Es un borrador inspirado en el reciente "modelo griego", manifestó el empresario Martín Varsavsky, cercano a Milei. La reforma "se enmarcaría en un tope semanal de 60 horas semanales, negociable entre empleadores y empleados". Varsavsky insistió en que es solo "una idea en borrador, no una política confirmada ni forzada", pero reconoció que está alineada con la agenda de mayor flexibilidad laboral que impulsa el gobierno libertario. El tema se viralizó rápidamente, con miles de usuarios en redes calificando la idea como "esclavismo moderno".