“Érase un pececillo que era feliz en su pecera
hasta que alguien lo quiso liberar y lo echó al mar.
Estaba tan acostumbrado a vivir a su manera
que se escondió bajo un alga y se echó a llorar.”
Alguna vez en la vida, perderás tu pequeño mundo.
Alguien romperá tu pecera y te echará al mar.
Te sentirás frágil, inseguro sin ninguna oportunidad.
Aunque tu mundo era chico, había comodidad,
la rutina, las mismas caras, las reglas aprendidas.
Metido en tu bola de cristal nunca interesó el mundo de afuera.
Es válido sentirse aturdido ante la gran inmensidad.
Pero deja el llanto, es tiempo de luchar, ya no hay fronteras.
No temas a lo desconocido, nada y nada sin parar,
llegarás tan lejos como quieras llegar.
Tal vez perdiste una pecera…
Pero ahora puedes conquistar un océano…
Autor: Julio Valencia
Comentarios
Dice cosas muy profundas y motivadoras, se ve que el autor tiene mucha sensibilidad, y todo eso es lo que le da calidad a este texto.
Supongo que nadie le preguntó al pez si realmente quería conquistar un océano, igual era feliz en su pecera
#2 Por desgracia, la vida no te pregunta y a veces no te queda otra que salir al mundo solo y como buenamente puedas.
Muy motivador el mensaje motivador, pero me perturba el submensaje de arreglátelas tú como puedas.
#4 That's life.
#5 No, ni mucho menos tiene que ser así. Vivimos en sociedad, en la que todos debemos poder contar los unos con los otros, y en las que deben existir medidas para evitar que nadie sea devorado en ese océano.
Lo de "tú puedes conquistar un océano" es propaganda tan falsa como el "tú puedes llegar a ser millonario si te esfuerzas lo suficiente"
El mensaje que lleva implícito esta fábula sobre el pececito arrojado al océano es la del capitalismo salvaje en el cual cada uno se las arregla como puede, si eres devorado por otro más grande, te jodes, y por supuesto, anímate que igual un día tú serás el pez grande que se comerá a los pequeñitos.
#6 Como todo relato o alegoría está sujeto a interpretaciones. Entiendo la tuya. Pero se puede aplicar a muchas más situaciones. Y al final, el mensaje de "vas a tener que valerte por ti mismo" es tan real como la vida misma. Por mucho que "debamos poder contar los unos con los otros" y demás deseos de cómo "deberían" ser las cosas, al final la realidad es que uno se puede encontrar completamente solo a la hora de afrontar numerosos episodios de la vida. No te hablo de macroeconomía, te hablo de familia, amistades, relaciones, trabajo, vivencias. El mensaje vale para muchos casos.