Entropía y la glorificación de lo anómalo

Algunas puntualizaciones iniciales:

Antes de nada me veo prácticamente obligado a declarar que mi intención con este artículo no es “incitar al odio” contra ninguna de las personas o colectivos mencionados en este por su condición física o mental, si no denunciar una forma de pensar que por sus consecuencias destructivas solo puedo calificarla como dañina. El objetivo de este artículo no es promover la discriminación si no promover la concienciación, la responsabilidad y abrir debate.

Los colectivos mencionados en este artículo no forman por defecto parte del problema ni tienen culpa de nada. La culpa, si acaso, tendría que ser adjudicada a las personas que a título personal, promueven ideas que hace que se multipliquen los trastornos y las enfermedades.

Entropía

La entropía es un concepto que deriva de la termodinámica según el cual, los sistemas tienden a derivar hacia un estado de caos y desorden. En todo proceso reversible, la entropía del universo permanece constante. En todo proceso irreversible, la entropía del universo aumenta.

Un sistema cerrado con baja entropía es un sistema ordenado. Un ejemplo de sistema cerrado es un organismo vivo.

En el libro de 1944 ¿Qué es la vida ?, el Premio Nobel austríaco Erwin Schrödinger, teorizó que la vida se opone a la entropía al mantener su nivel de organización, contrariamente a la tendencia general dictada por la segunda ley de la termodinámica, que establece que la entropía de un sistema aislado tiende a aumentar.

Si miramos a la naturaleza, siempre veremos al orden dominando al caos; la simetría y la armonía dominando a la deformidad. La propia especie humana ha sido testigo del poder del orden, que ha creado civilizaciones y cultura.

Por tanto cuando las señales de la entropía empiezan a hacer aparición debemos ponernos en alerta pues como seres vivos debemos oponernos a ella. La asimetría, la enfermedad, la deformidad, la disgenesia (en contraposición a la eugenesia) etc... son algunas de estas señales. Y la gente que las glorifica o normaliza no están del lado de la vida.

La vida conserva su orden perpetuando las características y la información valiosa que la hacen apta para poder autopreservarse y seguir abriéndose camino hacia formas más optimas a través de la selección natural y en el caso de organismos complejos, a través también de nuestro instinto innato para apreciar cualidades como la fortaleza, la belleza, la armonía, la salud o la aptitud.

Por eso cosas como lo que es bello, lo que es normal o lo que preferible biológicamente hablando, nunca serán relativas ni subjetivas al 100%. Hay unas reglas o estándares básicas de la que no podemos escapar. Véase por ejemplo, la simetría. En el ser humano y la mayoría de vertebrados la belleza implica simetría.

No podemos ni debemos intentar rebelarnos contra estos estándares, puesto que la aptitud y la salud de nuestra especie y de las generaciones venideras, está ligada a estas reglas básicas que la evolución nos ha impuesto y que por naturaleza seguimos de forma innata. Luchar contra estos estándares mínimos de normalidad implica inevitablemente caer en una peligrosa degeneración; la pérdida progresiva de la normalidad psíquica, moral y biológica.

La actual oposición antinatural a estos estándares solo ha sido posible debido a la propaganda política e ideológica. Es el síndrome de la rana hervida.

No se trata de ninguna falacia naturalista, si no de ser cocientes de que ir en contra de los principios y cánones biológicos más básicos trae como consecuencia perder lo que con mucho esfuerzo y tiempo la naturaleza ha conseguido crear y mantener.

La intención fundamental de este artículo es alertar de los peligros que conlleva la perdida de los referentes de normalidad que constituyen el sustrato del orden y de la vida. Si se difuminan los estándares y lo cánones de lo que es bueno, preferible, saludable etc solo conseguiremos que la especie se degenere, es decir que pierda cualidades y se deteriore, causándonos un perjuicio grave a nosotros mismos y a nuestros descendientes.

El lenguaje cargado

El inicio del problema del que voy a hablar es el lenguaje cargado, una forma muy efectiva de hacer que la propaganda arraigue, puesto que controlar el lenguaje implica controlar las mentes. Es el primer paso para hacer que la rana no salte aunque el agua se vaya calentando.

Hay conceptos que automáticamente evocan en nuestra mente cosas positivas porque se suelen usar en contextos positivos o se les intenta dar la vuelta y presentárnoslo como algo bueno. Los periodistas son expertos en esto. Palabras que producen una respuesta emocional y son habitualmente utilizadas para influenciarnos son, por ejemplo:“cambio”,” visibilización”, “discriminación”, “derechos”,”libertad”, “odio”, “homofobia”, “racismo”, “transfobia”, “ negacionismo” etc... Esta última palabra, ya arrastraba connotaciones negativas por ir a menudo ligada al tema del holocausto y en la época del covid se ha abusado de ella de forma exagerada. El termino “negacionismo” ya se aplica a la ligera a cualquier persona, niegue o no la existencia del virus. Basta con que no comulgue con la verdad oficial, de forma que es casi intercambiable por la palabra “hereje”.

Otra palabra digna de ser analizada es “discriminacion”: se le da un sentido negativo difuso, pero discriminar es seleccionar excluyendo, algo que nuestra sociedad hace en muchos sentidos para poder funcionar. Sin embargo se utiliza como lenguaje cargado para suscitar una respuesta acrítica automática de carácter emocional. El objetivo con esta y la mayoría de palabras de la lista es saltarse todo debate, explotando el miedo del contrario a ser juzgado moralmente si presenta objeciones.

Por otro lado también existen los conceptos que nos quieren presentar bajo una luz positiva y que ya inevitablemente de forma inconsciente las vemos como algo que solo puede ser bueno y solo nos damos cuenta de cuando lo hace el otro bando.

Dos diarios pueden hablar de un mismo tema dándole una valoraciones totalmente contrarias y una parte fundamental de esto es el uso que se le da a la semántica. No suena igual ser “pro-elección” que ser “pro-aborto”, igual que no suena igual ser “antiabortista” que ser “provida”.

Es difícil escapar de esta narrativa porque a menudo hemos sido adoctrinados por ella durante años sin siquiera darnos cuenta. No hemos puesto ninguna resistencia y hemos desarrollado la respuesta emocional acrítica. Algunas ideas llevan por aquí unos cuantos años y será difícil desbancarlas de su condición de dogma, pero otras se están instalando poco a poco y aún estamos a tiempo de desarrollar una visión crítica y de estar en guardia ante una forma de manipulación que apela a nuestros sentimientos.

La representación como algo bueno en si mismo

En este artículo voy a hablar entre otras cosas, de esta manipulación del lenguaje, de como el uso amable y considerado de ciertos términos políticamente correctos y ciertas ideas de visibilización y representación, que se da por hecho que son positivas, en realidad no lo son tanto.

Se habla mucho últimamente de la importancia de a representación en la democracia, pero también en la cultura: en el cine, los comics, las series etc.. en el contexto de defender que hay que hacer que todo el mundo se sienta incluido y que tenga referentes que se parezcan a ellos en el mundo de la ficción. Esta prioridad se ha impuesto, a veces por la fuerza, por encima de otras ideas como la integridad artística, la libertad creativa o la fidelidad histórica. Por poner algunos ejemplos; en Hollywood ahora hay que contratar una cuota mínima de actores de color para poder recibir un Oscar; En los comics superman ahora es gay; en la tele Ana Bolena es negra; Ginebra, la esposa del rey Arturo, también, al igual que unos cuantos Dioses nórdicos o los Targaryens del nuevo spinoff de Juego de Tronos. En la serie de El Señor de los Anillos de Amazon tenemos elfos y enanos de todos los colores (bueno, de todos no porque a los defensores de la representación nunca se acuerdan ni de los asiaticos, ni de los indios, ni de los latinos). También hay personajes de todo el abanico que la sopa de letras LGTBQ+ ofrece. Muchos han esperado hasta que el autor falleciese para salir del armario.

¿Por qué menciono esto? Porque esta corriente policorrectista no sabe donde poner el freno y no se detiene en el color y la orientación sexual, si no que el impulso de la inclusión motiva y alienta la visibilidad y la representación de todas las condiciones humanas. Tanto al industria del entretenimiento como las redes sociales, no solo dan visibilidad si no que muchas veces sobrerepresentan a las minorías. Y hoy en dia, se le está dando visibilización y representación a todo tipo de condiciones y estilos de vida, porque se asume que la visiblización es siempre algo positivo y la alternativa es “discriminar” o “ser intolerante” y la tolerancia es según la gente de hoy, la virtud suprema. Es la reacción acrítica y automática que hemos desarrollado ante estos conceptos. Sin embargo eso choca con el hecho de que todos somos conscientes de que hay cosas que es mejor no normalizar y por tanto no visibilizar. No necesariamente porque sean inmorales o porque sean vergonzosas si no porque el daño que trae a la mayoría no compensa los posibles beneficios que pueda traer a una minoría el representarla o animarles a mandar su contenido a un público amplio, si su ejemplo o influencia va a causar problemas.

Un ejemplo en el que la mayoria está de acuerdo: el contenido pro-anorexia o bulimia en las redes. Ya hubo polémica por este asunto hace años. En casos como ese lo tenemos bastante claro, pero, ¿habrá cosas que a priori parece algo positivo el visibilizarlas, pero que sin embargo pueden traer efectos no deseados?

El sindrome de Tourette “se extiende” a través de las redes

Un ejemplo que encontré recientemente y que en parte ha inspirado este artículo es este:

www.wsj.com/articles/teen-girls-are-developing-tics-doctors-say-tiktok

WSJ

Hay mucha gente con trastornos, malformaciones y otros problemas en tiktok y youtube que hacen vídeos en tiktok para superar sus inseguridades y para informar o concienciar sobre su problema. Es muy común el caso de la gente con síndrome de Tourette, un trastorno caracterizado por movimientos repetitivos o sonidos indeseados (tics); que hacen videos hablando de su problema y de temas generales también.

A priori que alguien con este síndrome haga vídeos y lo suba a Internet no parece presentar ningún problema, pero si que ha habido un efecto indeseado. Como dice el artículo, “adolescentes de todo el mundo se han presentado en los consultorios médicos con tics (movimientos espasmódicos físicos y arrebatos verbales) desde el comienzo de la pandemia”

Tirando del hilo se descubrió que todos estos adolescentes tenían en común que seguían a personas con síndrome de Tourette en Tiktok.

¿Qué lleva a un adolescente o un niño a imitar a alguien con un trastorno? Puede ser que le caiga bien la persona, que la admire, que vea sus tics u otros síntomas como rasgos peculiares que le confieren personalidad y que le hace más complejo o interesante. Todo eso influye, pero parece que hay algo fundamental sin lo cual esto no sería posible. Un adolescente no imitaría algo que se considera negativo. Para que se produzca la imitación, la cosa a imitar tiene que haber perdido parte de su estatus de condición no deseable. Y esto es la clave de todo este asunto.

Nadie es inmune, sobretodo cuando somos jóvenes y nuestra personalidad no está formada del todo. De adolescente me gustaba la serie House y creía que cojear y llevar bastón era guay y lo creía porque ahora tenía un referente en la ficción que lo hacía. De repente cojear ya no parecía algo tan malo, de hecho lo hacía guay. Y empastillarse lo mismo.

Cada vez veo más personajes de televisión que padecen trastornos mentales como esquizofrenia, autismo, bipolaridad, TOC... También es ya normal ver protagonistas con comportamientos autodestructivos de todo tipo. Quizás porque está de moda la figura del antihéroe. Estos defectos parece que enriquece al personaje y lo hace especial o lo hacen mas complejo o interesante.

La cantante Billie Eilish tiene Tourette también y os aseguro que la opinión de sus fans sobre el trastorno ha cambiado a raíz de conocer este dato. Incluso no me sorprendería si más de un fan adolescente lo ha desarrollado misteriosamente.

Estos chicos que fueron al médico porque creían tener Tourette, realmente creían que lo tenían. Es decir, llega a ir mas allá de la simple imitación. No siempre es una fase a la que la persona puede simplemente decidir poner fin. Y en el caso de otros trastornos, este efecto “contagio” puede llegar a ser bastante real o incluso mezclarse y retroalimentarse de un trastorno psicológico real que la persona ya padezca con anterioridad.

Y es que hay que darnos cuenta de que no solo es gente con Tourette la que está siendo visibilizada si no que hay un sin fin de gente con trastornos y condiciones de todo tipo que suben contenido a estas plataformas.

Después de leer ese artículo empecé a reflexionar al respecto y en seguida surgió la pregunta: Si hay adolescentes “contagiándose” del síndrome de Tourette ¿de que no llegarán a “contagiarse”?

Y recalco las comillas porque ya me imagino a alguno en los comentarios intentando corregirme porque dije que el síndrome de Tourette se puede contagiar. Evidentemente no es un contagio literal si no que recuerda más bien a una histeria colectiva. Estamos experimentando un episodio de histeria colectiva ahora mismo entre las mujeres jóvenes con el tema de los pinchazos. Recordemos que las mujeres son mucho mas propensas a padecerla. Por eso no es casualidad que este y otros contagios de los que hablaremos en este artículo afecten mayormente a chicas jovenes.

Y no solo es que se propaguen los trastornos si no que se potencian. Existen comunidades en sitios como youtube donde la gente se retroalimenta entre ellos sus trastornos mentales. Un caso que he estado observando es el de las personas con delirio persecutorio, una condición delirante que se caracteriza porque el individuo cree que otras personas le están causando un daño o un perjuicio intencionado o que lo van a hacer en el futuro. Son gente que dice que sus padres son narcisistas, que su vecino es narcisista, que su jefe es narcisista también etc.. Todo el mundo los trata mal porque ellos son especiales y les tienen envidia.

Seguro que a todos nos suena pero hablamos no de gente victimista que todos conocemos, si no de una auténtica patología que llega a situaciones como una muy común entre los “targeted individuals” como se llaman a si mismos esta comunidad, como es la creencia de que la gente se pone de acuerdo para acosarlos por la calle. Y lo hacen de formas tan sutiles como vestirse de rojo o dejar el carrito de la compra enfrente de un pasillo por donde ellos querían transitar o dejando la cortadora del cesped encendida para molestarles. Estas ideas evidentemente delirantes son muy comunes entre las personas que sufren este trastorno. Se llama gang stalking.

La comunidad de “victimas” del gang stalking, a través de la interconectividad de internet, refuerza el delirio de unos y otros impidiendo que busquen ayuda.

Cuando alguien sube un video diciendo que la gente le acosa por la calle porque van vestidos de rojo para mandarle un mensaje soterradamente malicioso y ese video tiene una recepción positiva entre la gente que tiene el mismo delirio persecutorio, la paranoia de esa persona se ve validad y sus ideas además se propagan. De esta forma se ha formado una autentica cultura delirante en internet de gente con trastornos dandose la razón los unos a los otros. Esto se verifica viendo como todos tienen un lenguaje compartido de terminos relacionados con su manía persecutoria. Lo del color rojo, por ejemplo, se ha extendido viralmente, igual que las de llamarse a ellos mismos “chosen ones” (elegidos) o “targeted individuals”. Son habituales también los tintes religiosos, pensar que están bajo ataque porque son gente espiritual y que los que los atacan son endemoniados etc...

Si hay miles de videos subidos de gente que afirma que a ellos les hacen lo mismo que a ti, pues va a ser imposible convencerte de que tienes un problema. Y lo mismo pasa con tantos otros trastornos.

Internet ha hecho que sea prácticamente imposible que estas personas lleguen a darse cuenta de su condición porque se apoyan entre ellas y se dan la razón unos a otros.

Paralelo a esto, de nuevo no podemos olvidar que también están las redes sociales donde se normaliza o incluso se le da glamour a cosas como autoinfligirse daño, empastillarse, tener trastornos y handicaps físicos o mentales etc... El adolescente consume contenido creado por otras personas, que a menudo tienen algún problema del que hablan abiertamente y a veces incluso lo promocionan.

Véase como ejemplo el caso antes mencionado de la polémica que hubo hace un tiempo con los blogs y paginas que promocionaban la anorexia y la bulimia y daban consejos sobre como llevar este "estilo de vida" en secreto. Mientras la gente se fijaba en esto, pasaban por alto las otras comunidades de gente con problemas y trastornos que campaban a sus anchas por internet.

Sin embargo no hace falta promocionar o darle glamour a un trastorno para que se vuelva imitable, como hemos visto en el caso de las chicas de tiktok y el Tourette, hace falta solo que alguien a quien admiras lo tenga. Por eso repito, si esto es imitable ¿Que otras cosas pueden volverse imitables? Como he podido comprobar, la respuesta es todas. No hay limite.

Y la principal causa es que se visibiliza todo mientras que a la vez se equipara la salud con la enfermedad, lo anormal con lo normal y encima se dice que lo ultimo es aburrido.

En páginas como Tumblr o Reddit abunda la gente que dice sufrir depresión, ansiedad, estrés postraumático... se crea un batiburrillo de normalización de todas las condiciones anormales. Y no, no es un juicio moral. Anormal quiere decir inusual, raro, etc

Otra enfermedad mental que encuentra un escaparate en Tiktok es el trastorno de identidad disociativo: personas que creen que tienen multiples personalidades, cada una con su genero y sus pronombres, algunos incluso con discapacidades que las otras personalidades no tienen. Alguna chica ha llegado incluso a hacerse una operación de cambio de sexo porque “sus otras personalidades son masculinas”. Uno de los casos más llamativos es el de una chica llamada Sora que pasó de ser una chica lesbiana a decir que es una “lesbiana aspec con trastorno de identidad disasociativo”. Tras recibir comentarios en sus videos sugiriéndole que quizas podía ser asexual, se empezó a identificar a si misma como asexual. Poco después empezó a identificarse como no binaria.

Alguien le sugirió que se afeitara la cabeza y ella lo hizo. En noviembre de 2020 el algoritmo de tiktok le recomendó a Sora videos sobre el trastorno de identidad disasociativo y poco después proclamo que ella lo tenía también, lo cual pronto se volvió el tema en torno al que giraban sus propios videos en tiktok.

Más sobre Sora y sobre este fenómeno en este video youtu.be/6JZ_E9J2Fwg

“¿Cómo un trastorno mental relativamente desconocido, extremadamente poco común y ampliamente disputado adquiere una posición tan prominente y recibe tanta atención en una aplicación para adolescentes?” Es una buena pregunta.

Mi teoría es que el algoritmo sabe a que tipo de gente gustan los videos sobre pluralidad de sexos, de identidad, etc y los recomienda. Esto genera una propagación de todo tipo de condiciones relacionadas con la identidad y el ponerse mil etiquetas y una retroalimentación entre gente que parece no acabar nunca de encontrar su identidad y que por tanto son vulnerables e influenciables.

Se trata de unos pocos creadores de contenido pero que son muy populares y llegan a mucha gente porque está en boga lo anormal.

No hay mas que abrir instagram y ver como te recomienda un montón de videos de niños con malformaciones, personas con amputaciones, gatitos con sindromes raros... O abrir Tiktok y ver el escaparate de trastornos, enfermedades, malformaciones, etc

En este artículo no pretendemos hacer un juicio moral contra las personas que padecen síndromes. Por supuesto que hay que respetar a la gente de toda condición, y la compasión es buena pero la idea postmodernista de que lo mismo da una persona que otra, porque son personas al fin y al cabo lleva al extremo radical de glorificar la enfermedad y olvidar que estar sano es preferible a no estarlo. Y eso no debería ser opinable, aunque hay personas que como veremos, creen que lo es.

La culpa como arma para conseguir la conformidad.

Por otra parte, también se glorifica lo anormal porque existe un sentimiento de culpa por ser normal. El origen de esta mentalidad está en la idea del marxismo cultural de que existen estructuras de poder opresivas dentro de los núcleos culturales tradicionales de la sociedad occidental. Así, la lucha de clases pasa a un segundo plano para centrarse en la lucha contra el nacionalismo, la familia nuclear, contra el patriarcado, contra el “capacitismo”, por los derechos de las minorias sexuales, etc..

Las élites por tanto pueden volver a respirar tranquilas, sabiendo que el sector de la población defensor de causas sociales está más pendiente del vecino que del 1%.

“¿De qué sirve un héroe sin un villano?”

En reddit o tumblr los blancos piden disculpas por el privilegio que les confiere el color de su piel y juran lealtad a todos los grupos oprimidos; especifican en su perfil lo que es obvio y evidente sabindo su sexo, como cuales sus pronombres, en solidaridad con ese 0.1% que corre el riesgo de que se refieran a ellos por los pronombres que no desean; se devanan los sesos pensando que trastorno pueden adjudicarse para no ser tan aburridamente normales (los típicos, esquizofrenia, personalidad multiple, bipolaridad, estrés postraumatico, autismo) etc...

¿Que tienen todas estas cosas que menciono en común? Pues que, en definitiva, existe una filia por todo lo minoritario, sea cual sea el carácter de la minoría en cuestión.

[ ¿Alguien se acuerda de occupy wall street? ]

Al parecer EEUU ahora tiene problemas más apremiantes como el “racismo sistémico”.

El racismo no está muerto. Pero esta en coma, con ventilación asistida y una sonda para alimentarse, mantenido con vida por las personas que lo usan como excusa para mantener a las comunidades minoritarias lo suficientemente temerosas o resentidas como para convertirse en un bloque de votantes útiles el día de las elecciones.

Según lo conciben los integristas de la justicia social, cada forma de privilegio con la que nace la persona es poco menos que un pecado original. Como pieza central de esta ideología victimista está la figura demonizada del hombre blanco hetero que tiene todas sus funciones corporales y mentales en buen estado.

Os podéis imaginar que opinión tienen de su propia normalidad los adolescentes (y no tan adolescentes ya) infectados por una ideología que mira lo anómalo como algo bello y bueno mientras que la normalidad o lo común es aburrido y además casi que es inmoral porque automáticamente eres de la estirpe de los opresores.

[Los estudios sobre el tema demuestran que la izquierda anglosajona en general es un movimiento abiertamente antiblanco]

Cuando la ideología constriñe a la ciencia

Intentar amoldar la ciencia a la ideología de turno y suprimirla cuando no es posible hacerlo, no es un error nuevo.

Trofim Denísovich Lysenko fue un ingeniero agrónomo soviético quien, durante la década de los años 1930, condujo una campaña de pseudo ciencia agrícola conocida como lysenkoísmo, que explícitamente iba contra la ciencia agrícola y la genética y duró hasta mediados de los años 1960 en la Unión Soviética.

Lysenko invertía mucho tiempo en desacreditar a los científicos académicos y a los genetistas, argumentando que sus experimentos aislados en laboratorios no ayudaban al pueblo soviético. Quienes se mostraban escépticos hacia Lysenko eran censurados políticamente. A nivel ideológico, el lysenkoísmo venía a apoyar los postulados marxistas acerca de la moldeabilidad de la naturaleza humana más allá de lo que impusiese la herencia genética, afirmando que podía transformar unas especies en otras. La genética se convirtió, de algún modo, en «enemiga» del mundo obrero, y el ADN en una superstición de los medios occidentales.

A mi personalmente me recuerda a la postura oficial de hoy en día en temas de género, raza y ciertos trastornos. También ha vuelta a asomar la cabeza la idea marxista de que se puede transformar una cosa en otra porque la biología o los génes no importan y además hay cosas que es mejor ni estudiarlas científicamente porque son ideológicamente contrarias al régimen, exactamente igual que en la época de Lysenko ( www.theguardian.com/commentisfree/2018/nov/23/bringing-genetics-into-t “traer la genética al estudio de la identidad trans es un camino terrorífico”)

Si el efecto imitación como consecuencia de la glorificación a la que lleva el fervor buenista de la visibilización, da como fruto la propagación de trastornos no deseables como el Tourette ¿qué pasará con otros trastornos que la sociedad poco menos que, absurdamente, les da tintes positivos? 

Quizás seria bueno recordar la definición médica de trastorno:

"En el campo de la medicina, una alteración del funcionamiento normal de la mente o el cuerpo. Los trastornos pueden ser causados por factores genéticos, enfermedades o traumatismos."

www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/d

Es cierto que los trastornos no son algo inmoral o de lo que avergonzarse. Pero desde luego no es algo positivo y gracias a la hiperconectividad de hoy en día es algo que pueden llegar "contagiarse" si les damos glamour o estatus, como está haciendo el marxismo cultural con todas las condiciones anomalas.

Padecerlos no es en si mismo inmoral, pero algo que a priori tampoco parece inmoral, como es darle visibilidad, como ya hemos visto, en realidad causa un problema porque no somos firmes para al mismo tiempo recordar que no es algo deseable, no vaya a ser que nadie se sienta herido. Ese acto de mostrar la cara amable y no recordar la realidad subyacente, es básicanente darle glamour y eso si que es inmoral, por sus efectos negativos.

Tener un trastorno se mire como se mire, no es positivo. Es algo que dificulta la vida de la persona y a menudo supone una carga para la sociedad. Y por tanto promocionarlo como si fuera algo de lo que estar orgulloso no es aceptable, sobretodo, porque, como veremos más adelante muchos de ellos son hereditarios y ahora nos damos cuenta de que nunca le hemos puesto freno a su transmisión, propagación y perpetuación, en parte por desconocimiento y en parte por una especie de fobia a todo lo que recuerde mínimamente a la eugenesia.

Se difumina la línea entre la salud y la enfermedad

Existe un cliché en la tele y el cine ya algo manido, que es el del genio autista que deja a todos sorprendidos con su gran inteligencia y memoria . Parece que tener autismo fuera poco menos que una bendición o un super poder.

Por eso es fácil olvidar que el autismo es un trastorno, que no todo el mundo en el espectro autista está en el rango funcional y que muchos son dependientes toda su vida.

También está el hecho de que mucha gente ignora que tiene un componente hereditario y que ciertos factores de riesgo aumentan la probabilidad de tener hijos con este trastorno, como por ejemplo la edad de los padres, sobretodo de la madre ( y recordemos que las mujeres esperan cada vez más para tener hijos) www.webmd.com/brain/autism/news/20100208/autism-risk-rises-with-mother

Así que hay gente que tiene un niño autista y como se suaviza la gravedad de estos trastornos y no se conciencia sobre su componente hereditario, luego van a por el segundo, porque no están concienciados. ¿Por qué? Simplemente porque no está mal visto. ¿Alguien le dice a la gente con esquizofrenia que no tenga hijos? No. Es un tema sobre el que hay cero presión social.

El incesto está condenado socialmente porque causa el nacimiento de seres humanos con problemas, pero la gente que sabe que tiene predisposición porque ya ha tenido un niño con un trastorno o porque ellos lo tienen o un familiar lo tiene, no les sometemos al mismo juicio a pesar de que en esencia la acción es la misma. Tenemos una disonancia cognitiva galopante sobre este tema alimentada por el miedo a discriminar a nadie por razón de su genética. Parece que es algo que nos recuerda a la eugenesia de los nazis o vete tu a saber.

Sin embargo en las clínicas de reproducción asistida las clientas eligen padres guapos, fuertes. sanos etc. ¡Vaya! Resulta que la eugenesia va a considerarse algo bueno, siempre y cuando no la llamemos por su nombre.

Irónicamente la propia medicina; la psicología y la psiquiatría en concreto, están contribuyendo a este problema de salud pública que es el darle un estatus a ciertos trastornos, sacando ciertas "condiciones" de la clasificación de trastornos por motivos dudosos como "para no causar estigma" (Esta razón no suena muy científica, ¿verdad?) Igual que pasó con el lysenkoísmo, la ideología se está imponiendo a la realidad científica.

Se ha hecho con ciertas condiciones con la mejor de las intenciones sin darse cuenta de que es una pendiente resbaladiza.

También está el daño que hace el lenguaje políticamente correcto. Con el afán de evitar el “capacitismo” ( la idea loca y radical de que estar sano y completo es preferible a tener algún problema físico o mental) se está difuminando cada vez más la linea entre lo normal y lo que no lo es.

Antes de continuar quiero introducir un término con el que puede que no todo el mundo esté familiarizado. La eugenesia es un concepto bien conocido, pero su antónimo, la disgenesia no lo es tanto. Se define como la acumulación y perpetuación de génes y rasgos defectuosos o desventajosos en la descendencia de una determinada población o especie.

Un ejemplo serían esos padres con enfermedades congénitas que han tenido un hijo tras otro con graves malformaciones físicas y que han continuado trayendo hijos al mundo sin ningun reparo, o los casos bastante habituales de parejas formadas por personas donde ambos padecen de enanismo y que deciden tener hijos.

Podría poner varios ejemplos pero no quiero que se confunda la intención de este artículo con un afán morboso que roce el mal gusto. No obstante voy a mencionar un par de los que me he topado recientemente para que se comprenda que es un problema real:

Squirmy and Grubs son una pareja que tiene un canal bastante popular en Youtube. Él padece Atrofia muscular espinal, un trastorno genético que provoca el desgaste de los músculos que lo ha tenido postrado en una silla de ruedas desde los 2 años. Ella es una chica sana, atlética y atractiva que practica natación. ¿Que os parecería si os digo que estaban planeando tener un hijo aún a riesgo de que naciera con la misma enfermedad que el padre? Su justificación moral es que como el padre era feliz así, sus hijos podrían serlo también. Una lógica aplastante.

A pesar de que no creo que sean malas personas, espero que a la mayoría de vosotros la idea os horrorice como a mi.

Lo que da miedo es que no solo ellos pensaban así si no que la mayoría de las personas en los comentarios les apoyaban.

Para demostrar aun más la absoluta indiferencia moral y falta de concienciación con respecto al problema de perpetuación de las condiciones disgenésicas, elegí un fragmento de esta entrevista al actor Warwick Davis. La entrevista se titulada “Mis valores familiares”

www.theguardian.com/lifeandstyle/2012/mar/31/warwick-davis-my-family-v

« Cuando mi mujer, Sam, se quedó embarazada de nuestro primer hijo, Lloyd, en 1989, no teníamos ni idea de los riesgos genéticos que corríamos. En retrospectiva, deberíamos haber recibido asesoramiento genético. Yo tengo SED (Displasia espondiloepifisaria congénita) y mi mujer tiene la forma más común de enanismo, que es la acondroplasia. Lloyd solo sobrevivió nueve días, ya que heredó nuestras dos enfermedades genéticas, que son mortales. Sus pulmones eran demasiado pequeños para mantenerlo sin la ayuda de una máquina, así que finalmente tuvimos que tomar la decisión de desconectar el soporte vital.

A pesar de conocer los riesgos, decidimos intentar formar una familia de nuevo. Tardamos años en recuperarnos de Lloyd, pero creo que aprendes algo sobre ti mismo y eso te hace más fuerte. Tanto Annabel, que ahora tiene 14 años, como Harrison, de nueve, nacieron con SED. Annabel fue directamente a la unidad de cuidados especiales con ventilación y estuvo allí dos meses. En cuanto nació Harrison también fue allí, y los médicos no le dieron mucho tiempo. Estuvo a punto de morir durante al menos una semana. »

No se a vosotros, pero a mi la práctica de la disgenésia para perpetuar condiciones que hacen que a duras penar sobrevivan los descendientes me parece un auténtico crimen. Y también lo es normalizarlo.

Para terminar, un caso aún más indignante si cabe, que vi en tiktok; una madre, a sabiendas de tener una grave enfermedad congénita que puede pasar a su descendencia, tuvo una hija igualmente. La niña nació con una malformación evidente y a la madre no se le ocurrió otra cosa que encima hacer un vídeo chuleándose de ello en un las redes sociales: youtu.be/7oqX64KW7og

El video lo dice todo, no hace falta que añada nada más.

La idea parece ser “si yo soy relativamente feliz aun padeciendo un trastorno, mis hijos pueden serlo también” y que eso es todo lo que importa. Da igual si perpetuo la enfermedad, la deformidad y la dependencia en mis descendientes y contribuyo al empeoramiento y perdida de cualidades en general de la especie humana . Yo no quiero adoptar, yo quiero perpetuar mis genes aunque mi genes sean estos y mi legado sea este. Yo quiero marcar mi territorio y dejar mi marca meando en la piscina genética.

Semejante estrechez de miras, solo es posible gracias al lavado de cerebro al que el policorrectismo nos ha estado sometiendo. ¿Alguien me explica que diferencia hay entre esto y pasarle el sida a alguien a sabiendas? Con el agravante de que en estos casos se está condenando a una vida desde el primer segundo de su existencia.

Yo creo que todas las formas del mal nacen de la ignorancia y la inconsciencia y si el buenismo tolerante perpetua esta clase de inconsciencia, entonces estamos hablando de una ideología maléfica por muy buenas que sean sus intenciones.

La tolerancia ciega y la idea de que todo el mundo es igual de válido en todos los sentidos, lleva a esta clase de mentalidad. A las cosas hay que juzgarlas por sus resultados y si estas son las consecuencias de una ideología absolutamente podrida.

Unos valores que llevan a la perpetuación de la disgenesia, algo que debería provocar el rechazo de toda persona cuerda, no son valores, si no antivalores.

Por un lado tenemos esta clase de personajes encontrando en internet un altavoz y por otro tenemos la propaganda subversiva y el postureo ético (exhibir compromisos social con temas que estén de moda) de las marcas, que evidentemente son las primeras en acogerse a la filosofía de que todo el mundo es válido en todos los sentidos, porque quieren poder venderle productos a todo el mundo. En ese sentido, son igual que el político para el que todos son bienvenidos en la sociedad sin importar de su procedencia, estilo de vida o condición, porque todos pueden votar, que es lo que les importa.

En el apartado de las modelos, por ejemplo, las marcas intentan normalizar las modelos no ya con sobrepeso, si no con obesidad mórbida, con vitiligio, con malformaciones...

Las actrices y modelos, que eran el referente de un canon de belleza ideal, igual que lo eran para los antiguos griegos las estatuas que esculpian, ahora han pasado a ser un desfile de lo que en otro tiempo se habría quizás considerado un freakshow.

Nadie debe autoflagelarse por no parecerse a al canon de belleza que representan las modelos o las actrices, pero cumplen una función de fijar un ideal de lo que es óptimo y eso no es malo. Lo óptimo es ser esbelto, estar bien formado y en resumen ser bello y por tanto saludable. La belleza, la verdad y la bondad son la triada platónica de cualidades trascendentales superiores esenciales y absolutas de las que todos somos conscientes y que deseamos.

Estaría bien pasar de modelos anoréxicas a modelos con un peso saludable pero nos hemos pasado de rosca con la intención buenista de representar e incluir y el afán por destruir todos los estándares básicos de belleza y salud al promover y glorificar cosas objetivamente negativas como es la disgenesia o los hábitos de vida no saludables.

[Una muestra del postureo ético en el arte]

[Calvin Klein haciendo postureo ético de la forma menos sutil posible]

[La revista Elle en 1992 vs en 2022]

Un dogma repetido como eslogan entre la progresía anglosajona es “healthy at all sizes”, es decir, que puedes estar sano sin importar tu peso. Porque incluso decir que estar gordo no es sano, es “fatphobia” e incurrir en “fat shaming”. Recordad, la máxima es que todo el mundo es igual de válido y por tanto no hay nada preferible en cuando a peso.

Lo de la gordofobia y el abuso de las palabras terminadas en -fobia como arma arrojadiza nos suena de algo ¿verdad?

Voy a hacer un alto aquí para confirmarle al lector lo que ya está intuyendo: La persona con una sensibilidad política progresista es especialmente susceptible a caer en estas manipulaciones a pesar de que este es un tema que trasciende la ideología porque la salud no es opinable.

Habrá gente que diga “yo me considero progresista y no tengo ideas tan radicales”. “Aún” le diría yo. Porque solo hace falta haber observado los foros anglosajones en los años pasados para darse cuenta de que todo lo que repiten aquí los paladines de la justicia social es una copia punto por punto de las doctrinas de aquellos. Así que el buenismo que ahora le parece ridículo hasta al sector progresista que aun conserva algo se sensatez, tarde o temprano se acaba volviendo dogma de fé hasta para ellos a base de machacarles e insistirles (de nuevo el efecto de la rana hervida), igual que ha pasado con tantas otras cosas que las mentes preclaras de los anglosajones le han contribuido al mundo. Si queréis saber que problemas nuevos y minorías oprimidas aparecerán en España mañana solo tenéis que leer a los anglosajones hoy.

En fin, las compañías atacan por un frente y por el otro lo hace el policorrectismo de la academia.

Cuando en psiquiatría se saca una condición anómala de la lista de trastornos o se le cambia el nombre para evitar causar un estigma; como pasó por ejemplo con el trastorno de la identidad de género en el DSM-5, al que se le cambió el nombre por “disforia de género”; se está ayudando a crear el clima propicio para normalizarlo. El modus operandi siempre es: normalización, visibilización, glorificación.

Lo mismo ha hecho la OMS, pero ¿que motivos aducen ambas autoridades? ¿Algún nuevo descubrimiento medico que nos hace entender algo más sobre esta condición? No. Motivos puramente sentimentales como que la categoría de trastorno causa un “estigma” ( www.bbc.com/news/health-48448804 ) La misma razón se podría esgrimir para decir que la bipolarid o el autismo no son trastornos. Esto no es nada serio y muestra que las ciencias no son impermeables a la influencia ideológica.

Además, como pasa siempre con el lenguaje políticamente correcto la insatisfacción es permanente y hay gente a la que le molesta el nuevo término también y están pidiendo que se cambie de nuevo. (pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26054486/)

El primer paso es la despatologízación y de ahí el postureo ético toma el relevo y pasamos a la glorificación. Por poner un ejemplo de esta tendencia ¿Cuantas veces no habremos oído a alguien decir, para dejar claro lo tolerantes y avanzados que son, que tal o cual colectivo no solo son normales, si no que son mejores? Y se quedan tan panchos.

Tendemos a los extremos. Pasamos de despreciar a las personas a decir que no tienen absolutamente nada de malo tener un trastorno. ¿Por qué no podemos simplemente valorar las cosas objetivamente? Entiendo que el miedo se debe a los errores pasados. A tiempos en los que se usó la ciencia para justificar la violación de los derechos, pero se pueden mantener unos estándares de lo que es un trastorno y lo que no sin que por eso nadie sufra discriminación ni odio. Ya lo hacemos con tantos otros trastornos, aunque, como ya digo, vamos en camino a despatologízarlo todo porque los sentimientos estan por encima de las realidades.

¿Por qué se considera/consideraba a la disforia de genero como trastorno? Todo apunta a que se debe a una alteración de la estructura del cerebro:

en.wikipedia.org/wiki/Causes_of_transsexuality

www.dailymail.co.uk/sciencetech/article-5757349/Scientists-say-MRIs-pi

De hecho en algunos países, ya se usan escáneres del cerebro para verificar que se trata de autentico trastorno de identidad de género como requisito previo a dar el visto bueno al tratamiento con hormonas.

Curiosamente parece que la homosexualidad también está relacionada con la estructura cerebral:

journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0203189

www.newscientist.com/article/dn14146-gay-brains-structured-like-those-

¿Por qué en algunos casos seguimos un criterio para calificar a algo de trastorno y en otros no? No parece que haya más motivo que el ideológico y el sentimental. En los casos de extremo tabú como en las minorías sexuales, me consta que directamente hay gente que prefiere que esto ni se estudie a nivel científico.

Lamentablemente es bastante difícil tener un debate sobre este tema aun con estudios científicos en la mano porque evidentemente cuestionar ciertos dogmas causa una respuesta visceral automática en algunas personas porque piensan que les estas atacando o que argumentas desde el odio ( palabra que a perdido todo su significado a través de su abuso) y que todo es una excusa cientificista para justificar ese odio, porque padeces una fobia... etc (al final sales diagnosticado eres tú) Son pataletas para silenciar cualquier opinión contraria.

Pero si no tenemos este debate e intentamos poner un poco de orden en el asunto, no hay motivo para que esa conmiseración no se extienda a los demás trastornos y va a llegar un momento en que digamos que condiciones como la bipolaridad o la psicopatía no son un trastorno, para no herir los sentimientos de nadie. E incluso puede que algún día llegue a ser tan tabú llamarlo por su nombre como pasa con algunos ejemplos antes citados.

¿Sabíais que trastornos como la psicopatía, la bipolaridad, el autismo, la esquizofrenia... tienen un componente genético hereditario? (www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2784305/) ¿Alguna vez habéis oido algun debate o discusión sobre si es aceptable que la gente con predisposición a tener hijos con trastorno autista, esquizofrenia o psicopatía, los tenga? ¿Por qué no? Todos son heredables.

¿Cuantas personas tienen descendencia aun sabiendo que corren el riesgo de perpetuar un trastorno?

Se habla del carnet de padres por otros motivos pero nunca por los más importantes. ¿Por qué nuestra sociedad no condena esto igual que ha hecho siempre con otras práctricas disgenésicas como en el caso del incesto? Sencillamente porque el tabú del incsesto es anterior a este clima de normalización y tolerancia ciega. Si no, incluso el incesto se permitiría.

Se habla del problema de los psicópatas en posiciones de poder pero no se habla de por qué hay psicópatas y del componente hereditario de la psicopatía. Tampoco se habla del carácter hereditario del autismo, la bipolaridad etc...

Por cierto, parece ser que el trastorno de la identidad de género también puede tener un origen genético: en.wikipedia.org/wiki/Causes_of_transsexuality

www.abc.net.au/news/health/2018-10-04/study-reveals-potential-biologic

¿Que pasa con otras condiciones como las minuvalías? Pues sucede algo parecido.

Hay toda una corriente que defiende que los minusvalidos no “padecen” su minusvaía puesto que para ellos es dogma de fé que ser minusválido no es peor que tener las capacidades normales. Decir que los minusválidos necesitan ser curados o que es preferible nacer capaz que nacer dicapacitado es “capacitismo” y eso es anatema. De nuevo, los -ismos y las fobias como estratagema silenciadora ad hoc.

Siguiendo en esta linea de fingir que no hay condiciones preferibles a otras ahora a la gente normal neurológicamente hablando se les denomina neurotípicos. Y a la gente con ciertos trastornos neurológicos se les llama “neurodivergentes”.

Es como si se tratara de un tema de diversidad y fuera una peculiaridad de la persona nada más. Los neurodivergentes solamente divergen de lo normal. El equivalente neurológico a ser pelirrojo, vaya. Pues a mi no me importaría tener un hijo pelirrojo pero no quiero que mi hijo nazca siendo neurodivergente si puedo evitarlo. ¿Es que acaso soy mala persona por ello?

Al mismo tiempo, a la gente que padecen una minusvalía física se les llama “personas con diversidad funcional”. De nuevo, parece que es una cuestión de una benévola diversidad y no un problema porque algo no funciona bien.

No hay discapacitados o minusvalidos si no gente cuyas funciones son diversas. ¿Es esta una forma más precisa de referirnos a estos colectivos o es solo condescendencia? Es decir, una persona que carece de brazos, ¿no es menos valida o capaz para trabajar empaquetando cosas? ¿O simplemente funciona de forma diversa? Porque el reemplazar la palabra minusválido o discapacitado por el término diversidad funcional parece sugerir eso.

Un miembro afectado por una minusvalía no está funcionando de forma diversa. Está funcionando mal o directamente no está funcionando y como resultado la persona no es capaz de llevar a cabo una tarea, por eso son discapacitados. No es un juicio moral y por tanto no hay nada de lo que avergonzarse ni de ofenderse ni tampoco necesidad de buscar eufemismos. Y lo mismo pasa con los “neurodivergentes”.

Decir diversidad funcional o neurodiversidad es como no decir nada porque absolutamente todos los seres humanos, tenemos neurodiversidad y diversidad funcional en nuestro cuerpo y en nuestra mente. Y este es el absurdo de difuminar términos científicos, que deberían ser precisos y no eufemismos difusos.

Lo que la psiquiatría llama psicosis, el Hearing Voices Movement lo llama “realidades sin consenso”. Proporciona grupos de apoyo para personas con alucinaciones y es parte de un esfuerzo por reformar la forma en que el campo de la salud mental aborda las condiciones psiquiátricas graves. ( www.nytimes.com/2022/05/17/magazine/antipsychotic-medications-mental-h )

Ahora la gente va a poder escoger su realidad y todas las realidades serán igual de validas, igual que la gente escoge su sexo de nacimiento, modificando su partida de nacimiento. Supongo que también puedo escoger mi talla, raza, peso etc entonces. Y ahora encima estamos hablando de “realidades sin consenso” en vez de sobre esquizofrenia. Estamos alcanzando niveles de buenismo que son delirantes.

De igual modo, al tener una sexualidad normal (común, habitual) y sin trastornos de identidad de género se le llama ser “hetero”y “cisgénero” respectivamente o “cishetero” si es normal en ambos sentidos.

Habría que preguntarse por qué hay gente que necesita llamarme cishetero neurotípico con funcionalidad tipica para sentirse ellos mejor. Eso ya tiene un nombre: se llama ser normal. Y esto no es ningún menosprecio a la gente que no es normal. Normal solamente quiere decir común o habitual.

El único motivo por el que se usa este lenguaje entonces es para difuminar la linea entre normal y anormal solo para que los que pertenecen la segunda condición se sientan mejor.

Lo cual es anticientifico y además fuera del ámbito cientifico sigue siendo perjudicial, como hemos intentado demostrar en este artículo.

Todo la vida a lo común y habitual se le ha llamado normal. Lo normal no deja de ser normal porque al 1% le moleste lo que esta obviedad implica. Por eso yo nunca usaré palabras como cishetero o neurotípico. Los adjetivos específicos son para designar a los casos especificos, la normalidad no necesita adjetivos redundantes.

Al equiparar a la mayoría con la minoría sin importar lo minúscula que sea esa minoría ¿Qué mensaje se da y qué mentalidad se perpetua? Pues que no hay condiciones mejores ni peores. A pesar de que evidentemente ciertas condiciones implican molestias cuando no sufrimiento a la persona y requieren de medicación o tratamiento, en el caso de las personas trans, hormonal. Evidentemente necesitar de pastillas u otras ayudas para vivir no es óptimo, por tanto si que hay condiciones mejores y peores. De nuevo, no es un juicio moral pero perpetuar condiciones de naturaleza disgenésica en las generaciones futuras, si que es inmoral y normalizar trastornos imitables también lo és.

Recordad a la pareja que le parecía correcto traer de forma premeditada niños con parálisis al mundo. Para mi, una advertencia del peligro de llevar el buenismo hasta sus últimas consecuencias.

No es ninguna falacia de pendiente resbaladiza. Para llegar a defender que ser capaz no es preferible a ser discapacitado, como se está haciendo ampliamente ya, primero hay que haber pasado por la fase inicial de intentar suavizar con eufemismos y distracciones semánticas todo lo posible la naturaleza esencial de estas condiciones anómalas, tratando lo normal y lo anormal como semejantes. Para llegar a decir que no pasa nada por perpetuar enfermedades congénitas, hay que haber pasado por esta fase intermedia. Una va ligada a la otra y por eso hay que ponerle freno a tiempo y cortar por lo sano dejando claro, ya desde el principio en el propio lenguaje, qué es lo positivo y deseable y qué es lo negativo y por tanto no deseable, sin por ello despreciar a las personas, por supuesto.

La dificultad de mantenerse firmes ante el buenismo

Los cambios en el lenguaje para hacerlo más políticamente correcto en seguida se aceptan y se vuelven comunes porque nadie quiere hablar de forma “inapropiada” o incluso grosera. De ahí que a día de hoy ya se volvió normal hablar usando ambos géneros cuando uno se dirige a un público mixto para no causar desasosiego a nadie, a pesar de que lo correcto en español era hablar en masculino.

El problema es que ahora ese esfuerzo por hablar de forma inclusiva tampoco es suficiente porque ahora hay personas a las que les molesta el género en general.

Y ya no es que sean la mitad de la población como pasaba en el otro caso. Ahora tenemos que cambiar el lenguaje una vez más pero esta vez por una pequeñísima minoría.

Yo sigo usando el masculino cuando me dirijo o me refiero a un público mixto, por cierto. Más que nada porque creo que darle tanta importancia al género en esa situación es una idiotez. Esta gente por el contrario está obsesionada con el tema del género en todos los sentidos.

Hay gente que se siente virtuosa por ir marchando en la vanguardia cuando se trata de acoger términos novedosos y sensibilizarse para con cien mil causas y colectivos. Se creen más modernos o avanzados por seguir la última moda en cuanto a postureo ético.

Como digo, nadie quiere dar mala imágen y es fácil amilanarse cuando recurren a juzgar moralmente al que no comulgue con su ideas inclusivistas y si entras al trapo a veces recurrirán a insinuar que odias a las minorías y otros ad hominems como llamarte “lo que sea-fóbico”

Aunque me consta que somos muchos los que vemos ridículo este lenguaje políticamente correcto constantemente cambiante, cada vez más eufemístico y blandengue, tampoco queremos que por usar términos “desfasados” piensen que somos unos gañanes o malas personas. Es normal, somos seres sociales.

Pero el problema como ya vemos, no es solo que sea ridículo. El problema es que es dañino y ceder ante la presión es contribuir a la degeneración de nuestra sociedad.

Por cierto degeneración, degenerado etc...A pesar de que simplemente significa una perdida progresiva de las cualidades originales de algo, es otra palabra que tiene mala prensa, pero no por sus connotaciones si no por el simple hecho de usarla. Sinceramente es normal, en una sociedad en la que todo se subvierte y todo se deconstruye, la palabra “degeneración” es una palabra que incomoda. Que nadie juzgue, juzgar es malo (Es de haters). Los estándares son malos. Aquí hay que ser tolerantes, esa es la única virtud que importa.

En fin, no os quepa duda de que volverán a cambiar la forma “correcta” de referirse a estos colectivos de los que hablaba, porque lo importante es mantener a la gente normal andando sobre cascaras de huevo.

Propaganda dirigida a los jóvenes

La cosa no se limita a trastocar el lenguaje, una práctica cada vez más común.

Los paladines de la representación y la visibilización intentan provocar cambios sociales de formas más agresivas, yendo directamente a por sus miembros más influenciables.

Si creéis que la obsesión de hacer que todo el mundo se sienta representado se limita a internet o a las series pensadas para un publico adulto, os equivocáis.

El afán de visibilizar y representar a grupos minoritarios ha llegado a cartoon nertwork, crunchy roll y demás plataformas y los personajes favoritos de los niños ahora son gente con un abanico de “diversidades” de todo tipo.

Algunos de los que hayan crecido con Tom y Jerry y piensen que pueden dejar a sus hijos a solas viendo cartoon network sin que vean nada controvertido en pantalla, se van a llevar una sorpresa ya que dibujos animados como High Guardian Spice o Steven Universe muestran abiertamente personajes LGBTQ e insinuaciones sexuales.

Uno de los personajes de la serie de dibujos High Guardian Spice es transexual y toma regularmente “pociones mágicas” para mantener el hechizo. Parece una broma pero no lo es. Este tipo de contenido para niños es cada vez más común.

¿Que creéis que pasa por la mente es un niño o una niña cuyo personaje de dibujos favorito es un brujo que se toma “pociones” periódicamente para mantener su cambio de sexo?

Y no es una cosa sacada de contexto, os invito a mirar la escena en cuestión en Youtube: youtu.be/Dkjxw4BqVwc

¿Que pasa mientras tanto en el mundo de los videojuegos? Tenéis esta presentación de la la Game Developers Conference, la reunión anual más grande de desarrolladores profesionales de videojuegos, como ejeplo:

pics.me.me/game-narrative-end-white-cis-gender-able-bodied-man-as-2491

“Terminar con el hombre blanco cisgénero no discapacitado como personaje por defecto”.

Como podéis ver los anglos usan la palabra “able bodied” para referirse a la gente no discapacitada La traducción sería “capacitado” en con