Hace semanas leí una noticia alarmante en un periódico de progreso. Al parecer se está produciendo un violento giro a la derecha entre nuestros jóvenes y adolescentes. Alumnos nacidos entrado el siglo XXI manifiestan una cada vez más desinhibida nostalgia de Franco. El reportaje se nutría de testimonios de pedagogos aterrados, inconsolables, casi dispuestos a seguir la senda barbitúrica de Stefan Zweig con tal de no ver el triunfo inexorable de Hitler. El texto resultaba enternecedor. Hace tiempo que el progresismo se solapa con el alarmismo...