La cuarentona es la solución

No hay nada más fiable. No hay nada con más experiencia y a la vez energía, determinación y saber hacer para una situación como esta.

En otros casos anteriores se ha demostrado la solución más apropiada, la que más resiste, la que después de resoplar acaba comiéndose el marrón de las horas de los demás, de esa tarea que no quiere nadie, de ese tío que han rechazado todas sus amigas, de ese horario imposible de compatibilizar sin retorcerle los huevos Einstein y su espacio-tiempo.

La cuarentona es la solución. Y si no ella, su mentalidad. Su capacidad de tirar para delante con lo que sea.

Divertida asintomática. Alegre asintomática. Entusiasta asintomática. Fatigada asintomática sobre todo, tiene ya una contractura en la espalda de tanto encogerse de hombros, mientras los demás corren en círculos proclamando que vamos a morir todos.

Es hora de convertirla en ejemplo y modelo de nuestra nueva normalidad y nuestra nueva sociedad. Es hora de reconocer quién puñetas cuida de los viejos, los niños y la cuenta de resultados de muchas empresas en nuestro puñetero país.

¿He escrito una burla?

Pues no: un homenaje.