Madrid es una isla. Una isla de calor donde a los días de bochorno asfixiante le suceden noches tórridas. En estas condiciones, buscar un plan con niños fuera de casa, sin piscina o sin recurrir al aire acondicionado de algún centro comercial, es casi una misión imposible. Y pasear al perro o dormir en la capital es todo un desafío. Eso sí, algo más fácil según el lugar en el que viva.
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