No encontrar trabajo sienta mal a cualquiera, pero en China la presión tanto familiar como social es enorme. Es un mercado muy competitivo y se espera que el joven, si no encuentra trabajo, haga todo lo posible por encontrarlo: formación, estudios, prácticas, trabajos temporales, lo que sea. No trabajar o peor, no buscar trabajo, tiene un impacto negativo en la percepción social. En ese contexto, casi que tiene sentido el surgimiento de un fenómeno de lo más peculiar: pagar por fingir que trabajas.
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