La partida más esperada solo duró unos segundos. Después de la segunda jugada de Hans Niemann, el campeón del mundo, Magnus Carlsen, abandonó sin luchar la partida en la que se enfrentaban. El duelo se producía después de la retirada del noruego en el torneo de San Luis, donde insinuó, sin decirlo, que el estadounidense le había hecho trampas. El mundo del ajedrez está dividido, aunque ahora mismo el ajedrecista más fuerte de la historia podría tener a más de la mitad de los expertos y aficionados en contra.
Comentarios
#4 A mí es que los códigos no verbales de Niemann no me convencen... no sé qué es... pero hay algo en sus micro gestos que me escama.
Y por eso, mejor las partidas cara a cara.
#1 Cara a cara igual acaban a guantazos, teniendo en cuenta lo que pasó a principios de mes en su enfrentamiento presencial en el torneo que dio origen a esta polémica sobre si Niemann hizo trampa o no: Carlsen, el mejor ajedrecista del mundo, se retira de un torneo entre rumores de que le hicieron trampa
Carlsen, el mejor ajedrecista del mundo, se retira...
heraldo.es#2 Es que es raro, complicado hacer trampas al ajedrez, jugando cara a cara... aunque cosas más extrañas se han visto. Pero jugando vía internet... pfff... hasta al más tonto se le ocurre cómo hacer trampas si no tienes totalmente controlado el ordenador y el entorno del jugador. Que sí, que si un pinganillo en la oreja... que si... que si... todas estas trampas son claramente controlables. Si se quiere.
#3 de ahí todo el tema del vibrador anal para hacer trampas (que a mi no me convence, Carlssen es el mejor jugador de la historia, pero cuando pierde, es un escocido)
#4 >> vibrador anal ... es un escocido
Acabaran jugandose las partidas importantes cara a cara en una jaula de Faraday ... al tiempo!
Magnus no presenta pruebas, falsea el resultado del torneo, sigue dañando la imagen de Nieman...
Roza la calumnia y debería caerle una buena demanda o sanción si no presenta algo sólido o rectifica.
aunque ahora mismo el ajedrecista más fuerte de la historia podría tener a más de la mitad de los expertos y aficionados en contra.
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