El Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) ha reconocido el derecho de una mujer de 53 años, que sufre una grave pérdida de visión y síntomas evidentes de depresión, a percibir una pensión por gran invalidez. La decisión revoca el criterio del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), que se opuso al reconocimiento de este grado al considerar que no se acreditaba la necesidad de ayuda de una tercera persona. El alto tribunal asturiano desestima ahora ese argumento y respalda la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social.
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