Washington vinculó el castigo, que en realidad supone un aumento del 40%, que se suma al arancel universal anterior, del 10%, a “las recientes políticas, prácticas y acciones por parte del Gobierno de Brasil que constituyen una inusual y extraordinaria amenaza a la seguridad nacional, la política exterior y la economía de Estados Unidos”, según un decreto firmado por Trump y publicado por la Casa Blanca en el que se invoca la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977.