Publicado hace 9 años por Malinowski a antroperplejo.wordpress.com

La competencia por el poder es también una competencia por las inversiones, por la atracción del capital nacional e internacional. Barcelona apostó, durante los años noventa y coincidiendo con el efecto provocado por la celebración de los Juegos Olímpicos, por convertirse en un verdadero referente mundial de la industria turística, con especial incidencia en el turismo de congresos y negocios.