Ahora que se han encendido las luces de la navidad, me gustaría compartir con vosotros este pequeño manifiesto delimitador de la religión, porque creo que ofrece un pequeño mapa que permite una situación y acotamiento de la religión que puede ser útil en algunos contextos. El texto lo voy estructurando por apartados.
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1º) El argumento religioso va mas o menos así: imagina que hay una determinada causa, llamémosla C8. Pero esta causa C8 ha debido ser causada por otra causa anterior, C7; representémoslo como C7 -->> C8. De la misma forma, también tendremos una causa C6 tal que C6 -->> C7. Si continuamos este razonamiento, deberíamos llegar a una causa primera, C1. Así que podríamos representar el universo como C1 -->> C2 -->> C3 -->> C4 -->> C5 -->> C6 -->> C7 -->> C8.
Cuando la religión se acoge a este planteamiento, indirectamente está reconociendo que el universo funciona por causalidad, no por magia, o milagros o poderes todopoderosos. Un universo causal es lo que justifica y fundamenta la ciencia, por lo que con su razonamiento causal la religión indirectamente nos está diciendo que respecto al universo lo que debemos emplear es el método científico, no la religión.
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2º) Además, con este razonamiento causal de la religión, la religión solamente nos está diciendo por qué hay cosas contingentes, causadas (es decir, C2, C3, C4, etc), en vez de no haber estas cosas contingentes, o de haber otras cosas contingentes distintas: el motivo de estas cosas contingentes o causadas es la causa primera C1. Pero la religión no nos explica por qué hay una causa primera C1 en vez de nada, es decir, la religión no nos explica por qué hay algo (una causa primera) en vez de nada.
La necesidad de la causa primera es una necesidad respecto a las consecuencias, es decir, por ejemplo, para que sea posible la causa C2 es "necesario" que exista la causa primera C1. Pero la necesidad de la causa primera no es una necesidad respecto a posibles causas anteriores que hubieran podido causar a C1.
La religión solo te dice por qué hay "causas segundas" o contingentes o causadas (C2, C3, C4 ... ) en vez de no haberlas, o en vez de haber otras distintas, pero no te dice por qué hay una causa primera, o necesaria para sus consecuencias, en vez de no haber absolutamente nada.
Así, la religión, a través de la existencia necesaria de su dios, solo nos explica por qué hay existencias contingentes, en vez de no haber esas existencias contingentes o de haber otras existencias contingentes distintas; pero la religión no nos explica cómo pudo salir de la nada esa existencia, necesaria y primera, de la que disfruta su dios así porque sí.
Por tanto la religión nos dice por qué hay algo contingente (en vez de no haberlo, o de haber otra cosa contingente distinta; y para explicarlo, encima , la religión recurre a la causalidad científica, no a la magia), pero no nos dice por qué hay algo en absoluto (causa primera necesaria) en vez de nada.
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Así que del punto 1º) concluimos que para entender el universo no necesitamos la religión, necesitamos la ciencia, porque el universo funciona por simple causalidad, no por magia; y del punto 2º) concluimos que la religión tampoco la necesitamos para entender por qué hay algo en absoluto (algo primero necesario) en vez de nada, porque la religión tampoco da respuesta a esta pregunta, igual que la ciencia. Por tanto la religión no la necesitamos para nada, y la ciencia es mucho mejor, porque al menos las fórmulas del método científico son precisas, útiles, y nos han proporcionado un progreso abundante que la religión jamás nos hubiera podido proporcionar. Bergoglio no suplicó a su dios, suplicó a su neumólogo.
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3º) Ante esta conclusión devastadora, de que la religión no sirve para nada, las cuentas bancarias de los líderes religiosos demandan algún tipo de solución, y entonces la religión pone en pie el siguiente argumento:
Por motivos meramente lógicos, la causa primera, C1, y seguramente las que le están muy cerca, por ejemplo la C2 y la C3, jamás podrán ser observadas directamente por el ser humano, ni por tanto por el método científico, por lo cual el método científico jamás podrá alcanzar a esas causas primeras, ni decirnos nada sobre ellas. (Así, esas causas muy primeras y remotas serían predeterminadoras de capas físicas tan básicas, como el espaciotiempo o los campos cuánticos, de los cuales dependemos nosotros mismos y nuestro método científico, que a esas causas primeras jamás podríamos investigarlas científicamente; llamemos a estas causas primeras remotas imposibles de investigar científicamente "lo metafísico" o "lo trascendente").
Como esas causas muy primeras y remotas jamás podrán ser objeto de estudio científico, entonces los líderes religiosos se ven con libertad de inventar sobre ellas lo que les dé la gana, es decir, lo que mejor venga a sus cuentas bancarias.
Ahora estamos en condiciones de definir bien la palabra "religión". La "religión" la definimos como "alguna fantasía inventada sobre lo metafísico, sobre cómo es lo metafísico, es decir, sobre cómo es ese substrato o capa causal del universo que está a salvo de la observación o la verificabilidad científica directa".
Ahora bien, aunque en un primer momento parecería que esta libertad de fantasear sobre lo metafísico, o de hacer "religión" sobre lo metafísico, es totalmente ilimitada, sin embargo podemos entenderle tres límites muy importantes. Veámoslos:
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3.1º) Primero, si nos basamos en el modelo causal utilizado por la religión para justificar a su dios como "causa primera necesaria" ( C1 -->> C2 -->> C3 -->> C4 -->> ... ), y si por ejemplo imaginamos que el "tramo metafísico" es el que comprende C1 -->> C2 -->> C3 , entonces la propia religión ya está reconociendo indirectamente que lo metafísico también es causal, es decir, en lo metafísico no hay magias ni milagros.
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3.2º) Segundo, ninguna descripción de lo metafísico o fantasía religiosa puede contradecir la ciencia ni la parte del universo causal que sí está al alcance del método científico.
Por ejemplo, no podríamos inventarnos un dios que nos dijera que los seres humanos podemos volar con las orejas, o que podemos curar el cáncer con poderes mentales telepáticos, o que nos obligara a creer que el planeta Tierra es plano, por meras razones físicas y científicas.
Tampoco podríamos inventarnos un dios que nos dijera que debemos destruir la civilización humana, o que debemos extinguir a la especie humana, o que debemos robar a otras personas, o asesinarlas, porque esto contradiría la estrategia evolutiva social y cooperativa en que se ha basado la supervivencia y progreso de la especie humana.
Tampoco podríamos inventarnos un dios que nos ordene que destruyamos los ecosistemas y el medioambiente, porque la propia supervivencia de la especie humana depende del medioambiente.
Así, precisamente porque las cuentas bancarias de los líderes religiosos van en ello, cualquier religión que aspire a una mínima posibilidad de aceptación social y a una mínima rentabilidad debe mantener una compatibilidad con lo científico, por lo cual las religiones orientadas a rentabilidad deben inventarse dioses que sean causantes positivos, constructivos, no destructivos, causando la conducta social y la conducta ecológica humanas (ética), etc...
Si nos ponemos estrictos, una religión reconocedora y favorecedora de la ciencia es preferible a otra religión negadora e incompatible con lo científico, por lo que la religión mas honesta y preferible posible sería la que nos dijese que la mejor religión es la no religión y la ciencia.
Por eso las religiones que guardan incompatibilidades serias con la ciencia o la racionalidad son nocivas y peligrosas para la humanidad: por ejemplo, las religiones que nos dicen que el mundo se creó en 7 días, que la evolución no existe, que la magia y los milagros son posibles, que para curar el cáncer es mejor un rezo que una investigación científica, que una transfusión sanguínea o una vacuna son inmorales, que a la hora de planificar familiarmente no hay que tener en cuenta la situación económica, que debemos ser antisociales e incomprensivos con las orientaciones sexuales, o que lo que los líderes religiosos escriban en un pergamino vale como prueba suficiente y debe ser creído, son religiones peligrosas, nocivas, que deberían ser abolidas.
Llegamos así a una contundente conclusión: si nos inventamos un dios o una religión que contradiga a la ciencia o la parte del universo causal que sí esté al alcance del método científico, ese dios o religión son falsos.
Bergoglio no suplicó a su dios, suplicó a su neumólogo.
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3.3º) Y tercero, si lo metafísico no podemos describirlo de manera formal, con ecuaciones matemáticas y método científico, entonces mucho menos sentido tendrá intentar describirlo de manera informal, con palabras vagas, con metáforas o alegorías, o con conceptos no rigurosos o lógicamente defectuosos.
Este punto es muy importante: una fantasía (ya sea una fantasía religiosa sobre lo metafísico, o cualquier otra) que sea lógicamente insostenible, es falsa, pero no es falsa solo por su falta de correspondencia con lo empírico, sino por algo anterior, porque esta falta de correspondencia con lo empírico se debe a la inconsistencia lógica, a la deficiencia o incoherencia formal.
Hay unos mínimos formales o lógicos que cabe exigir a cualquier teoría, fantasía o pensamiento humano sobre el mundo antes siquiera de que lleguemos a la necesidad de contrastarlo empíricamente: que dicha teoría, fantasía o pensamiento sobre el mundo no posea una construcción conceptual lógica y formalmente insostenible, defectuosa, incoherente. Una teoría, fantasía o pensamiento sobre el mundo formalmente incoherente es empíricamente falso, pero no solo por lo empírico, sino por algo anterior, porque la falsedad empírica se basa en la incoherencia formal.
Imagina que te digo que existe una partícula que es al mismo tiempo un protón y un electrón, o una partícula compuesta y no compuesta. Pero no te estoy diciendo que cuando la mides colapsa en un estado u otro, te estoy diciendo que incluso cuando la mides, se manifiesta como siendo al mismo tiempo protón y electrón, o compuesta y no compuesta. Tú me dirás con completa seguridad que esa partícula no existe. Pero la seguridad con que sabes que esa partícula no existe no se debe a que te hayas recorrido el universo entero para constatar que ella no está en ninguna parte, se debe a algo mucho mas simple y anterior: a que la sola descripción de la partícula, por sí misma, es lógicamente insostenible, es una construcción defectuosa o errónea.
Por tanto, el hecho de que lo metafísico nunca podrá ser estudiado ni teorizado científicamente tampoco legitima, ni valida ni vuelve admisible que sobre lo metafísico sí puedan formularse teorías absurdas, formalmente incoherentes. Una teoría formalmente defectuosa e incoherente no se vuelve válida ni legítima porque se refiera a un objeto empírico que de todas formas está fuera del alcance de nuestro estudio. Las estupideces no se vuelven inteligentes o respetables porque se refieran a cosas no comprobables.
Por eso, incluso a pesar de que nunca podremos observar lo metafísico, seguimos estando perfectamente legitimados para reconocer y preferir los esfuerzos intelectuales honestos, como la teoría de cuerdas, y para desechar las bobadas deshonestas, de tipo religioso. De hecho, la aproximación a lo metafísico de una manera intelectualmente honesta (tal como, por ejemplo, yo estoy haciendo en este manifiesto), no de una forma religiosa, es posible: se llama "Filosofía".
Así pues, con la idea de "dios" pasa lo mismo. Podemos demostrar que dios no existe, sin necesidad de que dispongamos de una varita mágica que nos permita viajar a lo metafísico para constatar que allí no hay ningún dios, sino simplemente evaluando las inconsistencias lógicas y conceptuales, por no decir mentiras y falsedades, sobre esa idea de dios.
Por tanto, cuando alguien os diga que no se puede demostrar que dios no exista, respondedle que primero ofrezca una definición de dios que sea coherente y sostenible lógicamente, porque si no la ofrece entonces no tendrá un dios, no sola y simplemente porque ese dios no exista, sino también porque el motivo de esa inexistencia es que ni siquiera disponen de un concepto de dios lógicamente sostenible y manejable. En otras palabras: antes de venirme con el cuento de que existe un dios real, como mínimo moléstate en ofrecerme una idea de dios que, al menos en un primer momento, sea sostenible desde un punto de vista lógico.
Bajemos, entonces, a jugar al terreno de juego de la religión. Nos dicen que dios es omnipotente (o todopoderoso; e incluyamos aquí una inteligencia infinita, porque si eres tonto no puedes ser todopoderoso) y que su bondad y su ética es infinita. Sin embargo algunas consideraciones pueden mostrarnos que ese dios no puede ser todopoderoso ni infinitamente bondadoso, por lo cual atribuirle esa omnipotencia y esa bondad infinita es una inconsistencia lógica, una deficiencia formal, un engaño. Nos encontramos así con un dios que es, al mismo tiempo, todopoderoso e infinitamente bondadoso, pero no todopoderoso ni infinitamente bondadoso. Esta incoherencia formal convierte a ese dios en una falsedad, en una mentira, en un engaño. Analicemos esta falta de poder y de bondad de dios:
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3.2.1º) Voy a enumerar a continuación cuatro opciones, que van desde la menos altruista, menos generosa, menos bondadosa o menos ética (arriba del todo), hasta la mas altruista, generosa, bondadosa o ética (abajo del todo):
Opción a) Uno recibe ayuda de los demás, pero a cambio no ofrece ninguna ayuda a los demás, a pesar de que podría ofrecerla.
Opción b) Uno ofrece ayuda a los demás, pero a cambio exige que los demás también le ofrezcan ayuda a él.
Opción c) Uno ofrece ayuda a los demás, pero tiene recursos de sobra, ofrece lo que le sobra, sin renunciar a los recursos que él necesita utilizar en provecho propio, y por esta razón de ofrecer lo que le sobra y no necesita, no exige recibir de los demás ninguna ayuda a cambio.
Opción d) Uno ofrece ayuda a los demás, pero además está ofreciendo recursos que necesita para sí mismo, que no le sobran, por lo cual esta ayuda ofrecida a los demás le supone a él una pérdida dolorosa, un "sacrificio" o privación propios; y, además, él no exige a los demás ninguna ayuda a cambio. Por tanto, uno está renunciando a su propio bienestar, a su propia existencia, para posibilitar o ayudar al bienestar o existencia ajenos. El extremo mas radical posible de esta opción sería que uno sacrificase su propia vida, su propia existencia completa, para salvar las vidas de otros.
Está claro que la cuarta opción, la opción d), es la mas altruista, la mas generosa, la mas entregada, la mas bondadosa, la mas desinteresada, la mas loable, la mas ética de todas. Es una opción por la que uno pone a los demás por encima de uno mismo.
Sin embargo esta cuarta opción, este "altruismo máximo" o "bondad máxima", es imposible para dios. Dios no podría sacrificarse, no podría morir o desaparecer, para que otras criaturas creadas por él existan, porque si dios muriera o desapareciera, las criaturas creadas por él también desaparecerían con él.
De hecho dios ni siquiera podría sacrificar o renunciar a una pequeña parte de sí mismo, para regalarla definitivamente en forma de existencia a alguna criatura. Dios no regala existencia, la presta. Ninguna criatura podría considerarse propietaria absoluta de alguna existencia regalada por ese dios, porque si ese dios desapareciese, esa criatura también desaparecería, y porque ese dios en ningún momento renuncia a la posibilidad o el derecho de retomar para sí la existencia cedida a otras criaturas.
Así pues, la existencia cedida por ese dios hacia los seres que crea no es una existencia gratuita, es una existencia condicionada, condicionada y dependiente de ese dios, de su no desaparición. Un paciente no está regalando su dinero a un médico si lo hace a condición de que el paciente no muera.
Este altruismo falso de dios puede reconocerse incluso en el hecho de que su hijo Jesús, tras ser crucificado y matado, resucitó, por lo que no hubo ningún sacrificio de dios; uno juega con mucha ventaja cuando tiene poderes mágicos.
Un ser, dios, que solo puede crear otros seres dependientes de él mismo, ni es tan altruista, generoso, gratuito o ético, ni es tan poderoso.
Hay que observar también que esta imposibilidad de dios de realizar el acto ético supremo, el sacrificio propio, no se debe a alguna "intención" o "voluntad" instalada en ese dios de no realizarlo, sino que se debe a la propia definición de dios: dios, definicionalmente, es una causa primera tal, que no podría desaparecer de manera que las criaturas creadas por ella siguieran existiendo. Es decir, dios no puede realizar el acto altruista supremo, el acto ético supremo, el sacrificio propio, porque está precisamente definido como incapaz de realizarlo. Dios está precisamente definido como un "ser incapaz de ética suprema, que por esa misma incapacidad tampoco puede ser considerado todopoderoso".
El único sacrificio que realiza dios es el de renunciar a la capacidad de sacrificarse, a la capacidad de la perfección ética, y a la capacidad de ser todopoderoso. Es decir, a la capacidad de ser un verdadero dios.
Por tanto, cuando la religión mete en un mismo concepto o definición de dios el no ser completamente bondadoso ni poderoso, y el sí serlo, entonces la religión nos está vendiendo un concepto de dios necesariamente falso, una mentira.
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3.2.2º) Pero si mentira es que dios sea realmente altruista con nosotros respecto a la existencia que supuestamente nos regala antes de nuestra muerte, también es mentira que ese dios sea altruista hacia nosotros respecto a la existencia que supuestamente nos regala después de nuestra muerte, porque al paraíso ultraterreno no accedemos gratuitamente, accedemos con condiciones: debemos portarnos bien. El paraíso ultraterreno nos lo tenemos que ganar con esfuerzo. Un dios que no regala, que pone condiciones y exige esfuerzo, no se puede considerar un dios altruista, y por tanto no es un dios ni ético ni todopoderoso. Un dios ético y todopoderoso puede regalar sin pedir cosas a cambio.
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3.2.3º) Un dios que nos premia algunos actos y nos castiga otros no es un dios que nos conceda libertad, es un dios-policía, un dios-dictador. Un dios que concede libertad no publica una tabla de diez mandamientos.
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3.2.4º) Por último, cuando un escultor crea una escultura de una persona torpemente realizada, decimos que ese es un mal escultor. Si la singularidad inicial del universo prácticamente no-entrópica era un dios totalmente no-entrópico y perfecto, pero si también resulta que la evolución posterior del universo, por leyes termodinámicas, es cada vez mas entrópica, desordenada, deconstruida e imperfecta, entonces ese dios perfecto inicial, al crear seres mas imperfectos que él, es un mal escultor, no es un dios tan poderoso. Si es mentira que haya un dios todopoderoso, entonces es mentira que haya un dios. De hecho, la pregunta no sería quién creó todo esto, la pregunta sería quién está destruyendo todo esto, pues el universo, por el aumento de entropía, es una progresiva y continua deconstrucción, desgaste e inutilización. Cuando ese supuesto dios crea seres mas imperfectos que él, no está creando o construyendo, está destruyendo
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