
"La democracia creía que era valiosa para las masas populares y no entendió que las masas populares desprecian a los que no tienen el valor de ser lo que deben ser. Todo esto es lo que la democracia no entendió. La democracia le quitó el "estilo" a la vida del pueblo. El fascismo le ha devuelto el "estilo" a la vida del pueblo: es decir, una línea de conducta; es decir, el color, la fuerza, lo pintoresco, lo inesperado, lo místico; en resumen, todo lo que cuenta en la mente de las multitudes". Benito Mussolini, Discurso a la Cámara de los Diputados (1922)
Las vanas pretensiones caen al suelo como las flores. Lo falso no dura mucho.
"A cada día le bastan sus temores, y no hay por qué anticipar los de mañana".
Charles Péguy
"Estábamos juntos. Olvidé el resto".
Atribuida a Walt Whitman (1819 – 1892)
"¿Y quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mí?"
"Las copas de vino que yo tengo o no tengo que beber déjame que las beba tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie ni hago daño a los demás"
Todos vamos a morir, todos, ¡qué espectáculo! Eso solo, nos debería motivar a amarnos unos a otros, pero no sucede así. Somos aterrorizados y aplastados por trivialidades, somos engullidos por nada.
“Hay que ser muy valiente para pedir ayuda, pero hay que ser todavía más valiente para aceptarla.”
Almudena Grandes, “Los besos en el pan” (2015)
"Al capitalismo hay que robarle siempre, porque por mucho que le robes jamás podrás robarle tanto como él te roba a ti, pues te roba la alegría, y la alegría tiene un precio incalculable".
Manuel Vilas, “Alegría” (2019)
“Hay millones de personas que suspiran por la inmortalidad cuando no saben qué hacer una tarde lluviosa de domingo”.
"No por mucho amanecer se madruga con más ganas"
Claudio Pafmantonio Alcarriano
Había una vez una isla muy linda y de naturaleza indescriptible, en la que vivían todos los sentimientos y valores del hombre: El Buen Humor, la Tristeza, la Sabiduría… como también, todos los demás, incluso el Amor.
Un día se anunció a los sentimientos que la isla estaba por hundirse.
Entonces todos prepararon sus barcos y partieron. Únicamente el Amor quedó esperando solo, pacientemente, hasta el último momento.
Cuando la isla estuvo a punto de hundirse, el Amor decidió pedir ayuda.
La riqueza pasó cerca del Amor en una barca lujosísima y el Amor le dijo: «Riqueza… ¿me puedes llevar contigo?»
– No puedo porque tengo mucho oro y plata dentro de mi barca y no hay lugar para ti, lo siento, Amor…
Entonces el Amor decidió pedirle al Orgullo que estaba pasando en una magnifica barca. «Orgullo te ruego… ¿puedes llevarme contigo?
– No puedo llevarte Amor… respondió el Orgullo – Aquí todo es perfecto, podrías arruinar mi barca y, ¿cómo quedaría mi reputación?
Entonces el Amor dijo a la Tristeza que se estaba acercando: «Tristeza te lo pido, déjame ir contigo».
– No Amor… respondió la Tristeza. – Estoy tan triste que necesito estar sola.
Luego el Buen Humor pasó frente al Amor, pero estaba tan contento que no sintió que lo estaban llamando.
De repente una voz dijo: «Ven Amor te llevo conmigo».
El Amor miró a ver quién le hablaba y vio a un viejo.
El Amor se sintió tan contento y lleno de gozo que se olvidó de preguntar el nombre del viejo.
Cuando llegó a tierra firme, el viejo se fue. El Amor se dio cuenta de cuanto le debía y le pregunto al Saber: «Saber, ¿puedes decirme quien era éste que me ayudó?»
– Ha sido el Tiempo», respondió el Saber, con voz serena.
–¿El Tiempo?… se preguntó el Amor. ¿Por qué será que el tiempo me ha ayudado?
– Porque solo el Tiempo es capaz de comprender cuán importante es el amor en la vida.
Había una vez en un lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un jardín esplendoroso con árboles de todo tipo: manzanos, perales, naranjos, grandes rosales,... Todo era alegría en el jardín y todos estaban muy satisfechos y felices. Excepto un árbol que se sentía profundamente triste. Tenía un problema: no daba frutos. -No sé quién soy... -se lamentaba-. -Te falta concentración... -le decía el manzano- Si realmente lo intentas podrás dar unas manzanas buenísimas... ¿Ves qué fácil es? Mira mis ramas... -No le escuches. -exigía el rosal- Es más fácil dar rosas. ¡¡Mira qué bonitas son!! Desesperado, el árbol intentaba todo lo que le sugerían. Pero como no conseguía ser como los demás, cada vez se sentía más frustrado. Un día llegó hasta el jardín un búho, la más sabia de las aves. Al ver la desesperación del árbol exclamó:
-No te preocupes. Tu problema no es tan grave... No dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas. Sé tú mismo. Conócete a ti mismo tal como eres. Para conseguir esto, escucha tu voz interior... ¿Mi voz interior?... ¿Ser yo mismo?... ¿Conocerme?... -se preguntaba el árbol angustiado y desesperado-. Después de un tiempo de desconcierto y confusión se puso a meditar sobre estos conceptos. Finalmente un día llego a comprender. Cerró los ojos y los oídos, abrió el corazón, y pudo escuchar su voz interior susurrándole: "Tú nunca en la vida darás manzanas porque no eres un manzano. Tampoco florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Tú eres un roble. Tu destino es crecer grande y majestuoso, dar nido a las aves, sombra a los viajeros, y belleza al paisaje. Esto es quien eres. ¡Sé quién eres!, ¡sé quién eres!..." Poco a poco el árbol se fue sintiendo cada vez más fuerte y seguro de sí mismo. Se dispuso a ser lo que en el fondo era. Pronto ocupó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Solo entonces el jardín fue completamente feliz. Cada cual celebrándose a sí mismo.
“Es relativamente fácil ponerse de acuerdo en que solo Homo sapiens puede hablar sobre cosas que no existen realmente, y creerse seis cosas imposibles antes del desayuno. En cambio, nunca convenceremos a un mono para que nos dé un plátano con la promesa de que después de morir tendrá un número ilimitado de bananas a su disposición en el cielo de los monos.”
Yuval Noah Harari, “Sapiens: De animales a dioses” (2011)
Lo ven, para vencer a un enemigo, no tienen que matarlo. Derroten la rabia que hay en él, y su enemigo no será más. La ira el verdadero enemigo es.
Maestro Yoda
“Hay culturas periféricas donde el ser algo es más importante que el tener algo. Mientras que aquí no se es más que lo que se tiene y el que no tiene, no es”.
José Luis Sampedro
“La pasión y el prejuicio gobiernan el mundo, pero bajo el nombre de la razón”.
Atribuida a John Wesley
“La música rock la hacen deficientes que cantan letras maliciosas, lascivas. Es la forma de expresión más brutal, nauseabunda, desesperada y viciosa que he tenido la desgracia de escuchar”.
“Yo a esa mierda de música llamada Rock and Roll, no le doy ni 5 años de vida”.
Si algún día me ves triste no me digas nada, solo quiéreme.
Si me encuentras en la soledad de la oscura noche, no me preguntes nada.
Solo acompáñame.
Si me miras y no te miro no pienses nada, compréndeme.
Si lo que necesitas es amor no tengas miedo, ámame.
Pero si alguna vez dejaras de quererme no me digas nada.
Recuérdame.
"Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales".
Atribuida a Miguel Delibes
Para vivir, hay que aprender que el agua vuelve al mar
Y que sufrir también es parte de este caminar
Se recomienda no pensar tanto y crecer sin hacerse mayor
Que entre tanta dudosa certeza, cuanto más te equivoques mejor.
Juan Gómez Canca
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo, yo tomé el menos transitado, y eso hizo toda la diferencia.
Robert Frost
«Levantarse, coger el tranvía, cuatro horas de oficina o de fábrica, la comida, el tranvía, cuatro horas de trabajo, la cena, el sueño y lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado con el mismo ritmo es una ruta que se sigue fácilmente durante la mayor parte del tiempo. Pero un día surge el “por qué” y todo comienza con esa lasitud teñida de asombro. “Comienza”: esto es importante. La lasitud está al final de los actos de una vida maquinal, pero inicial al mismo tiempo el movimiento de la conciencia. La despierta y provoca la continuación. La continuación es la vuelta inconsciente a la cadena o el despertar definitivo. Al final del despertar viene, con el tiempo, la consecuencia: suicidio o restablecimiento.»
Albert Camus
El mito de Sísifo
menéame