Había una vez seis hindúes ciegos de saber que quisieron conocer qué era un elefante. Como no podían ver, quisieron averiguarlo a través del tacto.
El primero en indagar, llegó junto al elefante y se chocó con su duro lomo y dijo: “Es duro y liso como una pared”.
El segundo, tocó el colmillo, y gritó: “Ya veo, el elefante es tan agudo como una lanza”.
El tercer hombre tocó la trompa y dijo: “Ya sé, el elefante es como una serpiente”.
El cuarto tocó su rodilla y dijo: “Veo que el elefante es como un árbol”.
El quinto sabio se acercó a la oreja y dijo: “El elefante es como un abanico”.
Finalmente, el sexto tocó la cola del animal y dijo: “está claro que el elefante es como una soga”.
Así es como los sabios comenzaron a discutir y pelearse por ver quién estaba en lo cierto. Cada uno con su propia opinión, y todos tenían parte de razón, pero solo conocían un fragmento de la realidad.
Cuento atribuido a un sufí persa del siglo XIII conocido como Rumi
(Reflexionar acerca de la incapacidad de los seres humanos para comprender todos los planos de la realidad y una enseñanza acerca de la riqueza que supone tener diferentes perspectivas sobre un mismo asunto.)
Comentarios
liso como una pared
No me quiero imaginar cómo eran las paredes de la época...
Para superar esas percepciones parciales tenemos la ciencia, concretamente la física.