreno paleta lo petaba hace unos años.
Y estos no son el baluarte de la igualdad, sin importar la raza o el color de la piel.
#1 Yo creo que solo hay una raza. Pero vamos, que se entiende lo que quieres decir.