El populismo va de captar mentes con mensajes simplistas y símbolos que cautiven al ciudadano, haciéndole creer que está en el mismo bando del dirigente populista aunque el viva como Dios y los demás no lleguemos a fin de mes.
El populismo usa cebos tan dispares como una paella popular, un partido de fútbol, enemigos inventados y maximizacion de unos problemas para ocultar otros. El dirigente populista se fotografiará con un plato de paella o una bufanda del Madrid junto al currela de turno para transmitirle el mensaje de "soy uno de los tuyos porque a los dos nos gusta el fútbol". Acto seguido le abandonará para legislar y gobernar conforme a sus intereses bastardos, y llenará sus bolsillos gracias a la confianza robada con artimañas.
Igualmente, el dirigente populista que controla los medios de comunicación, repetirá hasta la saciedad la noticia del secuestro de un niño (una indudable tragedia) pero ocultará que en España dos millones de niños pasan hambre www.lasexta.com/programas/mas-vale-tarde/noticias/cerca-dos-millones-n También ocultará el maltrato e incluso la muerte que cada año sufren tantos niños porque no existen unos servicios sociales lo bastante potentes como para detectar el infierno que viven en sus casas y acabar con el.
La guinda del pastel será aprovechar ese secuestro (y alguna tragedia similar reciente) para sostener que el principal problema del país son los desgraciados aislados que siegan una sola vida, y que todos los hombres de bien debemos perseguir que se pudran para siempre en la carcel.
El populismo es enemigo del análisis racional de los problemas. El populismo nunca reconocerá que los dos millones de niños que pasan hambre en España son víctimas atrapadas en una tragedia cotidiana que, muy probablemente, les marcará de por vida perpetuando su pobreza generación tras generación. Nunca admitirá que no tiene sentido abrir todos los telediarios con el secuestro de un niño mientras se invisibiliza a otros dos millones de víctimas infantiles.
Habiendo una investigación policial en curso, ya se está haciendo todo lo posible por solucionar ese problema. Pero las autoridades no hacen nada por acabar con el hambre infantil en España. Implicaría tocar el bolsillo de sus patrocinadores. Por eso se actúa como si no existieran. Porque si se analizara el problema a fondo, descubriríamos a sus verdugos.
Y es mucho más fácil proyectar la atención sobre un asesino aislado, repitiendo machaconamente que el principal problema de España es garantizar que no salga jamás de la carcel. Mientras tanto, no pensaremos en los responsables de las millones de tragedias cotidianas que provoca el subdesarrollo al que nos están condenando. No pensaremos en los miles de millones de euros que cada año quedan en los bolsillos de las grandes fortunas debido al fraude fiscal y a los exiguos impuestos que les establece el Gobierno. Y no pensaremos en que ese fraude fiscal es culpa exclusiva del Gobierno que se niega a combatirlo implementando las medidas que los técnicos de Hacienda le reclaman una y otra vez www.gestha.es/index.php?seccion=actualidad&num=464