Los primeros partidos sólo tenías ojos para Andrés Montes, pero poco a poco te ibas fijando en el crío que soltaba datos a su lado. Lo tenía todo para resultar aburrido. La seriedad, el tono monocorde, el rol de contrapunto sobrio a una fuerza de la naturaleza, esas americanas enormes que le hacían parecer aún más niño... Pero el tipo tenía algo, siempre lo tuv
|
etiquetas: daimiel , andrés montes , nba
#1 Estoy de acuerdo, pero los daimieles son de suscripción de pago.