Porque es viernes por la noche y he encontrado unos minutos para escribir aquí. Eso ya es bastante malo...
Porque me falta la gente con la que estaría hoy. Unos por la distancia, otros por el olvido y otros, qué cojones, por el hondo de sus putas sepulturas.
Porque amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño. Y cada vez peor, y cada vez más rotos, y cada vez más tú, y cada vez más yo, sin rastro de nosotros. Siempre nos queda Sabina, coño.
Porque cualquiera puede perder, pero se rinde sólo el que quiere.
Porque sé que yo escribo esto, bebido, por la noche, y vosotros lo leeréis con resaca, o peor aún, sobrios, por la mañana.
Por todo eso, me siento ratón. Como el de la cojonuda canción que os propongo.