
Hoy he visto un comentario interesante, venía a decir que tal como se están poniendo las cosas ser hombre y votar feminismo es igual de estúpido que ser un currante que vota a la derecha. Ahí es nada.
Y bueno, a tenor de las últimas declaraciones de la vicepresidenta, en las que propone en pocas palabras abolir la presunción de inocencia (quizás solo en base a testimonios de mujeres, que todos sabemos que nunca mienten) parece que es bastante peor. No sé, igual lo quieren convertir en un modus vivendi, para revitalizar el ascensor social.
La jugada está clara para las élites: contaminar de hembrismo la izquierda hasta que el hedor sea tan irrespirable que obligues a la gente a cambiar su voto o a quedarse en casa. Y se diría que va funcionando bien.
Porque de izquierdas, no nos engañemos, en lo económico poco o nada se hace. Entonces cuando gobierna la izquierda avanza la agenda feminista y cuando gobierna la derecha avanza la agenda económica, pero los planes de las élites siempre avanzan.
Y para las personas, pues según. El tío de derechas, ese sin ningún conflicto, a votar a los de siempre. La tía de derechas igual, porque al final tampoco la derecha se dedica a deshacer lo hecho.
La tía de izquierdas, feminista a muerte y el tío de izquierdas… a ése se la han colado: no tiene opción política, aunque algún caballo de Troya rojipardo deben tener en ciernes.
Además, mediáticamente está bien gestionado, porque a Dani Alves le pueden haber declarado no culpable, pero todos sabemos que de inocente tiene poco. Poco o nada, pero es que quien lo acompaña al reservado, o donde sea, pues tampoco parece el paradigma de la inocencia.
Y mola porque como es un tío de pasta, pues como que más ganas le tiene la gente, parafraseando a una infame diputada: que se jodan.
Pero no nos engañemos, zorras trepadoras hay por todas partes, no sé si alguien en la izquierda habrá comprado esta bazofia como alguna suerte de lucha de clases posmoderna, pero lo que es en realidad es un bochorno con ninguna clase.
Y vuelvo a oír a Pablo Iglesias, igual porque tiene dos chavalas, creo, que las mujeres quieren volver a casa borrachas y solas. Ya, y yo pasearme por las favelas de Río encendiendo puros con billetes, pero el mundo es como es. Y en realidad ni siquiera me gustan los puros, quiero decir, que ya es un poco hasta como por tocar los cojones, te lo dice hasta la que no sale del té helado: sola y borracha, etc...
Las cosas como mejor se dinamitan es desde dentro. De eso no cabe ninguna duda. La izquierda de este país no es la excepción. Y ahora que ya se han coronado con la impostura máxima, aprovechando un caso que, siendo evidente la culpabilidad, puede fácilmente resultar indemostrable, sólo queda aguardar el derribo.
Han perdido literalmente el norte. No hay opción política al final, o te joden por un lado o te joden por otro, y para la certeza de que te jodan no levantas el culo el domingo, es fácil. Pero no viene de ahora, lo fueron deslizando poco a poco, a través de los años.
Desde el momento en que, ante un caso de embarazo "accidental", la decisión recae exclusivamente sobre la mujer pero de ahí resulta una responsabilidad compartida, el tío que la meta en caliente es simple y llanamente un sub… Subordinado, sí, literalmente. Y bueno, no es una mala definición de “hombre” en el contexto que hablamos, le decía hoy a la familia que por la boca muere el pez y los tíos por la polla. Es ley.
La solución se llama “aborto administrativo”, es de mal gusto, desde luego, y coacciona, qué duda cabe. Pero al menos no decide un por el otro, que es tal como está la cosa hoy en día.
Ni me he hecho viejo, aunque más viejo desde luego soy, ni me he hecho más conservador, ni me he vuelto facha. Vengo años mirando y callando, de un tiempo a esta parte algo menos. Pero llegados a este punto el despropósito es insuperable. Vamos, cuando en el juicio de Héctor de Miguel, alias “Quequé”, al juez se le ocurre poner un ejemplo en el que desprecia la presunción de inocencia todos nos echamos las manos a la cabeza. Que entregue la toga y el mazo. La diferencia es que a ese no lo votamos. Pero a ésta sí.
El cruce de cables en este otro asunto viene de que la culpabilidad de Alves, fuera de tecnicismos legales y a ojo de buen cubero, parece bastante “obvia”. Simplemente por la situación. Lo raro sería que su acompañante entrara donde entrara a ver si el zapatito de cristal era de su talla. Yo sí he tenido tiempo de ver las pelis porno hasta el final y os aseguro que, por lo general, no se casan.
Así que no, no deberías encerrarte en un lavabo, una habitación, o lo que sea, con un desconocido, por muy "conocido" que sea porque, si algo malo pasa, difícilmente vas a poder demostrarlo. Lo que sería un cachondeo es invertir la carga de la prueba, es una ignominia que jodería todo el sistema legal. Y también en estos tiempos tan “líquidos” parece hasta bizarro señalar el valor de las relaciones de confianza.
Pero la “izquierda” que fagocitó a la izquierda sigue enquistada en lo suyo y ahí parece que seguirá, tratando de volver a casa sola y borracha sin ser capaz siquiera de encontrar el puto camino. Y claro, también tienen derecho a encontrar el camino, lo que no está tan claro es que tengan la capacidad.
Porque desde luego, no parecen tener idea de por donde pisan, yo para empezar les contaría el cuento de la caperucita roja. Y luego el de los tres cerditos, por si acaso. Mirad que os mando como corderos entre los lobos. Pero eso supongo que tampoco se cuenta ya. Algunas señoras se diría que de lo que se han divorciado es de la realidad.
Todo el relato del feminismo, de principio a fin es una porquería. Alimentado por al incultura, no en vano el género femenino tiene cierta prevalencia en la educación, que es desde donde se ha promovido. Pero lo cierto es que nunca fue una cuestión de género, si no de clase. Y tan cierto que la sociedad ha asignado diferentes roles por género (que los hombres tampoco escogían) como que las mujeres siempre han tenido una cuota de poder, como mínimo, a través de los hombres, que son en su mayoría francamente manipulables. Ése es el hecho.
Lo saben en todos los servicios de inteligencia, nada más fácil que montarle a alguien un lío de faldas. Sucede que hoy ya ni escandaliza, ya tiene que ser con una menor u homosexual, tal vez…
Y así le luce el pelo a Bill Clinton después de meterle un puro (literal, no figurado) a la becaria en el despacho oval. Inocente becaria, qué duda cabe. No es que ella tratara de medrar, es que su superior se aprovechó de su posición. ¿Seguro? Seguro ambas. Condición de posibilidad, de hecho.
Y en ese juego de sombras andamos ya desde hace décadas, #mee too incluido. Yo es que ya soy muy viejo. Antes si alguien se portaba como una puta y la trataban como una puta, desde luego era tan profundamente lamentable como hoy en día, pero no sorprendía a nadie. La verdad es así de cruda. Claro que no se lo oirás decir a ningún político, ni de izquierdas ni de derechas. A ningún personaje público probablemente. Sin embargo está en el sentido común de todos y cada uno de nosotros y vosotras. ¿Qué hipócritas nos hemos vuelto, no? Hasta para con nosotros mismos… Y cuanto más hipócritas, más manipulables aún.
Y así le luce el pelo a uno, diez años sin echar un polvo, en gran medida por la situación de mierda que han promovido, viendo lo que van gestando en el panorama para oír a las “compañeras” cantar “el violador eres tú”, hablar con tías que sólo manejan referencias femeninas como si lo importante fuera la entrepierna en lugar de la idea y… joder, no es que estuviera bien la cosa, pero la habéis acabado de mandar a la mierda, pero no un poquito, a la mierda de otro sistema solar. Al nivel de que reivindicar la sana igualdad de derechos se ha convertido en una suerte de lobby excluyente y corporativista que reclama sus cuotas como la mafia exige el pago por su protección. Valiente montón de mierda.
Y los sindicatos, con el culo tan abierto que se han de sentar de lado en el taburete del bar, repartiendo lacitos el 8 de marzo. Pues vale, no es que sorprenda. El feminismo no suele hablar de Cleopatra. Ni de la reina de Saba. No saben quién cojones es Zenobia. Ni de Salomé: ¡que me traigan la cabeza del machirulo de Juan el bautista! A la reina de Inglaterra la debieron ver la mayoría, ahí está Ana Patricia Botín. El cambio es espectacular con un toque femenino, oiga. La lobotomización es tal que ya es y se encargarán de que sea una situación irreconciliable por generaciones. Quiero decir, que la situación actual de más divorcios que matrimonios no es muy sostenible en el tiempo cuando lo segundo es condición de posibilidad para lo primero. Y desde luego no parece que volver al pasado sea solución de nada, se diría que está todo por inventar.
Que el vaciado de las viejas pautas que se ha dado en la mayor parte de la sociedad tuviera que rellenarse de algo más que nihilismo y hedonismo. Lo veremos, o se verá, a lo largo de las próximas generaciones. Y las precedentes servirán sin duda de ejemplo como lo han hecho siempre, fundamentalmente de lo que no hay que hacer. Es lo que pasa cuando dejas el mundo en manos de psicópatas enfermos. Pero no os preocupéis, ellos están bien. Quiero decir, a las élites les va bien: siguen profundizando de forma permanente en su enfermedad, que a la postre es la nuestra.
Un mundo a medida del mejor postor donde todo lo compra el dinero y todo se puede tener. Todo, menos lo que no compra el dinero. Eso ni siquiera existe. En fin. En el pecado va la penitencia. On egin.
Los resultados en la noche del domingo se hicieron esperar más de lo previsible presagiando que algo no marchaba bien. Finalmente se ofrecieron unos resultados con un escrutinio del 80% que daban por vencedor a Maduro. Algunos países los reconocieron, otros los cuestionaron y EEUU a través de Blinken señaló su “preocupación”.
Y es muy cierto que se habían pre-ocupado. Se habían ocupado con antelación de todo: el gobierno denuncia ataques informáticos a la infraestructura electoral que produjeron los retrasos en la comunicación de los resultados.
Pero no sólo eso: bajo las acusaciones de fraude, entre los muchos espontáneos que se lanzan a protestar a las calles antes de tener ninguna evidencia de tal fraude, unos cuantos tienen objetivos muy concretos, diversas sedes del Consejo Nacional Electoral.
La policía detiene a algunos instigadores de entre muchos otros altercados y obtienen respuestas: $150 dólares día. Son curiosas las “revoluciones” de hoy en día.
Porque derrocar una estatua puede resultar un gesto simbólico, pero cuando sucede con varias en un breve espacio breve de tiempo cabe suponer que existe una consigna antes que un acto espontaneo.
Si además son de alguien como Chávez, que murió de forma prematura tratando de servir como mejor supo a los intereses de su pueblo y a los principios de lo que en definitiva es el humanismo, es a la postre un atentado, se diría que incluso contra el sentido común.
El objetivo final: que la oposición sea la que realice la contabilidad de los votos. Tan previsto estaba que incluso han ofrecido una web que aunque parece que apenas nadie ha podido consultar, dice ofrecer los datos electorales a cambio de un número de identificación de Venezuela.
Sólo he encontrado una imagen por X de un acta en la que se la oposición se eleva con el 80% de los sufragios. Hasta los más acérrimos opositores deberían contemplar el viejo adaggio de “demasiado bueno para ser verdad”. Pero quién sabe, a algunos tal vez les valga igual.
Hoy el chavismo se ha convocado en las calles, veremos si allí están solamente un 20% de los venezolanos o puede que alguno más.
A estas alturas no es fácil decir qué datos electorales tiene o no tiene el gobierno, además del lío descomunal, seguramente también en el recuento además de en las calles. Pero lo que está más allá de toda duda es que la oposición en Venezuela parece incapaz de asumir cualquier tipo de normalidad democrática. Y más cuando el dólar paga tan bien y lidera el amotinamiento.
El gobierno publicó el mismo domingo un comunicado informando del ataque al sistema electoral y citando algunos nombres propios involucrados a su juicio en la operación. Si no lo intentaran cada vez que tienen una mínima oportunidad supongo que sorprendería más pero a estas alturas ya sólo cabe esperar una recalcitrante reincidencia y un desprecio absoluto por las reglas democráticas.
Si Maduro tiene los votos que dijo no lo sé, es posible que ellos tampoco. Pero viendo la tesitura, las presiones e insistencia de algunos gobiernos extranjeros solicitando las actas parecen incluso llegar a formar parte de esta ecuación de jaque al chavismo.
Supongo que saldremos de dudas en los próximos días, algunos dirán que lo que presentarán será falso, otros que es falso lo de la oposición y lo que queda sin ninguna duda es la democracia destruida por el camino, si es que no estaba ya tocada de muerte por esas latitudes.
Los reclamos a las fuerzas armadas tanto de nacionales como extranjeros presuntamente implicados no sorprende a nadie. Pero seguramente algo sí podemos sacar en claro: nadie con una base electoral del 80, 70 o 60% se arriesga a llevar a cabo una operación de este tipo.
No parece que les haya salido del todo bien. La imagen del candidato anciano y mudo y la portavoz hablando por él es en sí mismo un espectáculo bastante bochornoso, como toda la operación en general. Aún así la moneda está girando en el aire.
Stalin dijo que lo importante no es quien vaya a votar, lo importante es quien cuente los votos. Pero como ha demostrado la oposición en Venezuela eso no tiene nada que ver con el socialismo. Ni desde un punto de vista socialista tiene mucho sentido gobernar en contra de la voluntad de un pueblo.
Se podía ir barruntando con los notables sesgos de su buscador, convertido en escaparate de bazar, pero a raíz de la decisión de Youtube de censurar los enlaces en los comentarios creo que ya se puede afirmar que es definitivo.
Aquellos que vieron nacer la red comprenden perfectamente que el link, enlace, hipervínculo en sus tiempos, es el elemento fundamental.
Sin él no hay interconexión y la red sería sólo un amasijo de contenidos aislados a los que difícilmente se puede acceder. Sí, se puede transmitir la información por correo y otros medios pero si no se puede referenciar públicamente no se puede hablar de difusión, ni es ágil, es matar la red.
Internet se parece cada día más a un itinerario turístico flanqueado por los escaparates de las multinacionales que a la ciudad diversa que un día fue, lo están convirtiendo en un parque temático para el consumo, en una suerte de centro comercial. Lo están matando.
Y ya no es que tengan acceso a tu correo, a tus movimientos a través de tu móvil Android (y si no lo tiene Apple y acaba en el mismo sitio) y quién sabe a qué más, es que se han cargado el invento.
Así que ya va siendo hora de ir abandonando los “servicios” de Google: correo, buscador, mapas y por supuesto navegador. Lo del móvil se antoja algo más complicado pero algo se podrá hacer.
La noticia es de sobras conocida: han detenido a Pável Dúrov en Francia, el CEO de Telegram.
La justificación oficial son los delitos que se puedan organizar mediante la plataforma.
Macron se encargó muy rápido de informarnos por X que no se trataba de una decision política, lo que sin duda confirma que es una decisión política.
Macron, ese ex(?) empleado de la banca Rothchild, derrotado en las últimas elecciones y que se niega ya de forma vergonzante a la formación de un nuevo gobierno encabezado por la coalición vencedora.
Se diría que en Europa han empezado a escuchar a alguien con cerefro, aunque la inteligencia en malas manos es tan nociva como la estupidez.
Para ilustrar un poco el contexto general, Alemania ya abocada a la recesión parece que inicia un viraje. Parece que ahora sí les interesa saber quien voló el Nordstream. Evocando la clásica escena de Casablanca, qué vergüenza, se han enterado de que en este lugar se juega.
Y parece que les interesa saber que la implicación con el atentado no es de otro si no de Zelensky. A partir de ahí el relato se escribe solo: con todo lo que hemos hecho por él, nos ha traicionado.
A nadie se le escapa, mucho antes de todo eso, que la aventura de Ucrania parece estar escribiendo sus últimos capítulos, por más que el epílogo se pueda eternizar o arrojar alguna que otra bochornosa sorpresa como la molesta para todos incursión en Kursk. Y parece que alguien más se ha dado cuenta, además de los que avisamos antes de empezar, o por lo menos se les está empezando a escuchar.
Lo digo porque la pregunta con lo de Dúrov es la de siempre: ¿por qué ahora? Baños y Gisbert manejaron alguna idea que tanto me sedujo que ni recuerdo, y lo he intentado. Pero no mencionaron el reciente atentado en Alemania. Del ISIS. Como los cometidos recientemente en Rusia. Si lo tengo que explicar desde el principio se haría muy largo, pero todos deberíamos tener ya una idea bastante aproximada de a quién nos referimos. Y si a esta pregunta te has respondido con “los moros” vuelve a la casilla de salida.
Comentaban Moragón y Biztoletti los antecedentes de Telegram, hasta donde se sabe o se cuenta: su papel durante el maidán en Kiev, la petición de Rusia de acceso, la salida de Dúrov del país…
No quiere decir que con fuerza bruta no puedan romper la encriptación con facilidad, pero no lo pueden tener en tiempo real ni seguramente de forma masiva.
Luego, esos son los objetivos. Porque se supone que Telegram es la “zona segura”, la que no está integrada en tiempo real en los sistemas del Ojo del Big Brother. O los cinco ojos, los que sean.
Pero no sólo eso, explicaba Moragón, que aunque a veces peque de optimista va siguiendo el tema y algo le llega de por allí, que Telegram se usa tanto por parte rusos como de ucranianos a nivel militar para cuestiones operativas. Pero el punto interesante ya no es ése.
Decía antes que han empezado a escuchar a alguien con cerebro porque una de las cuestiones que citaba Moragón, y es más conocida y contrastada, es que la información que llega fuera de lo que es pura propaganda mainstream se está distribuyendo, principalmente, por Telegram. Y si alguien se ha parado a pensar cómo han perdido esta guerra podría haber llegado hasta ahí.
¿Sería entonces el atentado de Alemania sólo la “segunda versión”, el segundo relato conspiranoico a componer además de la versión oficial? No se creen ni ellos lo que dicen, como para no saber que no les cree el resto, de ahí la necesidad de una segunda versión.
Lo que cabe preguntarse es el papel que va a jugar Europa en esta segunda temporada. Macron está más fuera que dentro, por más que se aferre con uñas y dientes, aún al precio de una dignidad que seguramente nunca estuvo ahí más que en apariencia.
El movimiento del Nordstream parecería señalar un viraje, como decía. Pero en todo caso estaría por ver hacia dónde exactamente. Lo que sí hemos visto es que, en adición al cierre en Europa de RT y Sputnik, ahora se le querría sumar Telegram. Si no para su censura, sí para su control.
Von der Leyen renueva el cargo en breve pero por Scholz no apostaría un duro. Y soy de la idea que dejarán caer a Zelensky tarde o temprano, si es que no lo han hecho ya, la duda es más lo que viene después y no parece que se vaya a pasar de la rusofobia a la rusofilia en dos días. Muy al contrario, el hecho objetivo es que quieren control de Telegram. Casualmente, la plataforma de la “disidencia”. Y es que se cometen ahí un montón de delitos, claro.
Como muchos sabréis el próximo 9 de junio se celebran elecciones europeas. Algo que en condiciones normales estaría entre lo rutinario y lo anodino, en la situación actual podría llegar a ser crucial.
Y claro que conozco la lectura del señor Villarroya y otros tantos, en cuanto al escaso valor del voto y el pobre calado de nuestras democracias, más si cabe para el caso de Europa. Pero, aún siendo bien cierto que muchos de los asuntos de estado están decididos de antemano, si no casi todos, puede ser la última oportunidad para la población civil de mostrar su rechazo a la deriva belicista que se está promoviendo en el seno de la unión, desde la propia figura de la presidencia de la comisión que actualmente ostenta Ursula von der Leyen.
Aquellos que hoy en Ucrania, si es que queda alguno, que consideren que cometieron un error votando a Zelensky podrían entender perfectamente lo que digo. Si las democracias occidentales ya tienen en tiempos de paz más de cosmética que de fondo, en tiempos de guerra pueden quedar anuladas por completo.
Y tener que forzar la salida de un gobierno, sin urnas de por medio, puede ser bastante más desagradable. Incluso no resultar factible. Tal como se están perfilando los tiempos empieza a ser recomendable tener al día el pasaporte.
Al señor Villarroya y a cuantos quiera que compartan su posición, les rogaría una reflexión y que se decidan a dar su apoyo a alguien que, por lo menos, no tenga la intención declarada de meternos en un guerra. Podría terminar resultando en alguna diferencia.
A ese respecto recordar que el propio Zelensky llegó al poder prometiendo a la vez la paz y la unidad de Ucrania, cosa falsa en cualquier combinación de circunstancias, a no ser que por paz se refiriera a someter por la vía de las armas al este y Crimea.
Pues el flamante ¿presidente? de Ucrania, con su camiseta caqui, como si hubiera visto alguna vez en su vida una trinchera más que pasando revista de los que envía a morir, ya con su mandato expirado, la oposición ilegalizada y sin la menor intención de convocar elecciones, pasó por estas latitudes esta misma semana, se diría que con unos honores de estado que no le corresponden, a recoger sus 1000 millones que mejor servicio darían en Palestina.
Claro que, viendo como accidentes de vuelo como el del malogrado expresidente de irán Raisi, lamentablemente suceden, tal vez no sea tan buena idea tal tipo iniciativas. Ni dar soporte a aquellos que las promueven.
Y no quiero que esto cobre ningún tono de amenaza, al final amenaza quien puede, como el jefe del Mossad esta misma semana al tribunal penal internacional. Se diría que los acontecimientos se aceleran.
No hay que olvidar que el régimen de libertades que disfrutamos en occidente, como muchos ya sabemos y me temo que otros no tardarán en descubrir, sólo es funcional mientras no es funcional.
Del mismo modo que puedes presentarte con un programa independentista a las elecciones, pero ay de ti como las ganes. En el orden de cosas que nos ocupa, empezamos viendo la censura de los medios rusos y la situación parece todo lo alejada posible de un camino de vuelta.
Mientras tanto hemos llegado a ver como bajo el bigote de Bolton se desliza la receta para matar niños de forma legal. No es nada nuevo, también el tercer reich tuvo la suya. Y cualquier persona de bien debería preocuparse de que terminen justamente en el mismo lugar: en el vertedero de la historia.
No son, dadas las circunstancias, una elecciones más. Podrían ser las últimas de la democracia que hemos conocido, mejor escoger bien. Aunque sin duda ya hay mucho decidido.
Pero seamos positivos, o conseguimos vivir en paz o resolvemos el problema de la superpoblación.
Al final, tal como yo lo veo hay sólo una decisión que tomar: pasar a la historia como el poder hegemónico que rompe el lamentable ciclo de alternancias en favor de un mundo más abierto, sin tener que renunciar a su papel, suponiendo un salto para la humanidad o convertirse en cómplice de crímenes contra la humanidad ante los ojos del mundo para terminar donde hemos convenido la inmensa mayoría en relegar tales prácticas. ¿De verdad hay elección?
¿Cómo era aquello? Un pequeño paso para un hombre...
Sólo queda esperar que no sea hacia atrás.
Lo escribí hace unos días y viendo el resultado de la elecciones europeas en Francia supongo que vale la pena recuperarlo:
Es una cantinela que se viene oyendo desde determinados ámbitos. Esos que hoy en Europa cosechan más simpatías que desde mediados del siglo pasado.
Tal vez la muestra más gráfica de ello fueron lo incidentes tras la celebración de la copa de Europa en París. Para quien no lo recuerde se produjeron diversos robos e intentos a la salida del estadio.
Y eso sin duda es más gasolina para la extrema derecha, siempre centrada en solucionar problemas cuya causa parece que jamás analiza.
Es que no se integran, dicen. Lo que se han creado al final son guetos. La razón es muy sencilla.
Cualquiera que observe como se estructuran las relaciones humanas advertirá que el aspecto económico tiene, en términos generales, un papel fundamental.
Porque determina el contexto donde las personas se relacionan y sin tal contexto las relaciones no pueden tener lugar. Sucede por lo tanto que si un determinado grupo étnico, cualquiera, tiene un distribución muy localizada dentro del espectro de las rentas, no es ya que no se produzca ese contexto, es que no se da ni siquiera la condición de necesidad más elemental.
No es fácil de escapar del racismo. Y lo paradójico es que las conductas racistas por lo menos exacerban, si no es que generan por sí solas el problema.
Basta con ver EEUU, hace 60 años de la lucha por los derechos civiles pero la realidad práctica es que las cárceles las siguen ocupando los mismos y también y no por casualidad las capas más desfavorecidas.
Hablamos por lo tanto de un problema de raíz económica cuyos orígenes se hunden hasta la propia cultura. Porque sería muy cínico afirmar que “no se integran” si por otro lado no se les permite.
No es que haya que tratarles como uno más, es que son uno más. Y el eje económico es fundamental.
A veces, por lo general, se diría que siempre, la verdad está delante de nuestros ojos. Y es precisamente por haber estado siempre ahí por lo que puede pasar más inadvertida.
Hace ya más de 40 años, en 1984, Mahmoud Abbas (presidente de la autoridad palestina) denunció los lazos históricos entre sionismo y nazismo en su obra “The other side: The Connection between the Nazis and the Leaders of the Zionist Movement 1933–1945 ” que por supuesto ha sido tildada de antisemita. Eso último difícilmente podría sorprender a nadie, también de “negacionista del holocausto”.
Aunque lo cierto es que el sionismo no lo conforman semitas y la cuestión no es negar el holocausto, muy al contrario, es identificar a sus últimos responsables.
Con la mayor perspectiva que ofrece la distancia del tiempo se hace más evidente como el proyecto de Israel ha sido ensamblado y sus objetivos últimos.
Un recurso inteligente que se observa en las artes marciales es utilizar la fuerza del adversario contra él mismo. Lo suelo citar porque estratégicamente es el recurso más eficiente. Y qué duda cabe que el rechazo contra los judíos, más justificado o menos, no es que no tuviera en la Alemania del siglo XX su génesis, es que parece una constante a lo largo de la historia de Europa.
Ésa es en parte una de las razones con las que se trata de justificar la creación de Israel aunque lo cierto es que bien tuvieron la capacidad de adquirir posiciones relevantes en esas sociedades. Muchas veces la causa de la muerte es el propio éxito. Etimológicamente son incluso sinónimos (exitus).
Muy parecido a lo que se sucede con los templarios, que de ser la “Orden de los pobres compañeros de cristo y el templo de Salomón” pasan a ser acreedores de la mitad de las monarquías europeas. Y con prácticas idénticas, pero no es el tema central aquí.
El tema es, por ejemplo, que ya hace tiempo que se discute si Heisenberg, el responsable del proyecto atómico nazi, tenía capacidad para desarrollar armas nucleares. Algunas tesis sostienen que jugó un papel de bloqueo.
Y, si atendemos a la tesis planteada por Abbas, la de la relación de sionismo y nazismo, podemos añadir otro punto de vista a la cuestión.
La idea general encaja demasiado bien, si uno quisiera “restablecer” el Israel bíblico necesitaría una masa importante de personas. Y las cruzadas terminaron porque la gente, por lo general, está mejor en su casa.
Claro que, si aprovechando el sustrato de odio de la Alemania de entreguerras, la humillación , la hiperinflación, se sembrara la semilla de antisemitismo (antijudaísmo en realidad, o tel vez bastara con regarla y abonarla), y se sacara a la gente de sus casas para llevarla a campos de concentración, luego sería mucho más fácil liberarlas en su “tierra prometida”.
Al menos a una parte. Otra parte debería servir para justificar la atrocidad que tales desplazamientos implican de cara a la población autóctona de la región que los ha de recibir. Es lo que conocemos con holocausto o en hebreo la Shoá.
Y es así como en 1948 se consigue el beneplácito de la comunidad internacional para un proyecto largamente perseguido: la “refundación” de Israel.
Por obra y gracia del sionismo… y el nazismo.
Si la historia hubiera sido realmente como aquí se relata, hubieran sido necesarias, cuanto menos, personas en lugares clave dirigiendo la situación hacia los objetivos fijados: desplazamientos y exterminio.
Y claro, así a bote pronto, no tiene mucho sentido encontrar a sionistas judíos entre nazis furibundos partidarios de su exterminio. Si embargo, como responsable del programa nuclear nazi encontramos lo que es sin lugar a dudas un apellido hebreo: Heisen-berg.
Y no sólo eso, Eich-mann juega un papel crucial en lo que se conoce como “solución final”.
Huido a Argentina (qué duda cabe que la pista Argentina es buena) y posteriormente capturado por el Mossad y ejecutado en Israel.
Entonces, dada la “misión” tan especial que llevaron a cabo entre Eichmann y otros, es fácil entender como pudo prevalecer ante las sospechas: promoviendo primero los desplazamiento y luego el exterminio. Promoviendo la confrontación.
En 1937 ya con cierta fama de “especialista en asuntos judíos” dentro del partido nazi, redacta un informe en que declara al judaísmo como “eterno enemigo del nacionalsocialismo”, propone la desjudeización de Alemania y afirma que sólo se podrá llevar a cabo mediante pogromos. Encaja como un guante.
Las dudas podrán aparecer sobre fechas más postreras. ¿En qué niveles del Mossad se conoce esta información? ¿Fue una pieza sacrificada una vez había cumplido su función y fue realmente ejecutado en Israel en 1962?
Otra pieza interesante aquí es el papel de la iglesia católica ayudando a escapar a algunas figuras clave. No hay que perder de vista que, este colectivo, equivocado o no, cree dar cumplimiento a la profecía de Daniel y por lo tanto a la reconstrucción del templo en Jerusalén. Luego, sus planes son tan públicos como los de aquellos que los exponemos. No en vano, según se cuenta, las últimas palabras de la última declaración de Eichmann fueron “muero creyendo en dios”.
Y bueno, qué duda cabe que el número asombra del modo más espeluznante posible, sólo hasta que uno ve las imágenes: el propio Eichman en declaraciones de 1945, según el tribunal que le juzgó, se habría atribuido 5 millones de muertes. Como “arquitecto de la solución final” sus cifras deberían ser razonablemente buenas. Luego se habla de 6 millones, lo que vendría a dar cuenta lo que se conoce como “el millón perdido”. En realidad el balance final es lo de menos.
Lo revelador es el plan que ha trazado el destino de la Europa del siglo XX y también del mundo, y también del XXI. A nadie puede sorprenderle ahora el hecho de que Zelensky sea judío, sionista de hecho, ni toda esa simbología nazi que se ha visto en Ucrania.
Y tal vez Israel como proyecto pudiera tener, no una justificación, pero sí un vínculo con el relato histórico que nos ha sido legado a través de las religiones, pero ¿Crimea? Sus mentiras son cada vez más insostenibles y la mano negra que incendió la Europa del siglo pasado queda cada vez más expuesta.
Lo que ya no es tan público es la ejecución formal de Eichmann, ni siquiera su tumba, anónima, que estaría en la prisión de Ramla, cerca de la frontera con Egipto (según unos, otros dicen que tiraron sus cenizas al mar, estilo Bin Laden). No parece que haya posibilidad de recurrir al ADN para salir de dudas. Algo parecido con el caso de Hitler. Quién sabe.
Lo que parece claro es que el proyecto de la Alemania nazi, para terminar de cumplir su función, debía desaparecer. Ahora tiene más sentido la apertura del frente oriental que nunca terminó de encajar ni a los propios generales de Hitler que la llevaron a cabo. No habría sido por las peregrinas ideas sobre el petróleo de los Urales que se suelen proponer.
Desaparece la “marca”, el símbolo. Los autores intelectuales sin embargo ven sus objetivos cumplidos legando lo que sin duda es un proyecto de generaciones. Asestando además un golpe definitivo a todo el antijudaísmo centroeuropeo como traca final y silenciando cualquier crítica durante décadas so pena de ser catalogado como lo que ellos en realidad son: nazis. Que se valen sin dudarlo del genocidio incluso de su propia gente para la consecución de sus objetivos. Pero en realidad ni eso, no es la noción de nazis que solemos manejar. Ni siquiera hay odio en el trasfondo de tales planes, hay una suerte de frialdad psicopática todavía mucho más repulsiva.
Vale la pena comentarlo porque en un principio se ha vendido siempre como lo contrario: internet y sus plataformas como un lugar de libre intercambio de ideas donde todo el mundo se puede expresar y aprender del resto.
Quizás en algún momento pudo ser algo parecido, pero hace mucho que no es así, y de hecho juega el papel exactamente opuesto. Son medios de incomunicación, literalmente. Te levantas y lo primero que haces es poner la tele, la radio o mirar el móvil. Enciendes la lobotomía para sumergirte en una realidad que no existe y diseñada para dirigirte a donde quieran que vayas. Se podría decir que nos manipulan, pero parece más apropiado afirmar que nos pastorean.
Al final youtube es la nueva televisión, muchos canales, con la falsa impresión de poder elegir cuando en realidad sólo escoges entre la limitadísima oferta que plantean. Y ni siquiera tienen que diseñar un contenido específico, simplemente escoger lo que les interesa de entre la amplísima oferta real. Lo que no interesa no es que se censure, es que se hace que no exista. Lo cual acentúa aún más la diferencia medios (de producción, al final, el análisis ya lo hizo Marx) en una efecto que se retroalimenta.
El papel de plataforma neutral citado en el primer párrafo es tan incompatible con el diseño de las redes sociales como con su modelo económico, no es nada que pueda sorprender mucho a estas alturas.
Luego, el hecho es que nos pasamos el día enchufados al NO-DO, aquel “noticiero universal” franquista, o a su equivalente de este siglo. Cosa que, hablando de una red, resuena de forma bastante divertida. Al final da igual que esté bajo un control público o privado, lo determinante son los objetivos y los medios empleados. El fin y los medios. La realidad es lo que queda cuando apagas la televisión y dejas de mirar lo que a la postre no es más que una pared. Un espejo negro. Un espejo de feria que devuelve una caricatura de la realidad en manos del mejor postor.
Natural que, siendo así las cosas, la mitad de la población llegue incluso a votar contra sus intereses de clase. La cuestión es que no se puede ganar en juego amañado. Y lo más triste es que para la mayoría de los de abajo el único objetivo es estar arriba, nunca subvertir las reglas del juego. Es ese tipo de corrupción, más difícil de eludir que un perfume. Esa gran mierda perfumada. Tal vez la manera de, ya no ganar, sino de no perder, es no tomar parte en el juego. No tiene sentido tomar parte en una "conversación" en la que no puedes hablar. El hecho es que nunca fue una conversación.
No sólo vivimos sumergidos en un universo de entretenimiento que nos lobotomiza, pagamos por ello. Somos completamente adictos. Es el soma de Huxley en formato audiovisual. No sólo nos acabaron implantando el famoso microchip de los conspiranoicos, nosotros mismos pagamos la cuota de conexión religiosamente. Pagamos la cuerda con la que nos cuelgan.
Bien incomunicados entre jornada y jornada laboral, no hay mucho más objetivo. Y sostener un relato que hace aguas por tantos lados, en el que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia y sigue existiendo, por supuesto, un monopolio del conocimiento: historia, economía, incluso la física. Hasta los números, bajo tortura, “confiesan” la “verdad” precisa.
Así que no es sólo que las redes sociales promuevan el pensamiento único, es que ese pensamiento único es una mentira consciente y con la voluntad clara de mantener a la gente incomunicada en su ignorancia, por más que aquellos que forman parte de los engranajes que articulan el aparato de desinformación no tengan siquiera la menor idea de ello. Y al que bien le paga, pues menos interés tiene en encontrar las respuestas a problemas que ni siquiera son directamente suyos, por supuesto. Y supongo que no hay mucho más que decir, bienvenidos al NODO, ésa es la Matrix. Al menos que sepas por donde caminas.
Hasta los punkys lo sabían. De hecho eran los que mejor lo sabían. Que algo está roto, que algo no funciona, que así no vale la pena. No future y todo aquello.
Y sí, las mil causas de la izquierda: el antibelicismo, el animalismo, el feminismo… Pero en realidad nada de eso resuelve la cuestión de fondo. Y es un asunto que, antes que desde la política o desde la economía requiere ser analizado en términos biológicos.
Todos los movimientos de contestación social y política lo saben, tienen esa insatisfacción, estacional o perenne, sin saber de donde procede. Sin saber cuál es realmente el problema.
Trabajo es un término que se utiliza en física, equivale a una energía. También se utiliza en economía, sobre todo de la buena, de la de hace dos siglos.
En psicología, el término con el que se suele definir el mismo concepto es esfuerzo. Y se estudian los mecanismos de esfuerzo y recompensa. En la naturaleza, los seres vivos realizan un trabajo, un esfuerzo, para obtener esa recompensa.
Esa recompensa tiene una doble vertiente: en el plano neurológico se vehicula a través de una serie de neurotransmisores (dopamina) y en el plano físico externo se materializa en un trabajo realizado.
Es común la noción de satisfacción de “el trabajo bien hecho” y más que obvio que, cuando se realiza un trabajo, su recompensa es verlo realizado y disfrutarlo. Ya sea cocinar un plato o construir una casa.
Pero así no es como funciona lo que llamamos trabajo en el mundo que conocemos. Ése es el problema que quiero exponer, y ya aviso que nadie tenga la tentación de pensar que sin trabajar se puede librar de las consecuencias del escenario creado. La satisfacción en este último caso sólo puede provenir del carecer de otra situación con la que comparar y de la falta de imaginación para recrearla.
El hecho es que a través de las estructuras industriales se han generado unas condiciones laborales donde el esfuerzo tiende a ser el máximo posible y la recompensa la mínima posible. Desde el punto de vista exclusivo de la producción se puede llamar optimización.
Sucede que la producción no es un fin en sí mismo, o no debería. Al final debería estar al servicio de aquellos que la generan. Por lo que cualquier optimización en un extremo de la cadena productiva va en detrimento de las condiciones del extremo opuesto.
La cuestión es que aquí el trabajo cubre la mayor parte de las horas de nuestra existencia consciente y la recompensa termina siendo a veces poco más que pagar las facturas del mes. En algunos casos ni eso.
El trabajo se realiza sin más recompensa que mantener las condiciones para poder seguir realizando el trabajo. En función del equilibrio de ingresos y gastos, el excedente desaparece vía plusvalía.
Y además, el trabajo desarrollado, es a veces totalmente ajeno a cualquier interés del trabajador, siendo un medio indirecto para la consecución de sus fines últimos.
La especialización tiene un precio a pagar en términos de satisfacción biológica, reduce la perspectiva de los sujetos a la hora de interpretar su propia existencia y crea en cierta medida las condiciones de esas sociedades aciagas que ya hace casi medio siglo se avisaba que no tenían futuro.
El mundo, la economía, está mucho más diseñada como una colonia de esclavos que como una sociedad sana y equilibrada.
Cuando en las capas bajas de la sociedad, que son las mayoritarias, no se genera excedente, tanto en tiempo como en medios materiales, para la consecución de sus propios objetivos y no existe una satisfacción directa como resultado del trabajo realizado se crea el caldo de cultivo de la destrucción de tal organización social.
Y sí, al final hablamos del mismo problema de siempre que conocemos bien: la desigualdad, la precariedad, los bajos salarios, el trabajar 11 meses al año 8 horas al día en una espera perpetua de un fin de semana que siempre se acaba demasiado pronto y vuelta a empezar.
Pero en términos biológicos lo que tenemos es mucho más sencillo: esfuerzo sin recompensa.
La sociedad industrial es un mecanismo enorme dedicado a separar esas dos cosas que tan naturalmente van unidas.
De ahí que Huxley ideara el soma para su mundo feliz, en forma de sucedáneo, de sustitutivo de aquello extraído. La explotación del hombre por el hombre (Marx). No sorprende el aumento de consumo de antidepresivos.
De poder para dirigir los esfuerzos de ese trabajo ya ni hablamos. Quienes determinan el trabajo a realizar en la sociedad, al final, son quienes lo financian, antes incluso de quienes lo demandan.
Porque el que lo financia pone el dinero antes y el que lo demanda pone el dinero después.
Es la oferta al final la que determina la demanda porque sólo se puede escoger entre lo ofertado. Cuando sólo había dos canales de televisión, podías ver uno, el otro o ninguno. Y ya puedes pedir misa, que no depende del que pide que sus plegarias sean atendidas.
Y la verdad es que después sí hubieron más canales donde aparentemente escoger, pero la realidad más inmediata es que en su momento terminabas viendo el uno o el otro. El resto está por ver. Pero eso ya es otra historia.
También los resultados de tensionar en exceso ese mecanismo biológico son de sobras conocidos:
Desmotivación, adicciones, depresión, aislamiento, ira, y toda una serie de alteraciones mentales hasta terminar suicidio. Algo similar a los trastornos que experimentan los animales en cautividad.
Sucede que no es una cautividad tan evidente como la de unas rejas, ni siquiera un cristal: las personas transitan por la vida envueltas en su propia celda-burbuja, invisible y etérea, de horarios, obligaciones, deudas, carencias y precariedad.
Y no es que los esfuerzos hayan dejado de producir recompensa, por supuesto. Es que ésta se ve disociada del trabajo que la genera en favor de unas élites extractivas, ese hombre que es lobo para el hombre según Hobbes, que ni siquiera parece que sepan el rumbo por el que llevan el timón del mundo.
Más bien parece que una cultura mucho más represiva haya dejado paso a un cierto hedonismo carente de cualquier tipo de ética y que esas élites se hallen en cubierta celebrando el éxito de su estafa mientras el navío tiene todos los números para acabar hecho astillas contra las rocas. Que no deje de sonar la música.
A ver, hace un tiempo que no voy en metro al centro y tal. O así viajes largos. Pero sorprende que en unos meses nos hayamos reproducido tanto, no sé.
Quiero decir, que aquello de “todo el mundo mirando el móvil”, olvídate. No cabe, lo tendrías que tener pegado a la cara. De sentarte ya ni hablamos.
Gente esperando de pie en el andén, dejándolo pasar al ver la tremenda lata de sardinas que se va acercando por las vías ante caras más bien aciagas, como contemplando la confirmación de malas noticias esperadas.
Para la gente mayor, que no se preocupen. Imposible caerse, oiga. No podría usted encontrar la forma de llegar al suelo, aunque quisiera. Y por encima un bosque de cabezas que comparte el escueto volumen de aire que queda en el vagón.
El niño, llorando, pobrecico, y eso sin saber lo que le espera. Y bueno, sí, lo mejor de viajar en metro es cuando bajas, eso sí que es un momentazo. “Viva la libertad, carajo”.
Así que como igual es que por la edad me estoy volviendo ya un poco facha y me arrecian nostalgias del orden del pasado, se me ha ocurrido que podría mandarle la imagen de arriba a los de TMB, pues hombre, para que busquen un poco la manera con la experiencia aprendida.
Porque oiga, está muy bien lo de poner desfibriladores, pero igual no estaría de más empezar por no promover las condiciones que… en fin, que sin yo moverme del sitio creo que es lo más cerca de follar que he estado en años. Ya, ya, es feo, es feo. Pero es que al mover una mano, que tengo el defecto de tener los brazos pegados al cuerpo, no sé si lo que he notado era un teléfono móvil o a alguien contento de verme. Quiero decir, que ni siquiera era mi estilo de pareja de baile. Si uno es mujer ha de ser, a buen seguro, mucho más agradable. Pero en fin. Todo sea por estrechar los lazos con la comunidad. Aunque ya estamos un poco de vuelta para bromitas a lo Mae West, ¿no?
Poned más trenes, coño.
Primero suspende las elecciones el constitucional por una supuesta injerencia rusa. Hace unos días Pavel Durov, el creador de Telegram, advertía de la injerencia, esta vez real, de un país europeo viendo que otro país del este podía caer del lado de los díscolos subversivos que no está dispuestos a seguir la agenda de la guerra contra Rusia.
Ya cosieron a tiros a Ficco y parece que a Orbán quisieron prepararle un atentado. Pero no por ultraderechista, no, ése nunca ha sido en realidad el problema. Y se diría que ése es el accionar de lo que ya podemos llamar “la mafia de Bruselas”, que alineada con la OTAN parece querer recuperar las mejores tradiciones de la operación Gladio, si es que alguna vez las abandonó. Por lo que se vio un 11 de marzo en Madrid se diría que apenas variaron los métodos.
Hay que llevar a los pueblos a la guerra, aunque sea a rastras, contra el mundo islámico, contra los rusos… los sospechosos habituales, vamos. Porque, según nos cuentan nuestros medios de comunicación, son mala gente, dictadores fascistas que dan a las mujeres la libertad de venderse en un escaparate como en el barrio rojo de Ámsterdam. Eso es el “progresismo”: es el mercado, amigo.
Volviendo a Rumanía, en condiciones digamos normales, uno suele basar su voto en el eje derecha-izquierda, en función de sus intereses de clase, aunque la mitad larga de los trabajadores suelan hacer justo lo opuesto debido a la ignorancia y a la manipulación mediática promovida por el capital financiero.
Pero cuando el progresismo, que poco o nada tiene que ver en realidad con la izquierda, (de comunismo ni hablamos) muestra su proyecto belicista sin ninguna vergüenza, ejemplificado en un Macron presidiendo la república contra su propio pueblo, la sensatez obliga a ordenar de otra forma las prioridades.
Así, en no muchos años, de seguir las cosas su curso actual, muchos gays y supporters diversos que votan alegremente a ese progresismo traidor que los instrumentaliza, puedan encontrarse prestando servicio militar bajo la "legítima" causa de imponer su visión del mundo en lugares muy lejanos de sus fronteras. Al servicio del fascismo, vamos.
Así que a pesar de la denuncia de fraude del opositor derrotado, esta vez los rumanos parece que sí han votado bien, con lo cual los miembros de su tribunal constitucional permanecerán callados como putas legitimando la “sorpresa” del resultado electoral y todos los medios occidentales, que tratan de derrocar al trumpismo desde mucho antes de que iniciara su segundo mandato, en modo similar a la bala que le rozó la oreja, celebrarán que “el pueblo rumano” haya tomado la decisión correcta.
Y que nadie se confunda, me gusta Trump tan poco como a cualquiera de izquierdas, sin embargo sé que, por mucho relato que inocule la maquinaria de propaganda occidental, el mayor número de deportaciones se dio bajo el mandato del muy demócrata Obama, premio nobel de la paz, para más inri. Por poner un sencillo ejemplo.
La mentira a estas alturas es tan flagrante que más que sonrojar casi mueve a la risa. Y sí, Trump es derechas, muy de derechas se diría. Similar en cierto modo al candidato rumano al que han arrebatado la victoria, nada que ver ni con mis intereses ni con mi forma de pensar.
Pero cuando lo que se presenta como alternativa es un proyecto belicista que ha promovido y promueve una guerra contra Rusia y un genocidio en Gaza, además de otras maniobras mucho más turbias, la cuestión ideológica se diría que está de más. Las cosas no son en absoluto como las cuentan y ésa que dicen tan extrema derecha parece más lejana al conflicto que aquellos que pretendieran representar a una supuesta izquierda y van camino de volver a implantar el servicio militar en Europa, siendo ademas eso el mal menor.
Es una película, y la verdad que bastante mala. Y el resultado electoral que acabamos de ver, una de rumanos.
Parece bastante evidente que las dos guerras mundiales del siglo XX son determinantes para conocer tanto nuestro presente como nuestro pasado reciente. Estudiarlas, comprenderlas e interpretarlas correctamente. Así a bulto, incluso sin saber gran cosa, parece el lugar apropiado por donde empezar.
Tirando de ese hilo se pueden llegar a conclusiones como las planteadas en este artículo:
www.meneame.net/story/mano-negra-nacional-sionismo
Pero tal vez incluso podamos dar algún paso más, allí se mencionaba el papel de Heisenberg como líder del proyecto nuclear alemán en tiempos de la segunda guerra mundial.
Hay que comprender que hoy en día las guerras se ganan en muy buena medida con tecnología. Hasta cierto punto como ha sido siempre, ya desde el acero de Damasco o el de Toledo. Otros dicen la logística, sin duda hay varias aproximaciones clave, pero qué duda cabe que la ciencia está entre ellas.
Ya hace años que escribí un muy breve relato que, asumiendo los presupuestos del panteísmo científico, asimilaba esa "ciencia" a lo que a la postre sería, desde esa tesis, el conocimiento de “dios”:
laterceraley.blogspot.com/2016/09/todo-es-informacion.html
Pero no quiero descolocar a nadie con nociones que tal vez le resulten demasiado exóticas. Basta con rememorar los episodios que dieron “fin” a la última gran guerra: Hiroshima y Nagasaki.
No son otras que las tesis de Von Neumann de destrucción mutua asegurada, M.A.D., por sus siglas en inglés, especialmente apropiadas, las que han mantenido el mundo en una suerte de guerra fría durante las últimas décadas. Y mencionar que Von Neumann estaba entre los que consideraba apropiado el uso de tal ingenio en el modo que se llevó a cabo (sic).
Sirva lo hasta aquí dicho para centrar la cuestión en una expresión que, a primera vista, y a segunda y sucesivas, repele a cualquiera en nuestros tiempos, por lo que aparecen como connotaciones racistas. Proviene de aquella primera mitad del siglo XX, de los ámbitos relacionados con el nazismo, se hablaba de “ciencia judía”.
Teniendo en cuenta que en nuestro paradigma científico actual son mentes como las de Einstein las que han escrito en realidad muchas de sus últimas líneas, sorprende la carga despectiva que suele ir asociada. Se diría que es la mejor ciencia que tenemos hasta la fecha y que explica en parte que los nazis no convirtieran Alemania en el reich de los 1000 años.
También es cierto que en concreto en la física, que es al fin y al cabo la disciplina en la que podemos encontrar enmarcado en Proyecto Manhattan, que a la postre es lo que ganó la guerra para EEUU, y más en particular en su rama de la mecánica cuántica, se diría que se ha llegado a un cierto estancamiento.
Revisando escritos de Heisenberg, cuyo papel como líder del proyecto nuclear nazi es clave para entender el escenario, uno se sorprende de que una mente científica llegue a demoler por completo los pilares mismos de la ciencia. Se diría que es una demolición controlada, y me explico:
Heisenberg es un nombre propio dentro de la física teórica, sobre todo por el principio de indeterminación que lleva su nombre, que es la interpretación imperante en nuestros días sobre los fenómenos observados en la mecánica cuántica.
En breves palabras, señala a una naturaleza probabilística de la física en la escala atómica y subatómica. No es posible conocer a la vez posición y velocidad de una partícula, se plantea todo un nuevo marco conceptual en que las leyes de Newton ya no rigen y la estadística entra en juego, cuestionando la esencia misma de la realidad. Esta noción queda ejemplificada en el popular caso del gato de Schrödinger.
Y profundizando un poco más, se puede leer al propio Heisenberg planteando la acausalidad como explicación de las observaciones, algo que más que producto de su tiempo realmente parece impropio de una mente científica. (Newton, mucho antes, no me consta que cometiera ese error). Es la muerte literal de la ciencia. O por lo menos llevarla por un camino muy, muy equivocado.
De lo que no tengo duda es de las capacidades de Heisenberg así que lo que viene a cerrar la explicación es la situación de conflagración que vivió. O la guerra en la que en cierto modo tomó parte.
En el ámbito científico, incluso de divulgación, son casi legendarias las discusiones de Einstein con esa escuela indeterminista, con su “dios no juega a los dados” de Einstein respondido por Bohr “no digas a dios qué ha de hacer con sus dados”.
Charlas de patio de colegio, al final. El tema es que, siendo el desarrollo científico un valor estratégico en términos militares, resulta impensable que éste quede en manos del papel público de las universidades. Y no se trata de público o privado, se trata de que los desarrollos estratégicos son en nuestros días secretos, por definición. Como lo fue en su momento el Proyecto Manhattan. Hay numerosos indicios de ello. A contemplar, entre otros, puede resultar curioso que mentes como la de Turing o Majorana encuentren extraños finales.
Luego, no es tan extraño lo que, grosso modo, viene siendo un estancamiento de un siglo en la física teórica.
La fecha de referencia es 1927 y Solvay el lugar. Puede parecer exagerado, pero lo cierto es que ya desde entonces relatividad y cuántica aparecen como irreconciliables, ése es el hecho.
Y hablando de irreconciabilidades, la del ámbito militar y el científico aparecen plasmadas en la vida de Oppenheimer, motivo de una película reciente que resulta útil para acercar la idea al público general. De ahí se pueden extrapolar algunas otras. Einstein desde que va a Princeton no vuelve a publicar nada y después de ver lo que hicieron con las bombas atómicas se arrepintió toda su vida de escribir la carta al presidente de los EEUU que impulsó su desarrollo.
Tal vez con datos como estos, que no suelen aparecer en los titulares ni en primer término, si no más bien debajo de la disimulada doblez de una página, podamos empezar a comprender algo mejor el mundo en el que vivimos.
Pero me estoy alargando y aún no he llegado a donde quiero llegar, aunque algunas pinceladas quedan dadas. Se diría que tras la primera guerra mundial se frena el desarrollo teórico o se le lleva a un callejón sin salida, y tiene mucho sentido. Y puede que alguien más se diera cuenta cuando se habló en algún momento de “ciencia judía”. ¿Acaso hay otra ciencia que la ciencia, a secas? ¿Sólo reminiscencias del pensamiento xenófobo de la época, y aún más, del nazismo?
Podría ser. La respuesta seguramente la hallemos estudiando la materia en sí misma, o más bien la teoría que la describe. Y la verdad es que empezamos mal porque, partiendo de que en 1927 la élite del pensamiento científico del momento, se inclina por la interpretación de Heisenberg (indeterminación) en lugar de la de DeBroglie (onda piloto, ambos en la fotografía de arriba) el problema aparece como “irresoluble en su propia naturaleza”. Algo que filosóficamente resuena con Kant y la idea de incognoscibilidad.
Si la decisión que se tomó entonces fue éticamente acertada o no, o cualquier otro juicio de valor, no es el objeto de estas líneas, quizás alguien pueda pensar que debería serlo y es un aspecto que abordar. Pero el hecho es que no fue una decisión científicamente acertada desde el punto de vista de la física.
Sorprende a su vez que el propio Einstein, en el centro de la fotografía, ganador del Nobel precisamente por el efecto fotoeléctrico, asociado a la corpuscularidad de la luz, pudiera tener voz en el lugar desde el que se generó tal decisión. Aunque no es menos cierto que se pasó el resto de sus días pronunciándose en contra. Planteó algunas contradicciones obvias junto con otros colegas, pero no generó el desarrollo teórico que la liquidara.
Así pues, saliendo de Solvay la indeterminación como interpretación a aplicar, si uno se acerca al problema, ve que se parte de la descripción de la partícula exclusivamente como onda. Lo de DeBroglie era una onda que guiaba a la partícula, aunque sin duda es mucho más natural verlo al revés: la partícula guía a la onda. Pero seguramente la partícula no convenía mencionarla para los fines expuestos.
Y si se parte de la premisa (errónea) de la onda sin partícula, la puerta de entrada a la teoría es la función de onda. Se dice que fue Max Born, también en la foto, el que la “bautizó” para su uso en la matemática con la letra griega psi, que tiene este aspecto: Ψ
Ese detalle, que en principio parece trivial, tal vez no pase desapercibido para aquellos demasiado viejos como para creer en casualidades:
Para el que no lo conozca, la imagen de arriba representa una elegante menorá, el candelabro de siete brazos tradicional del judaísmo que inevitablemente traza con sus tres brazos centrales una preciosa letra griega psi. Una vez hecha la asociación, o se podría decir “después de reconocer la firma”, no queda más remedio que revisar el desagradable concepto de “ciencia judía”.
Yendo al terreno puramente científico, la aproximación desde la función de onda no tiene demasiado sentido y parece en en sí misma la causa misma del problema que pretendiera solucionar, más allá de sus complejidades intrínsecas. ¿La conclusión? Que la mecánica cuántica está en realidad aún por desarrollar, subrayando el término “mecánica” de la expresión.
Y a partir de aquí podemos abordar otras consideraciones que seguramente deberían ser previas:
¿Debe o no debe ser desarrollada? (Públicamente, a nadie se le escapan los rumores sobre fenómenos que el paradigma científico actual no estaría en condiciones de explicar). Si mi opinión no fuera que sí, no cobrarían estas líneas su completo sentido. Ni serían necesarias si hace casi 100 años algunas de las mentes más brillantes del planeta no hubieran llegado a la conclusión contraria.
El dilema apunta directamente al problema del fin y los medios. Incluso llegados a este punto a alguien le pueden sorprender las conclusiones presentadas, tal vez debiera ponerse en situación de la carnicería que la primera guerra mundial significó. Aún así, los intereses que terminan finalmente promoviendo ciertas decisiones permanecen en una profunda sombra. Esa, literalmente, Mano negra.
Mi impresión es que solo vemos máscaras sin llegar a escrutar el verdadero rostro tras ellas más que en el vacío de la mirada. Y la única manera de escapar de la manipulación es la absoluta transparencia. Son los secretos lo que en buena medida nos hacen manipulables y campo abonado para que determinados intereses tiren de uno u otro hilo para conducir nuestros destinos. Y no se puede decir que para bien.
Pero no quiero complicarlo más de momento, lo que es obvio es que el contexto no es el mismo que el de hace 100 años, por más que ciertos principios continúen inamovibles. La problemática del desarrollo científico en relación a sus implicaciones no es un tema nuevo ni banal, reflexiones como las de Kaczynski, catalogadas como de “neoluditas”, no me resultan ajenas en absoluto y fueron objeto de estudio previo:
laterceraley.blogspot.com/2017/01/kaczynski-el-freedom-club-la-socieda
Aunque sin duda es un tema lo bastante relevante como para abordarlo por separado, siendo en realidad las presentes líneas su apéndice y no al revés.
La conclusión, vaya por delante, es que el problema nunca es de la herramienta, es siempre del uso, más en un caso de lo que en realidad es ciencia base. Si uno analiza con detenimiento la causa raíz de los conflictos geopolíticos encontrará que la escasez de recursos constituye uno de los factores más relevantes, y entre ellos un papel fundamental es la cuestión de la energía.
En mi opinión los problemas de la sociedad no tienen tanto que ver con la tecnología como con su uso, y ese uso, a través del mercado, que es la forma de guerra de la economía, viene dictado por un escenario global de limitación de recursos. Y muchos de ellos qué duda cabe que son limitados por definición, es en parte lo que justifica el bloqueo científico ante desarrollos que sólo pudieran dotarnos de mejores armas con las que destruirnos unos a otros y tal vez nuestro ecosistema por el camino.
Sin embargo, debería ser el desarrollo tecnológico el que a su vez pudiera paliar en alguna medida esas tensiones. Es un arma de doble filo, por supuesto, como al final todo lo es. Ventajas e inconvenientes. Y la decisión ha de provenir desde la plena consciencia de que puede resultar equivocada y con consecuencias incluso catastróficas. Lo cual viene paliado por el hecho de no poder saber qué es lo que realmente hubiera pasado cambiando el signo de la decisión. Y aún más, bien comprendido, al final todo se revela como la única posibilidad factible (aprovechando para sacar de la carrera otra de las interpretaciones de la cuántica, la de Everett, que es la la que apunta a los multiversos).
No parece que esa negación hacia nosotros mismos, por más peligros que encierre la situación (encerremos, a la postre) resulte natural más que como resultado de un contexto muy concreto, máxime cuando a través de ese peligro se oculta la posibilidad de resolver, por lo menos en importante medida, la causa raíz del peligro. Y muchos otros problemas que convierten la experiencia de vivir en algo para algunos prescindible.
Al final es la condición humana la que debe dar la respuesta. Y no parece que la decisión tomada en Solvay, que no deja der ser resultado de cierta forma de paternalismo, en el mejor de los casos, y una decisión estratégica en el peor, represente en realidad a los intereses de la humanidad en su conjunto. Ni ahora ni entonces. Y la afirmación no ignora la ética que debe, no sólo acompañar todo desarrollo científico, si no ser el objetivo en sí mismo.
Escuché la noticia en su momento pero lo cierto es que no le presté demasiada atención, salió en todos los medios: la destrucción de la milenaria ciudad de Palmira, en Siria, a manos del ISIS.
Un tanto, curioso, un poco en la línea que relaciona conflictos bélicos con arqueología, como en Irak. El tema es que estaba viendo imágenes de las ruinas de forma un poco más analítica y al poco me he dado cuenta de que lo que estaba viendo ya no existía.
Esta es una imagen de lo que fue el “templo de Bel” (Baal, de Belcebú, pero no me quiero enredar aún con eso) antes de 2014:
Y esto es lo que quedó después
Si no fuera por la pérdida de un patrimonio de la humanidad invaluable resultaría más bien cómico.
Y la verdad que no está mal para unos “salavajes extremistas”, bastante limpio, se diría.
El tema es que justamente me hallaba analizando esa fachada, sin la menor idea de que ya no está ahí. Hay algunas noticias extrañas que no he terminado de seguir sobre una reconstrucción el Londres y New york, pero creo que me quedo con la evidencia que quede del original, echemos un vistazo más de cerca.
A estas alturas uno ya ha visto unas pocas piedras pero al ver este caso particular una peculiaridad salta a la vista. Si tuvieran una distribución más heterogénea, o incluso si uno no presta atención, las hendiduras presentes en la fachada parecerían resultado de metralla.
Viendo que coinciden siempre con las juntas de los bloques, esa posibilidad queda automáticamente descartada. Podrían incluso ser algún rasgo particular de la técnica constructiva, pero dada su irregularidad, y aunque hay otros muros que presentan similar condición, también se hallan otros exentos. Luego, no parece causa probable.
La erosión tampoco parece que lo pueda justificar, más bien se diría que el proceso es en cierto modo de dentro afuera. Esta tercera imagen es apropiada porque, abajo a la izquierda se puede observar dos bloques cilíndricos de columna estriada de frente. En ambos se puede observar la ranura que albergaría un alma metálica, y suele ser similar la técnica de unión entre sillares a hueso, mediante cuñas metálicas internas.
Uno puede pensar en alguna suerte de reacción química con la piedra como resultado de filtraciones, aunque lo cierto es que no hay mayor evidencia de ellas. Ni la he observado en otros lugares. Luego, dada la peculiaridad del monumento parece más comprensible que, literalmente, desapareciera. Un poco como la pila del museo de Bagdad.
Ahora bien, ¿qué es lo que estamos viendo? A mi juicio el resultado de calor intentado escapar del interior. Aunque dicho así, sólo habiendo visto esas imágenes, podría parecer un poco precipitado. Una más:
El punto de fusión de la piedra caliza y la arenisca ronda los 1000º. Son temperaturas más propias de un horno que de la combustión al aire libre. Y sorprende más si cabe ver una fila de columnas perfectamente erguidas y otras que se diría han sido dañadas como si hubieran sido hechas con arcilla.
No sé si las columnas de la foto continúan allí, pero viendo el trabajo limpio que se ha hecho borrando la evidencia tengo serias dudas. Ahora, ¿evidencia de qué? Veamos algo más de la zona:
En este caso se observan también algo parecido a las hendiduras de antes pero en una sola fila de bloques dando la impresión más bien de troneras, o tal vez con la función se sostener algún aparejo, toldo, etc.
Lo interesante sin embargo está más abajo. Las dos primeras hiladas no parecen tener en realidad mucho que ver con el resto. Se diría que el 80-90% es una reconstrucción, de a saber cuando, tal vez griega o romana. También en el medio aparece algo de cemento, probablemente de época más actual.
Volviendo al desaparecido templo de “Bel”, si vemos la parte de atrás observamos otra situación extraña:
Además la hendiduras que parecieran alguna suerte de “fugas de alivio”, donde cabría esperar encontrar los ornamentados capiteles corintios del entorno o la estructura de la imagen anterior, por ejemplo, observamos una piedras mucho más rudamente trabajadas y se diría que en buena medida deformadas por la erosión, en grado y estilo más similar a lo que hemos visto en las hiladas de la base.
Tampoco los triángulos escalonados que coronan el friso, que se ven también en la primera imagen, parecen estar realmente en su lugar. Y de hecho el friso aparece con mucha mayor erosión que el estriado de las columnas. Lo mismo para las piedras de la base en esta última imagen respecto a las de la fachada.
Lo visto hasta aquí permite afirmar que estamos, sin lugar a dudas, ante una reconstrucción de la época antigua de una obra aún anterior, parecido a lo que se puede observar por ejemplo en el “templo de las mil columnas” en Chichen Itzá y curiosamente con unos elementos de partida que en algo recuerdan a los capiteles:
Por lo tanto estaríamos, como mínimo, ante la tercera destrucción de Palmira, aunque esta última más bien de sus restos. También el templo de Adriano en Roma presenta hondas cicatrices que en ese caso sí son resultado de la metralla de la segunda guerra mundial. Es útil por la diferencia en la distribución que denota un origen distinto, a simple vista.
Mencionar de paso que el edificio que alberga sus restos sirvió en tiempos como la bolsa de Roma.
De modo similar a como la “casa lloltja mar” fue hasta 1994 sede de la bolsa de Barcelona:
O de modo análogo a la bolsa de Madrid:
Londres…
O Nueva York, por no buscar más.
En en caso de Barcelona, para quien esté familiarizado con la simbología, comentar que el interior cuenta con un precioso suelo ajedrezado:
Pero supongo que esto último da para otro artículo. Volviendo a Palmira y a sus destrucciones, sin mucho más que agregar que lo dispuesto para que cada uno saque sus propias conclusiones, uno no puede dejar de interrogarse sobre la presunta fuente de calor extremo que habría causado algunos de los efectos observados.
Y será imposible no recordar, para quien conozca el caso, aunque muy cuestionado y controvertido, de Mohenjo Daro, en Pakistán. Que si esqueletos radiactivos, que si no, que si arena vitrificada... Nada está claro, por supuesto. Algunos mencionan incluso la posibilidad de armas nucleares.
Quizás no tanto, o no sólo, por lo indicios mencionados, como por el contexto que provee la literatura épica india sobre explosiones “más brillantes que mil soles” con ciertos efectos poco recomendables, que en cierto modo nos resultan familiares respecto a la tecnología mencionada. Y desde luego no es casualidad que el padre de la bomba atómica, Oppenheimer, citara esos mismos textos cuando se autoproclamó “el destructor de mundos”, viendo los resultados de su ingenio.
Como tampoco es casualidad que, al ser preguntado en una conferencia en su Rochester natal por un estudiante sobre si la bomba que se hizo estallar en Alamogordo (Trinity) fue la primera, respondiera: "Bueno… sí. En tiempos modernos sí, por supuesto."
Suelo sacar siempre que puedo el tema de la teoría del valor marxista.
La razón es que la ley de oferta y demanda no funciona como pensamos, no es la cantidad total lo que determina el punto de encuentro que es el precio si no la urgencia. Se explicó en capítulos anteriores:
www.meneame.net/m/Los12monos/factor-tiempo-ley-oferta-demanda
Es por lo tanto la necesidad lo que fija el precio. De forma completamente desvinculada del coste.
¿Y a quién beneficia eso? Pues a quien tiene menor urgencia o necesidad.
El otro día por la noche subí al Tibidabo con la bici, antes de amanecer, y llegué a la iglesia empapado en sudor.
No suelo llevar agua, en todo caso paro en alguna fuente de camino. Y al ver salir a un trabajador le pregunté por una fuente. En las máquinas de la entrada 2,20 un agua y 3,95 una cocacola. No me va de ahí, pero siempre me ha parecido un abuso. Para mi sorpresa ha tenido la gentileza de ofrecerme un vaso de agua.
El coste de producción de una botella de agua, comparado con el precio de venta fácilmente se puede estar multiplicando por 20. Un vaso de agua apenas cuesta nada.
Mucho se habla de la plusvalía en el reparto de beneficios de una empresa, pero menos se habla de ese dividendo que es el margen.
El relato que nos han vendido es parecido al del mercado de valores: todo el mundo puede participar en igualdad de condiciones. Y es la manera de meter en la misma jaula a hormigas y dinosaurios. En realidad de ponerlos en un cuadrilátero a pelear.
Es obvio a quien beneficia el mercado de valores y es obvio a quien beneficia el margen. Y el motivo es el mismo: la urgencia, la necesidad. En bolsa se suele decir que hasta que uno no vende no materializa pérdidas y con la suficiente paciencia, salvo casos terminales, la cosa puede volver a remontar el vuelo. Quien no puede esperar no tiene ni esa oportunidad.
En el caso del margen, hay productos y servicios de los que es prácticamente imposible prescindir en la sociedad actual. La luz seguramente incluso antes que el agua. Al final el conjunto de condiciones creadas favorecen a aquellos que están en posición de especular explotando la necesidad. Ése es el resultado del sistema de libre fijación de precios, el abuso sobre aquellos en situación de mayor necesidad, con lo que, partiendo además de una situación de enorme desigualdad, esa desigualdad sólo puede aumentar.
Tan interiorizado está ese sistema de libre fijación de precios que ni siquiera nadie nunca piensa en ninguna posible alternativa. Ni se menciona, no existe. La verdad es que han invertido ingentes esfuerzos en dar a esa alternativa por refutada, denostada, enterrada y olvidada.
Sin embargo es un de los pilares principales, junto a la ya mencionada plusvalía, del edificio teórico que diseñó Marx. O más bien de su crítica contra el sistema. En cualquier caso la idea es que la economía debería ser regida por costes.
Esto sin duda entraña sus complejidades, y seguramente existan posibles fórmulas que dejen sectores fuera de ese criterio fundamental. Pero lo grave de todo esto es que hayamos olvidado que la naturaleza del comercio es la del intercambio, el trueque. El margen es una suerte de tasa del poder.
Pasa también en la relaciones personales, necesitar al otro más de lo que uno es necesitado genera una tensión que termina por resolverse. También son relaciones de poder, como las comerciales.
Pero tampoco es del todo así por naturaleza, se acentúa en un marco de desigualdades y desequilibrios.
Hoy en día, bajo la bandera de la libertad marchan las huestes del abuso. Es así de sencillo.
En sociedades más equilibradas, más igualitarias, no existen tales mecanismos de explotación.
Y es cierto que una economía regida por costes implica otras dificultades, la información que la teoría actual dice que envían los precios (como si los precios se subieran o bajaran solos) en el caso de los costes la genera el stock. Que tampoco es un ente abstracto, es el resultado de las decisiones de productores y consumidores. No hay abstractos fenómenos meteorológicos en economía, hay acciones y decisiones individuales que conforman tendencias y sinergias colectivas.
Y muchos se escandalizan, es inadmisible que en casos críticos puedan haber estantes vacíos. Sin embargo no se sonrojan lo más mínimo con estantes repletos de productos inasequibles. Ni viendo a gente dormir en la calle o rebuscando en los contenedores, es el mismo fenómeno.
Ciertamente el impacto psicológico puede ser muy distinto entre estantes vacíos y productos inasequibles, aunque el resultado sea el mismo. A nivel práctico es una manera de limitar en base al poder adquisitivo, algo que también vemos jugando su nocivo papel como en la concesión de crédito, como en tantos otros ámbitos de la economía.
En una conversación reciente Elon Musk y Jordan Peterson, a priori dos personas inteligentes, se esté más o menos de acuerdo en sus respectivas conclusiones, se interrogaban por lo que ellos interpretan como una “caída demográfica en sociedades que alcanzan la prosperidad”.
Es prácticamente imposible llegar a conclusiones acertadas desde premisas erróneas. Lo que cambia de las sociedades en desarrollo a las desarrolladas es en realidad el acceso a los anticonceptivos, entre otros factores. Y lo que nos vendría a señalar es que tal vez lo que se está desarrollando no sea lo correcto, por lo menos para obtener una demografía positiva. Si es que eso es deseable, que ya es discusión aparte.
Pero supongo que desde ese “mundo de prosperidad” en el que seguramente viven Musk y Peterson es más difícil entender por qué los esclavos no quieren tener hijos.
Idiocracia, ese film que ha acabado siendo si no de culto sí algún tipo de referencia, nos contaba la historia un poco al revés. Se diría que los perfiles presentados de una pareja de cierta cultura y otra con mucha menos, describiría además de la interna de cada sociedad un poco el conjunto de sociedades del mundo.
Y sí, en algo cambia el nivel económico, pero no parece el factor determinante, por lo menos en ese grado. En cualquier caso bueno sería poder generar las condiciones para que se puedan consolidar parejas, porque no es sólo la demografía lo que tal “prosperidad” destruye si no el propio tejido social.
Pero las soluciones a tales problemas, no es que estén fuera de la mesa de negociación o de las posibilidades, es que se diría que aún están por soñarse. No es así, la enfermedad fue diagnosticada hace siglos.
Imagino que hoy Marx estaría pavorosomente maravillado de ver, no sólo sus predicciones sobre la acumulación de capital cumplidas, si no el monstruo en el que se ha convertido el capital financiero internacional. Y ése sí que come niños, no los comunistas.
Coste: cantidad de trabajo requerida para producir algo.
Valor: cantidad de necesidad de un producto o servicio.
Precio: en una sociedad justa, el coste. En una explotadora y tiránica, el valor.
Oculto a simple vista. Es una idea que encuentro repetida en diversos lugares últimamente, en principio distantes. Irguiéndose casi como un principio. En diversos lugares incluso dentro de la propia física: ese medio omnipresente para el desplazamiento de la onda electromagnética.
Esa excitación del medio que es el electromagnetismo en sí, la luz. Y el movimiento, como fenómeno aún más fundamental y transversal a todas las fuerzas que observamos de forma inconexa, todavía.
Einstein se marchó sin cerrar la teoría del todo. No volvió a publicar nada después del proyecto Manhattan. Sus razones tendría, sin duda. Un par de buenas razones, por lo menos.
Pero tampoco el inmovilismo parece la solución.
Al final el cambio es la única constante, todo se mueve. Eso es a la postre lo que en física se definiría como energía. Claro que, cuando uno lo mira más de cerca empiezan a aparecer algunos problemas, porque ¿qué es exactamente lo que se mueve? ¿qué es aquello que excita el medio?
DeBroglie propuso su teoría de la onda piloto como explicación a las observaciones cuánticas. Hay incluso representaciones macroscópicas en dos dimensiones: una gota de aceite caminando sobre una superficie que con su desplazamiento traza una onda. Algo parecido a lo que se observa en una cafetera de goteo, como se explicaba en el artículo “la cafetera cuántica”.
Y aunque presenta sus propios problemas, como todas las interpretaciones de la cuántica, es sin duda la que en mi opinión tiene visos de ser más acertada. Pero algo no del todo natural hay en ello porque, si que es cierto que bajo ciertas condiciones (temperatura en el caso de la cafetera, vibración, frecuencia, en el caso del aceite, que vienen a ser lo mismo) se puede aislar una parte del medio hasta constituir un elemento separado, pero no parece que el fenómeno pudiera presentar la persistencia esperada dada la naturaleza de lo que observamos.
Y es realmente difícil dar con lo que realmente se mueve, se me ocurrió, que tal vez porque no sea nada. Una ausencia. Un vacío. Irreductible, se diría. Es la onda piloto, sólo que el piloto aquí es negro.
Luego, cada una de las partículas del universo, o lo que llamamos partículas, son los diferentes fenómenos emergentes de ese vacío desplazándose por un medio en busca de una situación de menor energía potencial, lo cual estaría directamente relacionado con la idea de entropía.
Se postuló que podría ser una cuerda, una brana, la locura de las N dimensiones… Quizás los delfines con sus burbujas en forma de anillo nos lo estuvieran señalando desde siempre. Y gracias por el pescado, quién sabe.
Aunque a mí me gusta pensarlo más como burbujas esféricas, en un principio. Un poco como una coca-cola. Esa chispa de la vida. Y las burbujas de vacío buscan el modo de unirse mientras el medio realmente se opone. Pero al final es la gravedad lo que rige el cosmos. De ahí las estrellas, que fusionan elementos, hasta el punto de inflexión del hierro. Ahí el proceso se revierte, su fusión ya no genera energía, la demanda. La absorbe.
Es ese cambio abrupto, ese umbral el que genera las supernovas y con ellas el resto de elementos aún más pesados, pero no es el fin del ciclo, ni mucho menos. El proceso continúa literalmente en la sombra, como estrella de neutrones. Y, si la masa es suficiente, como agujero negro. Vacío. Energía, masa negativa, puede ser una forma de llamarlo. Un lugar en el espacio donde no hay espacio, una burbuja.
Ya hace años que Nassim Haramein hablaba del protón de Schwarzchild (que nombre más apropiado) planteando la posibilidad de esos diminutos “agujeros negros” en el núcleo atómico. Se podría decir que hablamos de la singularidad, pero es que de singularidad no tiene nada. Más bien sería el origen de absolutamente todo lo que conocemos. Y ha estado siempre ahí, ni siquiera ante nuestro ojos, más aún: en nuestros propios ojos.
menéame