Hace 5 años | Por --603349-- a jotdown.es
Publicado hace 5 años por --603349-- a jotdown.es

Si el cine era una enfermedad, como decía Frank Capra, la televisión de los últimos años se ha convertido en un tratamiento de choque. Según Los Soprano, Mad Men, House of Cards y Breaking Bad, no solo no sabemos quiénes somos ni a dónde vamos sino que ya no sabemos distinguir entre el bien y el mal y, cuando sabemos, elegimos el mal

Comentarios

ContinuumST

Uno se queda con el protagonista de una historia, da igual si es el malo, el bueno o el regular; da igual si es hombre, mujer, niño o animalito parlante. Se queda con el protagonista porque es el que "tira" de la historia hacia adelante.

D

Y eso sin contar la cantidad de gilipollas que "asumen" que la vida es una pelicula. Y que el malo debe ser quien ellos elijan.

A ver... si quereis un malo, hacerlo vosotros y dejar de tocar las pelotas hombre, que aburris.

O montaros una pelicula de los pitufos. En la que pitufina este buena al menos. lol lol lol

D

Esto en psicología se llama hibristofilia, y en distintos grados de intensidad parece ser algo bastante común en muchas mujeres. Aunque la mayoría de mujeres se quedan en la pura fantasía o sienten atracción por hombres que finjen ser malvados pero en realidad no lo son. El postureo de malote que se suele decir. El niño de mama que no sabe ni lavarse los calceties pero se hace un tatuaje, se compra una moto, hace un poco de biceps, prueba un poco de grifa, y ya se cree the punisher, mientras su padre minero o marinero no entiende muy bien lo que su hijo considera ser un hombre duro. Esos suelen ser el perfil que buscan. Solo en los casos más extremos las mujeres buscan emparejarse con hombres realmente malvados y violentos.

Conociento nuestro pasado seguramente todos imaginamos de donde vienen estos deseos. En realidad parece ser simple atracción por hombres que aparentan ser poderosos en todos los aspectos, uno de los cuales también es la violencia y fuerza practicada contra otros hombres. Pero puede ser que también hayan sido potenciados por la cultura popular, donde la figura del hombre caballero bondadoso como referente ha ido siendo mezclada y sustituída, y no de ahora, por la del caballero criminal.