Como un moderno cacique 2.0, el ministro de Industria ha trasladado las maneras con las durante más de 15 años ha manejado Canarias como si fuera su chiringuito, al epicentro del Gobierno. Los diversos casos de corrupción que le han llevado a los tribunales, son para Rajoy una caza de brujas. Sin embargo, sus habituales meteduras de pata, su adicción a las ruedas de prensa trufadas de respuestas falsas y la unanimidad con que ha logrado unir en su contra a empresarios y consumidores están comenzando a dejar al rey desnudo.
Comentarios
bueno, la verdad que el campeonato nacional esta muy reñido.
Es entre mentiroso, ladrón y tonto. Y no tiene una cuarta faceta.