El sufijo -ismo

Según esa primera página web que Google nos facilita, que aparece la gran mayoría de las veces que recurrimos a Internet para buscar algún concepto, Wikipedia, el sufijo -ismo se utiliza para formar sustantivos que designan doctrinas, actitudes, escuelas...¿Qué ejemplos de uso podríamos construir con este sufijo?

Antes de que aparte la mirada de la pantalla: lo siento lector, no es mi intención hablar de historia, solo hablaré de este ejemplo hasta el final de este párrafo. No obstante, este al que voy a hacer referencia esta ya muy trillado, entre otras razones porque es un muy buen recurso a explotar por directores de cine y guionistas de series, para ambientar en un contexto interesante las historias de muchas de esas buenas películas y series que ya hemos visto varias veces. Quizás sea también porque debido a las desastrosas repercusiones que tuvo, ha existido una necesaria concienciación sobre el tema. Hablo del que empezó a gobernar en la Alemania de la década de 1930. Atendiendo a la explicación de Wikipedia, sí ,se cumple con la definición: fue una doctrina, un movimiento social-político que consiguió aunar a la mayoría de la sociedad civil en un conjunto de pensamientos y creencias. Dicho sea, y aún dando por sentada la perspectiva que el tiempo da, resulta chocante cómo fue capaz de aprovecharse de las circunstancias de la época y valerse de los impulsos de parte de la gente –sin contar a quien lo seguía por supervivencia- para manipular, hacer creer y bendecir la intolerancia al diferente, la dictadura y la guerra. Este es un ejemplo de uso del sufijo. Más allá de descripciones, y para acabar de asentar sus sospechas, sí, el ejemplo que he puesto es el nazismo.

Hay otros ejemplos de aplicación en forma hipervínculos azules, que nuestro Dios de la información nos aporta y que podrá comprobar si aún le queda datos en el móvil o si pilla algo de wifi: comunismo, nacionalismo, cristianismo, veganismo... Aunque no entiendo entonces el porqué de usar el sufijo con“daltonismo", sin ser una doctrina o pensamiento. Pero volviendo al meollo y a las palabras de esta lista: la primera es una doctrina económica que actualmente apenas perdura en unos pocos países del mundo, la segunda es un movimiento que se ha dado muchas veces en la historia y consiste en la inconcreta exaltación de la nación, la tercera es una divulgación de creencias religiosas que empezó con la antigüedad de Roma y la cuarta hace referencia a no comer productos de origen animal.

 Si bien nosotros podemos hacer referencia directa a estos movimientos históricos y empaquetarlas en una sola palabra gracias a que hubo alguien que buscó una forma de conceptualizarlas con un –ismo... ¿cuál o cuáles son los -ismos en los que vivimos hoy? Aunque en principio parece que la historia se acabó y que no vivimos en ninguno... ¿Qué palabra tendrá el alumno de instituto de dentro de 30 años en su esquema de historia, cuando le toque estudiar “lo de hoy", la sociedad actual?

Bien entonces, o bien más tarde, nos dimos cuenta de que en realidad estaban relacionadas entre sí, pero si usted lector, es moderadamente joven y recuerda aquellas pesadas horas preparando los exámenes de historia en el instituto, recordará también que seguramente le hacían dividir la situación a estudiar en tres: la política, la económica y la social. Supongo que pensará que no estoy descubriendo América si digo que en lo actual, lo político se llama globalización y en lo económico, capitalismo, pero ¿qué hay del tercer bloque, el social? Como pasaba cuando estudiábamos, seguramente también esté relacionado con los otros dos ámbitos, pero no le hemos puesto un nombre oficial aún.

 Entonces ¿qué parte habrá delante de ese -ismo que falta? Terminemos de echarle una mano a ese estudiante del futuro y vallamos pensando uno que pueda figurar en lo que sabe dios que será su chuleta digital. Para definirlo, entiendo que estará de acuerdo conmigo en que evidentemente no todo el mundo era –ista en cada uno de estos periodos históricos, pero en general, sí que había elementos que abundaban en la sociedad. Hagamos un esfuerzo e imaginemos que trabajamos en la R.A.E: es verdad que puede resultar menos visual hoy, ya que en esta época que nos ha tocado vivir no hay elementos que nos recuerden cómo tenemos que concebir la vida y comportarnos, como sí pasaba en otros tiempos y lugares: no hay grandes esvásticas colgadas en las calles ni grandes figuras agrandando lideres de dictaduras comunistas. No hay cruces católicas invadiendo las calles ni estatuas de dioses paganos que nos inviten a separar la naturaleza en elementos.

 ¿Cómo lo llamamos entonces? ¿Qué nombre le ponemos a esta época de estatuas y banderas invisibles, que nos recuerdan que en nuestra vida social, la comodidad tiene que reinar y estar cada vez más alto en la lista de preferencias? ¿Cómo se llama a que cada vez ésta tiene la piel mas fina para ser capaz de compartir espacio con la (genuina) amistad y la solidaridad? ¿Cómo llamamos a esta dictadura de la competitividad que practicamos, de olvidar que lo colectivo tiene importancia para nuestra felicidad, y que de hecho la parte individual la confundimos con ego?

 Disculpe por este interrogatorio lector, -alguien tiene que ir editando la entrada en Wikipedia - y es que quizá sea una pista de que todas estas preguntas encierran verdades que forman parte de lo mismo: ¿Cómo llamamos a esta tiranía de lo rápido e impulsivo, que cerca la calidad de una reflexión a 140 o 280 caracteres? Es esa sensación. Esa que hemos adquirido y que probablemente tengas al leer esto. Me refiero a esa que yo mismo estoy sintiendo al escribir: que estoy perdiendo el tiempo apelando a palabras abstractas, ya superadas, o que en el mejor de los casos son muy relativas. Esa que en nuestros problemas interpersonales de amistad o pareja se traduce en que todo lo que no sea elegir la opción mas egoísta, aunque sea la menos empática, nos parezca un error. Bajo justificaciones de “yo tengo que mirar solo por lo mío” o “cada uno tiene que resolver sus propios problemas”, y cuya validez solo deja de parecernos lo mas sensato y lógico del mundo si hay materia a exprimir por la caja del más estricto interés propio. Si esto está justificado por discursos de supervivencia o necesidad, de “el mundo es así, qué se puede hacer”, ¿por qué no llamar a las cosas por su nombre y nos referimos a estos sitios donde vivimos como “junglas de hormigón y asfalto”? Todo es sostenido por la creencia de que el otro haría lo mismo.

 Ya puestos a crear –ismos querido lector, por favor, no me confunda, no me estoy refiriendo a reivindicar el Teresadecalcutismo, sino a ese ya roto equilibrio entre el "yo” y los demás, que por mucho que nos evadamos, es necesario para conseguir la misma felicidad que buscamos en las tiendas, concesionarios o likes.

¡A saber cómo lo llamarán! A eso que andamos haciendo de alimentarnos de relaciones de usar y tirar para defendernos del apego, por si nuestros proyectos fracasan. ¡La cadena de montaje ha llegado a lo social, y todo es reemplazable! Es verdad, ya no sufrimos por nuestras verdades fallidas que nos duelen, pero precisamente a costa de matarlas y (sobre)vivir en mentiras. Sentimos que ninguna causa que un poquito de sensibilidad pueda invitar a considerar es suficientemente buena para que aguante el envite de “lo práctico”.

 Y, ¿cómo se llamará a los otros? Si antes los que se conocían como idealistas que luchaban contra el -ismo de turno se iban a la sierra a pegar tiros, al exilio o se escondían del César en catacumbas ¿cuál es el -ismo de ahora entonces, si el resistir consiste en atreverse a perdonar, asumir que uno se equivoca, distinguir y no volcar formas de entender la vida que no tienen ningún componente de solidaridad? ¿Quiénes son esos que entienden el valor que las experiencias tienen en sí mismas, que no especulan con el amor y no mal aprenden esa cultura del like, ese refrán de “un árbol que cae sin que nadie lo escuche no hace ruido", o el de San Andrés? Aunque puede que ya haya respuesta para ésta. Yo la escribiría pero pasa que tengo problemas con la compañía de internet en el momento en el que estoy escribiendo esto. Por favor lector, ¿podría consultar por mí en sinónimos y antónimos si “idealista” o "humanista” figura ya "tonto"?

 Seguro piense que ya hay algunos candidatos para hacer la referencia a todo esto que estoy planteando: individualismo, materialismo, egocentrismo...Pero habrá que actualizarse. A saber qué evolución nos trae el incuestionable progreso, y si también en el futuro llegamos a hacer un levantar de hombros indiferente si los implantes neuronales llegasen a nuestras vidas, y tuviésemos que visualizar publicidad entre pensamiento y pensamiento.

 En fin, en aquella Alemania seguramente había tres grupos de personas a distinguir: quienes promovían aquel -ismo, quienes se unían al tren por supervivencia, y por último, los alemanes que lo rechazaban, que en el mejor de los casos, tuvieron que exiliarse. La verdad que estar en este ultimo grupo era de valientes. Si nos decidimos por la respetable opción de la supervivencia y no estar en el tercer grupo, al menos reconozcamos esta situación y démosle un nombre, aunque solo sea por los estudiantes del futuro. ¡Hagámoslo por ellos!