Soportan robos, viven con miedo y ahora también sufren una llegada en tromba de menas que han acampado en la Casa de Campo, en las cercanías del centro de acogida menores extranjeros no acompañados situado en el antiguo albergue juvenil Richard Schirrmann. Los vecinos de Batán aseguran que algunos de estos menas que duermen debajo de los árboles y que se asean en una represa del arroyo Meaques son chicos que tras cumplir 18 años no pueden seguir en el centro. «Al ser ya adultos no tienen dónde ir y se quedan aquí y viven de los robos, lo que.
Comentarios
A ver si vais a decir alguno que esta gente es un problema y que deberían volver a su país inmediatamente... so fachas y xenófobos!! Si esta gente te pide tu alianza de oro se la das! y si te piden tu móvil, se lo regalas! (Por otra parte, más os vale hacerlo por lo que os pueda pasar).
Menudo problemón estamos creando o permitiendo que se cree, que es lo mismo. Verás por dónde nos sale el buenismo.