Cerrar Almaraz es una oportunidad para que Extremadura deje de ser una colonia energética y sobre todo que ante la coyuntura geopolítica no podemos obviar que una central nuclear se pueda convertir en un objetivo militar, y ya sabemos lo que puede suponer esto. El riesgo de mantener Almaraz abierta mucho más tiempo de la vida útil para la que fue proyectada es una temeridad y una irresponsabilidad, y es condenar a Extremadura a ser un cementerio nuclear de manera indefinida.
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