Ni la masacre de Gaza, ni la subida de los sueldos, ni la mejora de la sanidad pública o la lucha contra la corrupción. Hace unos días los vecinos de Tomiño, una localidad del sur de Galicia, salieron a la calle para protestar por algo bien distinto y que no es habitual encontrarse en la España del siglo XXI: las plagas de moscas. Hartos de encontrarse con los molestos insectos hasta en la sopa (y no, no es una forma de hablar) unas 300 personas se concentraron en la villa para exigir a las instituciones que solucione un problema que llevan año