Querida terreta: Cuando pienso en ti, te imagino llena de naranjos, almendros o cerezos en flor, palmeras, masías, arrozales, riuraus, fincas de olivos… y mucho mar. Más allá de lo evidente, tu estilo de vida, tan sol de invierno, siempre he pensado que somos afortunados… Por tu LUZ, esa tan mediterránea que nadie ha pintado como Sorolla. Por tu FUEGO, el de la cremá, el del arroz al sarmiento, el de las torraes… y el del atardecer desde el Faro de San Antonio o La Albufera.