
Publica hoy El País un artículo donde se asegura que "El presidente, Juan Manuel Moreno, pasará de cobrar 71.1667 euros anuales a 87.333, un 18,8% más". Tenemos un primer lugar una errata, ya que sobre un "1" en el primer sueldo, pero, además, el porcentaje de incremento es erróneo, ya que de 71.667 a 87.333 el porcentaje de incremento es del 21,86% y no del 18,8%: 87.333/71.667=1,2186. Lo que me resulta más curioso es que esa misma errata y error ya se publicaron en un artículo del 28 de diciembre pasado sin que nadie se haya percatado de ello desde entonces.
Con el mundo del automóvil eléctrico en auge, parece que España va a repetir el patrón de siempre cuando se trata de innovaciones tecnológicas: llegar tarde y mal a su implantación. Es un patrón que se repite en una España que tras los 40 años de franquismo, quedó atrasada y sigue arrastrando ese pasado.
Mientras que el norte de europa se llena de vehiculos eléctricos, centro europa sigue su estela, vemos que en España esa implantación aun va muy por detrás: falta de electrolineras, puntos de recarga y precios alto de los vehículos que los hacen muy poco atractivos e inaccesibles para mucha población.
Pero claro, el tipo de vivienda y forma de vivir en España lo hace aún mas innacesible: precios del vehículo eléctrico, puntos de recarga, salarios bajos, hacinamiento en grandes megaurbes...). Imaginemos que de repente una marca china saca un vehiculo eléctrico por 5000€ y se convierte en top ventas en España. Ahora viene el tema de donde recargarlo. Muchos garajes en España no estan preparados para ello, necesitan obras y en muchos otros ni hay espacio para instalar estos sistemas de recarga. Y en las calles... bueno...
Analicemos como son las casas en Oslo y sus barrios residenciales:
Oslo Norte: www.google.es/maps/place/Oslo,+Noruega/@59.9682516,10.7520887,2933a,35
Oslo Noroeste: www.google.es/maps/place/Oslo,+Noruega/@59.9667318,10.7037798,2916a,35
Oslo Oeste: www.google.es/maps/place/Oslo,+Noruega/@59.9624131,10.6384254,2944a,35
Oslo Sur: www.google.es/maps/place/Oslo,+Noruega/@59.8921781,10.7301491,4885a,35
Bien, Oslo, siendo la ciudad más poblada de Noruega, tiene barrios residenciales que rodean el centro de la ciudad llenos casas o "chalets" con su garaje y jardín. Es decir, es muchisimo mas fácil de que cada persona se instale puntos de carga en su garaje, donde tienen espacio, que en las zonas de cualquier calle de una gran ciudad de España, donde en muchas viviendas hay muchos vecinos y no ya garaje comunitario donde se pueda intentar hacer hueco para instalar los cargadores, sino, ni siquiera hay garaje:
Pero bueno, como todavía no se ha dado el caso de ninguna marca ofertando vehiculos eléctricos a 5000€, todavía no veremos colas interminables de gente cargando su vehículo eléctrico en la electrolinera ya que durante la noche no pudo cargarlo en ningun otro punto de carga.
Aunque bueno, las familias españolas bastante tendran con seguir pagando el alquiler en aumento, o la hipoteca a 30 años por una mierda piso en los alrededores de una ciudad que no te deja ni espacio para teletrabajar, como para comprar un vehículo eléctrico, así que para que los coches electricos llegen de manera masiva a España aun quedan décadas... de retraso como siempre.
Eso si, que la burbuja inmobiliaria que siga su curso, que los trabajos se sigan centralizando en las grandes ciudades, que se sigan construyendo mas y mas mastodontes de bloques de mini pisos a precio de oro, que los chalets y casas ajardinadas son para los ricos (y los noruegos, bueno, y en general para los europeos). Siempre me gusta recordar la gráfica de tipo de vivienda por país de Eurostat:
Pero eh, que los noruegos podrán tener la ciudad llena de coches eléctricos... pero Madrid tendrá la F1 y miles de personas hacinadas en sus mini pisos para pagar la fiesta... chupaos esa noruegos!
Otra consecuencia de las crisis actual de la prensa es que muchas informaciones se elaboran a base de notas de prensa que se publican tan cual se reciben, pero sin realizar ninguno comprobación sobre su contenido. En esta noticia de Expansión se asegura que el campo español habría perdido 75.000 autónomos en tres años. Ante un dato así, tan sorprendente porque significaría una perdida de la cuarta parte, lo mínimo que se le puede pedir a un medio es que lo verifique, cuando hacerlo es muy sencillo. Si nos vamos a las cifras oficiales de afiliación que publica cada mes el ministerio, vemos que el dato es rotundamente falso:
La pérdida es de 7.125, apenas un 2,7%. La han amplificado por 10.
En un artículo de ABC sobre los beneficios de las empresas del IBEX 35 se incluye un gráfico sobre los beneficios de las empresas por sectores que es evidente que está mal realizado: si el total es 51.527 millones, es imposible que las partes sean 11.920, 26.355 y 38.275 millones, porque suman bastante más que el total. Se puede ver que el error viene de haber sumado lo beneficios de Energéticas y Banca, que son en conjunto 38.275 millones, pero esa suma habría que habérsela restado al total para obtener el resto y no ponerla directamente.
Pero no es el único error que aparece en el ABC de los últimos días fruto de que nadie comprueba nada antes de publicar. En el número de hoy, en un artículo sobre EREs, se incluye otro gráfico en que han puesto mal las etiquetas de las variaciones, ya que en todos los meses ponen exactamente el mismo valor, 3,49%, que no se corresponde con lo mostrado en el gráfico. Da toda la impresión que esa era la variación para el valor inicial y luego la han puesto para todos.
Recuerdo hace tiempo, en un grupo de Whatsapp de escritura literaria, que comenté lo que me había parecido la novela de El Guardián entre el Centeno. Hablé sobre que el protagonista parecía un adolescente amargado, pero que en realidad estaba justificado, que tenía un buen fondo y que sus valores resultaban un arma de doble filo ante la hipocresía de la sociedad en la que vivía. Además, protegía e intentaba encauzar por buen camino a su hermana pequeña, resultando que este protagonista tan mal hablado y capullo tenía gestos ejemplares.
Es entonces que uno de los miembros más jóvenes del canal dijo: ¡No hagas spoilers!.
Y eso me dejó pensando. Todavía recuerdo ese comentario.
Porque, ¿spoilers de un libro ya considerado clásico? Ese choque da qué pensar porque, El Guardián entre el Centeno, no aplica a los tópicos de las historias actuales, tan dominantes y comunes. Ese concepto de aquel usuario más joven, reflejo de esta época, expresaba sin decirlo que las historias ahora se basan en giros de trama, en recalcar con fuerza el concepto de inicio, nudo y desenlace. Ahora las historias se consumen, y hay que verlas o leerlas antes que nadie para que no te destripen la trama. Se lee asumiendo que es lógico que haya secretos en la historia, que hayan vertientes inesperadas: todo resulta un trabajo de intentar convencer al lector. ¿Convencerlo? ¿Pero los libros no tratan de hacer pensar, de intentar profundizar sobre aspectos del ser humano? Son descendientes de la filosofía, o así he creído yo, un ingenuo víctima de mi época.
El Guardián entre el Centeno no posee la convención que parece obligatoria de “Un protagonista posee una vida hasta que de repente sucede algo que cambia todo”. Es entonces que lucha contra esa anomalía, convirtiéndose en otro tipo de persona, ganando o adaptándose a esa adversidad. La mayoría de historias son así.
Pero en este caso de El Guardián, se trata sobre conocer al protagonista, que intencionadamente nos cae mal hasta que al final lo conocemos a fondo y apreciamos sus valores. Es un aspecto de la vida misma, nos ha sucedido a todos al conocer a una persona, resultando que la primera impresión no suele acertar, y que todas las personas tienen sus motivos para ser como son, y que de todos podemos aprender por poco que sea.
Ale, os he “spoileado”. Ya no podéis leer el libro. Os he roto todos los esquemas al hablaros de un aspecto vital de la vida. Qué concepto más absurdo el de aquel chaval que ve las novelas como entresijos esquematizados, donde ciertos puntos nos sorprenden con artificios poco vistos para los que han leído menos, truquillos manidos para los que buscamos alguna novedad de verdad entre los best-sellers.
Y es que destripar la supuesta trama de este libro, es como hablar con alguien sobre la vida. Es como contarle una experiencia personal a un amigo/a cercano/a (que si nos fijamos, la experiencia narrada posee su nudo, que es lo que nos interesa, y en todo caso el inicio para saber cómo se llegó hasta ese punto, resolviendo el final por nosotros mismos al opinar sobre lo que le ha sucedido a esta persona cercana). Filosofar sobre la vida es algo natural y necesario, y poco a poco voy entendiendo porqué ciertos libros son considerados clásicos, por básica que aparente ser su trama.
La intención de este artículo es expresar lo chocante que me resultó el concepto tan básico como lo es un spoiler para un libro como este. Con otro tipo de situación igual no me habría dado cuenta, y de la inocencia o ignorancia se aprende.
Puedo hablar de El Viejo y el Mar y chivaros si al final el pescador logra llevar al grandioso animal pescado a tierra, pero en realidad eso es lo de menos: para mí fue un libro que habla sobre perseguir y lograr tus objetivos y sueños, sin importar la edad, y aunque os esté desvelando la esencia del libro (aunque más bien es mi interpretación del mismo) no estoy estropeando nada, porque es la forma de contarlo, la experiencia de su autor, que nos habla como con alguien cercano en una cafetería, lo que importa. Eso es personal para cada uno, y por mucho que te cuente al detalle el libro, no te voy a estropear nada, porque al acabar de leerlo vas a sacar tu conclusión y experiencia imaginada. Esa es la magia de las buenas historias.
No sé si la inteligencia artificial decidirá, finalmente, acabar con nuestros padecimientos mediante la extinción o mediante una tiranía ilustrada; cada cual que elija su utopía o distopía favorita. De lo que sí estoy seguro es de que, al menos a corto plazo, nos va a hacer más cutres todavía.
Estaba perdiendo el tiempo en la red cuando me he topado con este artículo de Xataka. No me ha llamado la atención el titular, sino la imagen que lo acompaña. El texto habla sobre los distintos cuellos de botella demográficos que nuestros antepasados han sufrido y sobre las migraciones causadas por el clima. La ilustración, supongo, es el resultado de algo así como “quiero una imagen de homínidos prehistóricos iniciando una migración”. La IA de turno le ha obsequiado al perpetrador del artículo con una especie de humanoides que parecen a punto de irse de viaje a Benidorm o de pícnic al campo. De esa forma, han preparado sus trolley del pasado, que son iguales a las actuales pero sin ruedas, sus maletas perfectamente cuadradas y sus mochilas de acampada, sobre las cuales enrollan sus sacos de dormir al estilo napoleónico. Parecen obligados a levantar su antiguo campamento, formado por tiendas de campaña del Decathlon y enseres diversos, como botellas de cristal, pues ya se sabe que los excursionistas hemos dejado basura en el campo desde antaño, como tradición.
Por supuesto, no es cuestión de culpar a la pobre IA, ese milagro tecnológico que todavía está en pañales, sino de decirle al pobre becario que habrá ilustrado el artículo que, aunque está muy bien eso de estar a la última en la moda tecnológica, una simple búsqueda en el viejo Google seguramente le habría proporcionado una imagen con la que vestir el artículo un poco menos bochornosa.
En fin, tampoco es cuestión de criticar por pura afición, pero me resulta chocante esa tendencia a utilizar la inteligencia artificial para todo, aun cuando los resultados obtenidos sean peores que los de métodos tradicionales. Entiendo que, por ejemplo, para generar un texto que cuente algo generalmente conocido, se pueda recurrir a estos servicios. El problema es que el resultado no suele ser perfecto y el usuario se ve ante la siguiente disyuntiva: si he utilizado ChatGPT para ahorrar tiempo, ¿voy ahora a perderlo revisando lo que ha escrito? Es entonces cuando nuestra vagancia y cutrez se manifiestan en todo su esplendor.
Si tiene más envíos que comentarios, si casi exclusivamente comenta en sus envios, más azul que naranja, y si envía de los medios para los cuales trabaja, spammer seguro.
Ejemplos ha habido y los sigue habiendo. Mucho se habló del banday pero poco de los que hoy se dedican machaconamente desde las oficinas de su partido o de su empresa a dar salida a su agenda.
Muchos de ellos tienen nombre y apellidos. Sólo hay que ir a los primeros envíos y ver quiénes son los autores.
Lo que no está claro es si los dueños y administradores lo permiten, lo toleran o directamente lo fomentan. Porque casos de spammers sancionados, aparte del banday, ha habido unos cuantos, nuevamente con nombre y apellidos.
Ya sé que es un ejercicio de política- ficción y que intervienen otros factores, pero he hecho las cuentas de los resultados sumando los votos obtenidos por Podemos y Sumar en estas elecciones vascas. Resulta que habrían sacado tres escaños, uno en cada provincia.
En Álava, todo quedaría igual, y PSE- PSOE habría perdido dos escaños, uno en Vizcaya y otro en Guipúzcoa.
El anterior gráfico publicado en la portada de Expansión es un buen ejemplo de que hay gráficos que los hacen directamente a ojo. Puede comprobarse que la diferencia entre el valor de 0,8 y 0,7 es el doble que entre el valor de 0,9 y 0,8.
Y el siguiente gráfico de El Español es ejemplo de como se trunca la escala para exagerar las diferencias (a favor, evidentemente, de El Español). Puede comprobarse que la barra asignada a los usuarios únicos de El Español es más del doble que la asignada a The Huffington Post, cuando los valores no lo son. En un gráfico en que se respetase la proporcionalidad, el aspecto sería así:
Los precios de la vivienda están altos por toda España, pero en unos sitios la cosa está descontrolada y no ya por las nubes, sino por la galaxia. Hay determinadas ciudades que no es que estén por las nubes, es que estan por la via láctea en cuanto a precios tanto de compra como de alquiler.
Además, ciudades como Madrid y ultimamente en menor medida Barcelona, siguen concentrando gran cantidad de puestos de trabajo (el otro dia una noticia decia que el 52% de las ofertas TIC de España estaban sólo en Madrid) que unido al descenso del teletrabajo (España vuelve a la cola del porcentaje de teletrabajo de Europa), la compra de vivienda por parte de sociedades y fondos de inversión, la turistificación y nómadas digitales están haciendo que la demanda de vivienda siga aumentando y con ello los precios se superen mes a mes en una competición sin fin donde el futuro de estas ciudades son que unicamente podran vivir los millonarios y los turistas.
Haciendo una pequeña comparación de precios de vivienda en Idealista en diferentes ciudades, la diferencia de precios y tamaños de vivienda son claras y denota la clara necesidad de redistribuir todo tipo de trabajos por otras ciudades de España y dotarlas de servicios e infraestructuras para que se instalen empresas y trabajadores puedan acceder a vivienda a precios mucho mas asequibles que en Madrid, Barcelona y otras ciudades. Y es necesario también formentar el teletrabajo 100% que haga a mucha gente no depender de ir alguno de los dias a la oficina lo que le obliga a vivir en un radio asumible en la zona de la empresa.
Comparemos precios de 2 ciudades pequeñas con Madrid (un barrio del sur y un barrio del norte):
Aranda de Duero: www.idealista.com/venta-viviendas/aranda-de-duero-burgos/
Algunas de las entradas que vemos son:
Astorga: www.idealista.com/venta-viviendas/astorga-leon/
Madrid (Carabanchel): www.idealista.com/venta-viviendas/madrid/carabanchel/
Madrid (Hortaleza): www.idealista.com/venta-viviendas/madrid/hortaleza/
Publica The Objective un artículo sobre la afiliación de extranjeros respecto a su población que es un ejemplo claro de lo que nunca se debe hacer al comparar datos, que es hacer la comparación entre datos de periodos temporales distintos. En este caso han tomado el dato de población del INE a fecha de enero de 2022, pero los datos de afiliación de la SS de mayo de 2024, lo que hace que salgan cifras para algunos países fuera de toda lógica. ¿El 74% de los venezolanos residentes en España cotiza?, no, lo que ocurre es que el número de venezolanos residentes en España ha aumentado mucho en los últimos años (un 30% sólo entre enero de 2022 y enero de 2023), por lo que al comparar datos entre los que hay una diferencia temporal de más de dos años, salen resultados erróneos.
La comparación más correcta sería la que se hace entre datos del mismo periodo, en este caso de enero de 2023 porque es el último para el que el INE tiene publicadas cifras detalladas de residentes extranjeros por países. Pero en este caso salen unos porcentajes de cotización respecto a población de algunos paises muy alejados de lo que The Objective ha publicado: para Perú llega a ser un porcentaje inferior a la mitad del publicado.
Por otro lado, no hay que obviar que el artículo tiene también un tufo racista, ya que se trataba de dar la impresión de que los marroquíes que viven en España no trabajan y viven de ayudas. Así se destaca que, al margen del caso especial por los jubilados de Reino Unido, Marruecos es el país con menor porcentaje de afiliación, cuando la realidad es que es similar al del resto países y hay varios con porcentajes inferiores.
Hay exceso de obras, y desde siempre ha sido imposible conocerlo todo; ahora más que nunca. Me viene a la mente cuando Borges hablaba de lo inconmensurable, lo inabarcable de las posibilidades que, como es imposible de concebir, abruma y satura sin necesidad real. Abstractos inexistentes que afectan. La mente no está preparada para un número tan inmenso que resulta lo mismo que el infinito.
Por partes.
El arte o lo creativo hace ya simbiosis con el consumismo. Ser creador supone asumir que tus obras deben darse a conocer, y por consiguiente obtener beneficio de ello, el que sea. Ya no se crea sin un motivo claro, tan introducido y arraigado está el consumo en todo. Aquí se viene, o a consumir, o a producir, y siempre a cambio de algo. No me haga usted perder el tiempo.
Irónico.
Y es esa falta de tiempo -o exceso del mismo- que consumimos con premura o incluso por presión social. Tienes (remarco) que ver esta serie. Necesitas (es vital) ver y opinar sobre esta película. Y es un placer, vaya que sí, pero se ha convertido en rutina, obligación, en un imperativo social.
No tengo Netflix o similar por eso mismo, porque dejaría de tener tiempo hasta el punto de que ya no sabría quién soy. No exagero. Entre trabajar, dormir, ser social y esas cosas, y ocupar el tiempo libre, he olvidado parar y analizar el porqué soy así, por qué actúo por inercia. Nada, hay prisa, saca la faena a tiempo y te ves también a tiempo los diez capítulos de esa nueva serie para poder comentarla sí o sí con el prójimo. Es de suma importancia. Serás mejor persona, es una obra profunda capaz de abrirte hasta el o...
Basta.
Me resulta increíble que reniegue de la cultura. Me he criado con películas y series, videojuegos, cómics y música. Eran y son parte natural de mi vida, ya nadie piensa cuánto forma parte de nosotros. La cultura me ha criado, y a veces mejor que mis padres, atrapados en fábricas.
Las series dan lecciones y moralinas cual profesor hastiado, con la excepción de las clásicas que todos recordamos por enseñar esa lección de vida digna de un maestro (que no es lo mismo que profesor). Pero, ¿son lecciones realmente tan genuinas que podemos aplicarlas al mundo real? No deja de ser un reflejo, y su incursión en lo real resulta torpe o en ocasiones poco acorde. Me estoy alejando de lo principal, pero lo abordaré al final.
No pienso ponerme Netflix porque me lo debo. Me debo tiempo para mí, tiempo para pensar por mi cuenta y, lo principal, descansar la mente. Vivimos en una actualidad de rellenar el tiempo para luego opinar sobre ello al aire (redes sociales) o con los cercanos (integridad e identidad de grupo, aunque los cimientos de la amistad se estén descuidando por culpa de estas distracciones constantes).
No queremos sentirnos desplazados, y esa subcultura que hacía feliz a su manera al friki de la clase se ha convertido en moda. Visto con perspectiva, me doy cuenta que fui de las primeras víctimas o conejillo de indias del consumismo metiendo la zarpa en ese tipo de ocio. Tengo ahora la impresión que veía al Goku porque me lo impuso la televisión, los medios, y me lo remató la publicidad de productos relacionados; por no hablar de los amigos, que desde niños somos Spam con patas, comerciales sin sueldo del producto de moda.
Una cosa lleva a la otra y terminas viendo otros animes y leyendo manga, y de ahí saltas a los cómics en general, y de ahí a ampliar el tipo de películas, y los videojuegos están relacionados, claro, y... Un suma y sigue que hace llenar tu habitación y tu interior con un tipo de cultura que, siempre, tienes que pagar por ella. Está la cultura que pertenece a todos, que no cuesta nada, y está de la que hablo, marcada por tendencias. En algo hay que gastar el dinero, se dice. Frase peligrosa.
No lo puedo evitar, deseo (ansío) leer una cantidad ingente de libros y cómics, escuchar cantidad de discos, jugar a los mejores videojuegos y ver las películas y series que marcan como el fuego, las consideradas sagradas. El culto, la secta. Tienes que adorar a X, ha creado la película del siglo...
Es una costumbre que me he o me han inculcado desde niño. Lo disfruto y aprendo de ello, lo comparto con quienes quiero y aprecio, y lo alabo porque crear tiene trabajo y mérito. Pero me he saturado, siento que cada vez hay más obras interesantes y que si no tengo cuidado me pierdo algo importante (FOMO). Sin darme cuenta, el tiempo libre se ha convertido en una obligación para con la cultura. Tengo dos trabajos.
HAY que leer el libro de moda. HAY que ver esa película de la que todos hablan. HAY que escuchar y opinar sobre el último de tal músico... Lo irónico que el tema de conversación se agota pronto: "¿Has escuchado el último disco de tal? Sí, tío. Está guapo, ¿eh?", y a otra cosa. Ya no se analiza para uno mismo el valor real de esa obra, lo que quiere expresar, y es por culpa de la enorme cantidad. Deseas escuchar enseguida otro disco de otro artista porque la pila o torre se acumula junto a las otras de libros, cómics, juegos, locura...
Administrarse el tiempo ayuda, es obligado, y eso mata el sentido mismo del ocio, que es disfrutar de un momento para ti sin reglas ni responsabilidades. Pero al ubicarlo dentro del tiempo, se define, se estructura en un plazo porque dentro de X horas tengo que hacer tal para luego lo otro y... Encima convertir en rutina el ocio hace que pierda sentido. Se ha consumido tanto que cada obra se convierte en una más. Se vuelve costumbre, y es una obra detrás de otra, acumulando, venga, la siguiente, y eso logra que no se le dé valor, o incluso se consuma con prisas para ir a lo siguiente, perdiendo matices y detalles. Ya hay gente que ve series subtituladas al doble de velocidad. Venga, vamos, la siguiente.
Saturación. Parte de la culpa es la sobreinformación y el fácil acceso a la misma. Hay tantas listas de recomendaciones, tantas personas opinando, que bloquea. Tienes un género favorito y mil obras por analizar, que de lograrlo has olvidado la primera que viste/leíste, la cual quizá cambie de perspectiva si se vuelve a analizar... Aunque poco importa, porque de tanto consumir una obra detrás de otra, en realidad olvidas a los días lo que viste, leíste u oíste.
Y es que veo que las generaciones más jóvenes se han adaptado a este exceso. Les resulta natural y hasta lógico como forma de vida. Llega a tal punto, retomo el tema, que no parece que vivan en el mundo real. Les cría la ficción, y sus lecciones se basan en aprendizaje artifical. He visto a chavales que sus gestos y expresiones imitan a la de personajes de ficción. Fantasean más que la media y su visión del futuro parece no terminar de definirse. Asumen que la vida que llevan siempre va a ser esa, que nada va a cambiar. Los siento como víctimas del consumo, obligados socialmente a ver la película más taquillera o jugar al Fortnite si quieren formar parte de la sociedad. Si no juegas a ese juego, eres el raro de la clase. Qué inesperado giro de la trama, oye.
O, bueno, igual son/hemos sido víctimas de la adicción, de la subida de dopamina desde niños. Yonkis inconscientes desde siempre. Un episodio más y me voy a dormir, lo prometo.
Así que poco a poco me voy alejando de ver series y cine. No me reconozco. Voy a jugar menos a videojuegos (aunque estuve años sin probar ninguno) y a dedicarme principalmente a leer, lo único que no me satura y que de verdad me llena y mejora como persona. Por puro instinto de supervivencia, tengo que seleccionar, y ahí el método a seguir ya no está tan claro. ¿Quizá leer o escuchar el principio y seguir sólo si me llama? ¿Y si me estoy perdiendo algo importante al no dar una oportunidad? No es justo para los creadores tratar a sus obras de ese modo... Y así, continuaremos con la odisea impuesta de la sobrecarga cultural.
Es tan vasto el mundo que cuanto antes se asuma que es imposible conocerlo todo, mejor. Una pena, pero es lo que hay.
P.D.: A veces me dan ganas de decirle a un consumista nato de series que está tirando su vida a la basura. Con lo grande que es el mundo, e insistimos en quedarnos en una parcela. Conozco a gente que sólo habla de series y películas, ocultando así su falta de experiencias reales. Da para pensar. En fin.
A dia de hoy, la mera mención a la relación entre inmigración y dumping salarial le resulta indecorosa a la corriente principal de los "liberales de izquierda". A las élites económicas no les interesa tener un debate crítico, ya que se enriquecen del flujo constante de inmigrantes. Por tanto, lo que reina es un muro de silencio y sólo unos pocos economistas se atreven. Al analizar las consecuencias de la emigración masiva sobre los salarios se suele tomar como valor de referencia el salario medio. Por consiguiente los efectos detectados son pequeños. Esto es así porque no son todos los trabajadores, sino solo los de una cualificación no superior, ajenos a los sectores más tecníficados, los que sufren la competencia de esta inmigración.
Algunos economistas de Oxford sí están abordando la cuestión desde hace algún tiempo. Sus estudios demuestran que la inmigración afecta aparentemente poco al nivel general de salarios. No obstante los empleos en trabajos poco o medianamente cualificados sí que sufren sensiblemente las consecuencias de la inmigración. Llegan a la conclusión de que, en valores medios, sus salarios disminuyen un 5 % cuando la cuota de inmigración alcanza el 10 por ciento. Tampoco es por tanto casualidad que aquellos que cobran bajos salarios estimen de forma diferente el impacto de la inmigración masiva de aquellos que cobran salarios altos.
Sara Wagenknecht
"Los resentidos".
Pocas veces se ve a un mismo medio publicando en pocos días un gráfico correcto/incorrecto sobre el mismo tema. Es el caso de Expansión y de los gráficos que publicó en su portada el 13 y 19 de diciembre relativos a la evolución de los tipos de interés del BEC y la Fed. El gráfico del día 13 es incorrecto porque induce a pensar que los tipos de interés varían entre un valor y otro de forma progresiva, cuando esas variaciones son instantáneas. En cambio, el gráfico del día 19 sí es correcto y muestra la forma típica de escalera con esas variaciones instantáneas (para los puristas, ya se que eso no sería el gráfico de una función, que no puede tener tramos verticales).
Antes de que se nos pierda de vista el significado de la palabra, como le pasó a "facha", "feminista", "libertad", y otras muchas que se me ocurren ahora pero no voy a listar, creo que es importante señalar las que fueron tres principales características del movimiento woke.
En principio se trataba de luchar contra determinada opresión simbólica, y sólo decir eso de opresión simbólica ya se me ponen los pelos de punta. Su objetivo era visibilizar una serie de problemas e impedir que se invisibilizaran otros.
Lo que pasó a continuación ya es historia y todos sabemos en qué se convierten estos movimientos una vez son capturados por pequeños grupos de interés, lo mismo que sucede, por ejemplo, con movimientos asamblearios como el 15M y similares, una vez son cooptados por activistas que no desean ningún debate real pero necesitan imperiosamente el escenario y la narrativa de un debate.
Amigos... Perro no come perro, pero Gramsci sí que come Gramsci.
Cuando el movimiento Woke se enfrentó a opresiones sistémicas como la "apropiación cultural", vimos entonces que un blanco cantando blues era un canalla, mientras que un negro tocan el violín era un héroe. Y la gente de la calle, poco deconstruida ella, comenzó a recelar, por el simple procedimiento de la caja registradora.
-¿Supone esto del movimiento woke que mi currículum está diez puestos más atrás por no ser mujer, ni negro, ni gay?
-Sí, Harry, catorce puestos más atrás, porque hay que comopensar un daño histórico que...
-¡Pues a tomar por el puto culo, joder! dijo Harry.
Y así comenzó la cruzada antiwoke.
A los que la promovían, se la soplaba todo: querían obtener ventajas, o discriminación positiva, o compensación, o pollas en salmuera. Salir ganando con la ley del embudo. Punto.
A los que se opusieron, les jodía salir perdiendo. Por justicia,por esfuerzo, por la picha en hexámetros yámbicos. Querían que nadie, con razón o sin ella, se les colase en la fila.
Y así un tema de intereses prosaicos se convirtió en ideología y en trinchera cultural. Pero no es ni cultura ni ideología: es simple materalismo.
Marxista que es uno, en el fondo.
30 de junio de 2025, Abu Ahmad y su hija... en el café Al-Baqa, Gaza:
Abu Ahmad y su hija soñaron, pero el sueño no se completó.
El anciano Abu Ahmad y su hija fueron juntos a la cafetería Al-Baqa, frente al mar de Gaza.
Se sentaron allí, respirando la brisa, y comenzaron a hablar del compromiso: un joven se había presentado para pedir la mano de su hija.
Con ternura, el padre le preguntó:
- ¿Estás de acuerdo, hija mía? ¿Qué opinas?
Ella respondió con una sonrisa suave:
- Sí, padre, lo amo.
Él casi voló de alegría. Era su hija mayor, su orgullo. Tomó el teléfono inmediatamente y llamó al joven:
- Ven a la cafetería Al-Baqa... quiero hablar contigo en persona, junto a mi hija, antes de los preparativos de la boda.
El joven llegó poco después.
Abu Ahmad le dijo:
- Háblame de ti, hijo. ¿Cuáles son tus planes para la vida con mi hija?
El muchacho respondió con voz firme y ojos brillantes:
- Haré todo lo posible para que su hija sea la mujer más feliz del mundo. Quiero construir una vida de amor y esperanza junto a ella.
El padre sonrió con alivio:
- Entonces, con la bendición de Dios, mañana será el día del contrato matrimonial...
Pero antes de que pudiera terminar su frase, el infierno se abrió de repente. Una explosión, un bombardeo feroz... y los cuerpos volaron por los aires.
Abu Ahmad despertó entre los gritos, aturdido, ensangrentado, mientras la gente corría hacia él:
- ¡Abu Ahmad! ¿Estás bien? ¿Estás vivo?
Miró alrededor con desesperación:
- ¿Dónde está mi hija? ¿Dónde está el joven? Estaban aquí... estaban justo aquí... ¡¿Dónde están?!
Se levantó tambaleándose. La sangre cubría su rostro, y lo que vio lo dejó sin alma: más de cuarenta cadáveres dispersos... la sangre formaba charcos...
Y entonces los vio: la cabeza de su hija, separada de su cuerpo. A su lado, el joven, gravemente herido, apenas respiraba.
Abu Ahmad se acercó, y el muchacho balbuceaba, con voz casi apagada...
El padre de la muchacha le dijo:
- Te casarás con ella... en el Paraíso, si Dios quiere.
Luego, el prometido pronunció la shahada... y murió.
El padre de la novia cayó de rodillas, levantó las manos al cielo:
- Oh Dios... lo acepté como esposo para mi hija... ahora acéptalos a los dos, como pareja el paraíso, en los jardines del Edén...
En medio de este brutal genocidio, seguían intentando dibujar una vida, un futuro... pero tampoco les dio tiempo para soñar.
Entrevista a Abu Ahmad.
Autor: Abu Ahmad (superviviente)
Traducción: Prof. Dr Riad Ali El Aila Al Hakim
Relacionado
Cualquiera con unas pocas nociones de historia sabe que la conspiración de los idus de marzo del año 44 a.C. acabó con la vida de Julio César, a la sazón emperador romano. Lo que poca gente sabe es que el magnicidio no estaba organizado muy exhaustivamente y que al poner el plan en marcha hubo un baño de sangre debido a la torpeza de los propios conspiradores.
Tal y como explica Mary Beard en su libro “La herencia de los clásicos”, había una serie de senadores que se habían puesto de acuerdo para asesinar a César durante la asamblea de los idus de marzo en la Curia de Pompeyo, que era el lugar donde se reunían. Tilio Cimbro fue el primero que se acercó y se postró a los pies del general para pedirle perdón para su hermano, que estaba en el exilio. Le agarró por su toga para que no pudiera moverse, y al dejar al descubierto su hombro fue la señal para que el resto atacaran.
Casca fue el primero en apuñalarle, aunque Beard señala que erró el golpe y solo le rozó el cuello. César aprovechó unos instantes, tomó su estilo (una especie de punzón que se usaba para escribir) y trató de defenderse con él.
Pronto se aproximaron otros veinte hombres que ya estaban esperando su turno para rematar al gobernante. Estos senadores tampoco anduvieron muy finos de puntería y varios se apuñalaron unos a otros.
Según el relato de Nicolás de Damasco, Casio se lanzó contra el emperador pero acuchilló a Bruto en la mano. Otro senador, Minucio, hirió a Rubrio en el muslo. Son varios los historiadores que, basándose en narraciones de testigos supervivientes del hecho, señalan que en aquella acción tuvo que correr mucha sangre y no solo de César.
Es muy probable que la famosa frase “Et tu, Brute?” no se llegara a pronunciar, en medio del batiburrillo de dagas y sangre, y según Beard tampoco Bruto asestó el golpe final. Sin embargo, la narración que prevalece ahora mismo en el imaginario colectivo tiene estos episodios porque los imaginó Shakespeare para su obra “Julio César”.
Si seguimos la narración de Suetonio (más cercana en el tiempo a la del autor británico pero no fiable al 100% según los historiadores actuales), César recibió veintitrés puñaladas pero solo fue mortal la que le asestaron en el cuello. Se supone que participaron unos sesenta senadores en la conjura y muchos de ellos activamente con sus dagas.
La reconstrucción de la narración de Livio indica que, si bien al principio los senadores que no estaban en el ajo se quedaron paralizados, huyeron tan pronto Bruto se alejó del cuerpo de su padre adoptivo. Esta estampida de senadores chocó con las cientos de personas que salían de un espectáculo de gladiadores que acababa de terminar en ese momento y, como no pudo ser de otra manera, cundió el pánico.
Según el relato de Adrian Goldsworthy, la esposa de Julio César, Calpurnia, había tenido una pesadilla y le pidió que no acudiera al Senado aquel día. Sin embargo, aconsejado por otro senador decidió ignorar los malos augurios y encaminarse al trabajo.
Además, se la la circunstancia de que hasta principios de ese año César tenía varios escoltas hispanos pero había prescindido de ellos tras el juramento de lealtad que se le hizo en el senado. En ese lugar el emperador se sentía seguro, tanto por el juramento como por el hecho de que fuera un lugar sagrado en el que no se debía emplear la violencia. Por desgracia se equivocó.
En poco más de un año Bruto consiguió negociar una amnistía para los participantes en la conjura y acuñó una de las monedas romanas más famosas, que tenéis sobre estas líneas. En ella podemos ver dos dagas y entre ellas un pileus, un gorro que se les ponía a los esclavos romanos cuando eran liberados. Bajo ellos podemos leer la fecha, idus de marzo.
En conjunto, podemos decir que la conspiración de los idus de marzo fracasó porque poco después se volvió al mismo tipo de régimen, encabezado por Octaviano (que ha pasado a la posteridad como el emperador Augusto), que se había querido destruir. No obstante la fecha es lo suficientemente simbólica como para haberse convertido en un referente de liberación de un pueblo incluso a día de hoy.
Hace unos años, la erupción del volcán Eyjafjallajökull dejó a Europa sin tráfico aéreo. La ceniza volcánica que arrojó a la atmósfera dejó a muchos pasajeros en tierra, sobre todo los que tenían que atravesar el Norte de nuestro continente. Pues bien, ese no ha sido el volcán más mortífero de la historia, pero es posible que en el top 3 se encuentre el Laki, del que os hablaré hoy. El volcán Laki no es exactamente un volcán, sino una fisura volcánica está en Islandia y entró en erupción el 8 de junio de 1783 durante ocho meses y cambió el clima europeo durante los años sucesivos.
La erupción tuvo su origen en el sistema volcánico de Grimsvötn, en la fisura de Laki que ha sido la que se ha hecho famosa tras el incidente. La actividad volcánica no cesó hasta febrero del año siguiente, y sus efusiones basálticas arrasaron una amplia zona de la costa suroriental de Islandia.
Los gases tóxicos que emanaban del volcán provocaron la muerte de la quinta parte de la población islandesa, cerca de 10.000 personas y al 80% de las ovejas. Las poblaciones de vacas y los caballos se redujeron a menos de la mitad y los cultivos de aquel año no lograron salir adelante. La muerte sobrevenía al mezclarse el dióxido de sulfuro de la nube con el vapor de agua en los pulmones de las víctimas, que no podían explicarse el fenómeno.
Para los supervivientes el espectáculo era estremecedor, ya que veían el cielo cubierto de humo y el suelo cubierto de ceniza, según documenta una crónica escrita en Copenhague y publicada en octubre de 1783 en La Gaceta de Madrid. Como consecuencia de los gases y la ceniza, durante tres años una hambruna asoló a los supervivientes islandeses.
Empujada por los vientos, la nube tóxica se fue desplazando en dirección sureste y en una semana llegó a Noruega y Bohemia. El 18 se instaló sobre Berlín y tan solo dos días después París. A Gran Bretaña arribó el 23 de junio y todo quedó cubierto por un polvo sulfuroso. Aquel verano fue conocido en Londres como sand-summer (el verano de arena) y fue al principio especialmente caluroso, aunque conforme pasaban los días la bruma actuaba de pantalla y la temperatura media en el continente bajó unos tres grados.
Sumado a la pantalla de la bruma, muy pronto comenzaron a darse violentos aguaceros y granizadas que contribuyeron a la bajada de las temperaturas. El otoño fue más lluvioso y frío mientras el invierno fue más frío que lo habitual. Esto provocó la muerte de muchas cosechas y después de muchas personas por la hambruna y las enfermedades consecuentes.
Aquel verano de 1783 se registró un aumento de 20.000 personas fallecidas en el Reino Unido (dato que conocemos gracias al registro de las parroquias) y el invierno sucesivo de unas 8.000. Esto era una consecuencia combinada de los desastres naturales que se desataron junto con la hambruna posterior a la erupción.
Los europeos que no estaban al tanto del fenómeno (básicamente los que no podían leer las noticias o no tenían fuentes fiables que conocieran la actualidad del extranjero) se admiraban de la niebla que se había instalado en el continente durante varios meses. El disco solar iba adquiriendo diferentes tonos cuando su luz atravesaba el tamiz de cenizas y gases, desde el blanco a uno más rojo que se veía como signo de malos augurios.
Aunque muchos periódicos de la época se hicieron eco de lo curioso del clima europeo, nadie relacionó los cambios con la erupción del volcán y casi todo el mundo achacó los cambios al designio divino. Bueno, excepto Benjamin Frankin, a la sazón en misión diplomática, que mencionó que podría haber una relación en una conferencia pero no fue muy secundado.
Hoy en día se considera que una de las (muchas) causas que provocaron la Revolución Francesa fue la nube de humo de Laki, ya que malogró numerosas cosechas, tanto en el verano de 1893 como en los sucesivos, al ser el desencadenante de sequías, granizadas e intensas heladas. Todas ellas culminaron en una desastrosa campaña agrícola en 1788 y que puso en pie de guerra a los campesinos, que pese a que no producían ni siquiera suficiente para comer, tenían que seguir pagando impuestos.
Un fenómeno similar se vivió en Egipto, ya que el Nilo no creció lo suficiente ni en 1783 ni en los cinco años sucesivos, dejando a su paso grandes hambrunas que acabaron con numerosas personas. El Instituto Godard de Estudios Espaciales considera que esta sequía también tuvo que ver con el evento de Laki, que modificó el efecto de los monzones por lo que el río no se llenó lo suficiente.
En resumen, varias fuentes apuntan a que en total, la actividad de este volcán mató a unos seis millones de personas en todo el mundo y cambió el clima europeo y mundial durante varios años. En el imaginario colectivo islandés aún es la vara de medir que usan cuando se produce una tragedia y sus niños estudian con profundidad cómo funcionan los volcanes.
Si os interesa el tema y queréis profundizar (sobre todo en el aspecto meteorológico, en el que estoy muy pez y por eso he pasado de puntillas), os recomiendo estos artículos: en Survival Digital, la BBC, Futuro Pasado y por supuesto la Wikipedia.
La imagen que encabeza el artículo es una inundación en Wurtz el invierno de 1783, que se estima que fue provocada por la explosión volcánica.
Siempre es el otro el que te entierra,
el que entre salmodias y mortajas
aniquila la esperanza porfiada
de regresar a la vida,
el que apretando los labios
como tórculos abyectos
te conmina a que abandones,
te recuerda que es razón,
lógica y hasta ley
seguir para siempre muerto
si una vez ya lo estuviste.
Cuando niño, entre vahos de irrealidades,
cuando joven, entre nieblas surreales,
cuando adulto, habituado a claudicar,
siempre es otro el que te entierra
aunque tú le des la pala
y elijas la sepultura,
aunque encargues tú las flores
y hasta endeches la elegía,
porque a fuerza de buscarlos
siempre se hallan esos ojos
en que asoman el verdugo y el sabueso,
la correa y los grilletes,
esos ojos que te enhebran,
que te embridan
que derrotan a los miedos
allanando incertidumbres,
esos ojos que no engañan,
que son cárcel y lo anuncian,
que son losa y lo proclaman,
que son nicho y celosía,
y por ello tan deseados,
anhelados,
advenidos entre vítores y palmas
del miedo a la libertad.
Siempre es el otro el que te entierra,
el que te lleva al olvido,
el que talla la cariátide
que sostiene tus pretextos,
el que arrasa cada idea
que dejaste en el tintero
a la espera de otro cálamo,
siempre es otro el que sepulta
los proyectos inconclusos
aunque tú entones el requiem
y hasta pagues a Caronte,
porque no faltan barqueros
para obras diferidas,
ni escasean los eternos
memoriales de tres días,
ni los deudos circunspectos
preguntándose qué deben,
ni las cartas enmohecidas
acaso ya de antemano
con negros recordatorios
que luego se desvanecen.
Pero es el otro,
siempre es el otro el que te entierra.
Porque nunca faltan manos
si es para abrir sepulturas,
ni hisopos,
ni plañideras,
ni días de celebrarlo.
Nunca faltan sacerdotes
consagrando camposantos,
ni cruces,
ni compromisos,
ni cadenas enmohecidas,
ni incensarios para el muerto
que mejor supo morir
y nos dio mejor ejemplo.
Así luego, con el tiempo,
cuando memorias bisiestas
se demoren en los nichos
interrogando motivos
para un naufragio de osarios,
podrán todos culpar a la impía mano del otro
y salir incólumes del juicio.
Y dormir,
dormir tranquilos
en tinieblas maniqueas
de salvaciones y abismos,
sin dudas ni inconsistencias,
sin resquicios ni fisuras
donde quepan dualidades
que interroguen la certeza de su estado,
sin ambiguas medias tintas
que corrompan
la inmutable esencia bífida del cosmos.
Dormir,
sí,
dormir por siempre,
porque el sueño es privilegio
de los puros,
los ingenuos
y los muertos
León, 14 de noviembre de 2016
Querido Juan:
Esa cosa con plumas que habéis encontrado en las excavaciones de Mileto no es el sujetador de Cleopatra, te pongas como te pongas.
Bien está ya que encontraseis en América un barco egipcio para confirmar las teorías de los mormones, o aquella losa sepulcral de Inglaterra que demostraba de manera indiscutible que Bill Gates es descendiente directo del rey Arturo, pero esto no. Esto ya es salirse de madre.
Por muy prestigioso que sea tu equipo, por llenos que estén los museos de piezas indiscutibles rescatadas por vosotros, me parece que esta vez te pasas. Y no me vengas con que la industria del sostén quiere darle un empujón al producto y ha puesto sus buenos cuartos para disipar las dudas. Esto no: esto ya nos hunde en el desmelene a todos los de la profesión. Cualquier día vendrás a decirme que san Pedro tenía un BMW porque has encontrado el logo en una catacumba, y no me parece serio.
O somos un poco dignos, sólo un poco, o nos vamos todos a tomar por culo.
Cuida un poco de nuestro trabajo, que nos ha costado mucho tiempo y mucho esfuerzo que nos consideren algo más que traperos y saqueadores.
Un abrazo.
Antonio.
--------------************-----------------
Baltimore, 23 de noviembre de 2016
Querido Antonio:
Sabes de sobra el amor que le tengo a mi trabajo, que es también el tuyo, y los años que llevo dedicado a esto. Sabes también que no he perdido el tiempo, y no tienes inconveniente en reconocer que los museos se llenan con piezas auténticas rescatadas por mi equipo.
Entiende entonces que una tontería de cuando en vez para conseguir fondos y atención de la prensa es un precio muy pequeño por poder seguir el verdadero trabajo. Si Microsoft pone dinero para segur trabajando en lo que nos interesa a todos, hago descendiente a su propietario no ya del rey Arturo, sino del mismísimo rey Midas. Si los mormones quieren un barco en América y lo pagan, o si la BMW quiere su logo en una catacumba, lo cierto es que me la bufa. Se los pongo y listos.
Mientras los gobiernos y los gobernados no sean capaces de interesarse por la verdadera cultura, pues les daremos circo. De cuando en cuando, esas pequeñas estupideces mantienen abiertas las excavaciones y a mi gente trabajando. Lo contrario es muy digno, muy ético y perfectamente inútil para la ciencia, para la historia y para todo. Dentro de diez años, o de menos incluso, sólo quedará de todo esto lo que de verdad se haya podido avanzar en el conocimiento de la Antigüedad. De lo otro, quizás una reseña en una antología de curiosidades, y gracias.
O sea que no me vengas con monsergas y dedícate a buscar dinero como sea para tu proyecto, que todo es mejor que quedarse en casa gruñendo contra lo malos que son todos. Imita mi estrategia: Yo no soy el que crea a los idiotas: simplemente los exploto.
Un abrazo también
Juan
En medio de internet, de las redes sociales, de la mensajería… lo habitual es que te llegue, junto a mil cosas más, una frase o pequeño vídeo motivacional a nuestro móvil o correo. Ese famoso “meme” que por unos instantes tendrá ese efecto de lograr sentirte mejor. Es algo parecido a lo que pasa con un chiste pero con un efecto más “trascendental”, porque piensas que estás viendo algo enriquecedor, serio o incluso con la chispa que necesitabas para replantearte tu futuro.
Es indudable que esas frases famosas, donde Paulo Coelho quizás sea su máximo exponente, en el momento adecuado puede causar ese “chute” de energía necesario, esa brizna de esperanza que siempre necesitamos en el día a día debido al cansancio, la falta de autoestima, los problemas, etc.
Incluso hay chistes con esas frases motivacionales y que conllevan el efecto doble o triple, ya que en ese momento somos por un momento conscientes del poder colectivo que han adquirido esas “golosinas para el cerebro”.
Pero (como no, siempre hay un pero) no dejan de ser eso, algo dulce que en su momento nos sabrán muy bien pero que en breve olvidaremos y que sus efectos no irán más allá del momento posterior a su lectura o visionado. Por supuesto que cuando las vemos nos sentimos como iluminados y nos resultará imposible no compartirlo con los demás porque, como frases bondadosas que son, nos hacen por un momento ser más generosos y acordarnos de los demás para que también tengan esa sensación. Incluso puede que las pongamos en nuestra habitación en grande como ese póster, foto o cuadro que en su momento nos encantó.
La pregunta es porque esas frases las necesitamos y las vemos una y otra vez en el sentido de porqué no terminan de enraizar en nosotros, porqué no nos hacen cambiar aunque sea un poco de verdad. Quizás solo nos conformamos con el efecto instantáneo que tienen y seguimos con nuestra vida. Quizás porque son bonitas, y como digo, a quién no le amarga un dulce, o quizás porque no las reflexionamos, y menos todavía las interiorizamos.
Quizás el efecto sea tan consciente en nosotros que el cerebro lo toma y lo deja marchar, como cuando vemos una serie que nos gusta, una película de acción o una comedia. Durante esos instantes nos sentiremos mejor, pero será raro, y ahí están las grandes obras de arte, que resurgen en nuestras cabezas después de haberlas visto, hasta de forma insconsciente o en sueños.
Las frases, los libros o cualquier expresión humana o de la naturaleza que nos harán cambiar de verdad son aquellas que se quedan en el subsconciente, que se quedan grabadas en nosotros sin quererlo, en el momento menos pensado. También esa misma consecuencia puede tener efectos nocivos o perturbadores. Nuestro cerebro no es inmune a todo lo que proviene del exterior y su caso más evidente son las experiencias traumáticas, aunque no haga falta llegar hasta allí. Tampoco por ver u observar algo perverso vamos a volvernos “malos” o enfermos, ya que también lo negativo, y menos mal, como pasa con las cosas buenas solo tocan lo consciente momentáneamente y se van la mayoría de las veces.
Solo las experiencias constantes o muy poderosas podrán llegar a cambiarnos de verdad. Y respecto a las obras de arte, los libros, etc. Muy pocas tienen ese poder, y ahí están las conocidas por todos que no quiero nombrar para no crear debates innecesarios y dejar su “poder” para otro momento. Luego están las que personalmente nos afectarán solo a nosotros por la causa que sea. De ahí el debate de las películas, libros, obras de arte… que si son buenas o malas, etc. Ahí es donde entra toda nuestra experiencia y expectativa personal.
Que hay personas que conocen este poder y se enriquecen o lo intentan conscientemente, por supuesto que las hay. Solo basta mirar una estantería de los famosos libros de autoayuda para ver la innumerable cantidad de autores que hay.
Que hay personas que transmiten todo esto que quiero contar aquí con su vida y con sus obras también los conoceréis, sea el ámbito o en la forma que más valoréis.
Al menos siempre nos quedarán las grandes o pequeñas creaciones que nos harán cambiar, o al menos sentir nuestra naturaleza humana, que son como esos buenos potajes que alimentan de verdad, pero también es verdad quién no le dice que no a una golosina en el momento oportuno.
Y hasta aquí la reflexión sobre el alimento de “nuestro de alma y de nuestro ser” para no caer en los tópicos o en historias ya contadas por otros, que con mucha mayor maestría os lo explicarán mejor, y que seguro ya conoceréis. Y si no las conoces pues ahí tienes internet y menos mal, las ventajas del siglo XXI, al menos por ahora. Siempre nos quedarán las grandes despensas como las bibliotecas o con el nombre que tengan.
¿Pero usted, a qué ha venido? ¿A que le demos el visto bueno a un reportaje que ya tenía escrito o a saber de verdad cómo son estos centros? Sea honrada, mire a la cara a la gente y con el tiempo, en alguna parte, hará ese programa con el que sueña seguramente. El que la saque a hombros de la televisión local para llevarla a una cadena nacional.
No, tranquila: no me las doy de psicólogo. Es que se le nota. Se le nota a la legua que viene a cumplir el expediente y que considera casi una ofensa que la hayan mandado aquí. No hay más que ver cómo va vestida. Si hubiese ido a entrevistar a un famoso se hubiese arreglado un poco, pero total para ir a ver el geriátrico, no hace falta. ¿A que pensó eso antes de salir de casa?
Pues aquí puede haber un buen reportaje.,. Uno cojonudo. De los mejores. No se rinda y mire a su alrededor. Mire con otros ojos. Con esos que pone ahora de mala leche.
¡Ríase, joder! Cáigame bien. Un gilipollas que le habla como le hablo yo tiene siempre algo que contar. Piense que no va a casarse conmigo, que sólo me tendrá que aguantar un rato, y que para su trabajo es fundamental caer bien a los bocazas. ¿O cree que el director o el administrador le contarían lo que le voy a contar yo? Yo soy un pringado que trabaja todos los días con los escombros del ser humano y se ha encontrado hoy, de chiripa, una chica guapa en el trabajo. ¿No soy el tipo de idiota ideal al que se le puede sonsacar algo? ¡Pues aproveche! ¡Sonría, cáigame bien y aproveche!
Eso está mejor.
A nosotros eso que pregunta de la ley del tabaco nos trae al fresco. Aquí hace muchos años que está prohibido fumar en todo el edificio, pero los celadores tenemos la costumbre de echarnos un cigarro, justamente en esta planta. En cualquier otro sitio, podría quejarse uno de los prisioneros, o de los huéspedes, que es como hay que llamar a los internos del geriátrico, pero los de la tercera planta son inofensivos. Le llamamos la planta de Víctor Hugo, porque aquí se juntan sus dos mejores obras. ¿No cae? Nuestra Señora es el nombre de la residencia, sí. ¿Cual a es la otra? Efectivamente: los miserables.
No, no. No piense mal, que no es nada de eso. No es porque en la tercera planta tengamos a ancianos con alzheimer, o a los pobres de solemnidad, ni a los enfermos terminales. No, que va. Esa sería la planta de Dickens, que también la hay. Luego si quiere la llevo a dar una vuelta por allí si le apetece hacer un reportaje lacrimoso y tal, con muchos viejecitos a los que los echaron de su casa porque no les llegaba la pensión para el alquiler, o porque le actualizaron la renta, o porque no les quedó más que media pensión, media mierda, cuando se quedaron viudas...
Pero esa, para otro día, o para luego, si quiere. Ahora le cuento lo de la tercera planta y por qué venimos aquí a fumar. Si apaga la grabadora se lo explico.
Sí, sin grabadora. Usted luego cuente lo que quiera y yo negaré lo que me dé la gana.
Venimos a fumar aquí porque en la tercera planta están los ancianos sin hijos, y cuando se tienen ochenta años, una pensión cedida por contrato a la residencia y nadie que te defienda en el exterior, estas jodido.
No me mire así, señorita. Usted ha venido aquí a conocer de primera mano la situación de estos centros, ¿no? Pues yo se lo cuento y luego usted escribe lo que le parezca, pero sin grabadora. Y si se escandaliza con tan poca cosa habría que verla a usted de corresponsal de guerra en Darfur, o en uno de estos conflictos tribales asquerosos como el de Rwanda, o el de Yugoslavia, que también por Europa manejamos el concepto ese de tribu, aunque nos las demos de avanzados.
En esta planta, como le decía, están todos los solterones, antiguos vividores, calaveras, viudos y divorciados sin hijos y algún que otro matrimonio sin descendencia. En general son gente que dejaron pasar los años de su juventud alejando la posibilidad de tener hijos porque les entorpecerían su vida profesional o porque exigían un tiempo y una responsabilidad que no podían o no querían dedicar.
Sí, sí, señorita. Me parece una opción como otra cualquiera. Muy digna. Como tirarse desde un puente. Allá cada cual.
¿Que no compare? ¡Cómo no voy a comparar! El que se tira desde un puente va hacia la muerte, y estos además de hacia la muerte van hacia la extinción.
Sí, ya sé que el mundo es una mierda y que hay gente que no quiere traer personas al mundo, pero ¡coño!, ¡ellos no se marchan, no! Porque si tan asqueroso es el mundo, ¿cómo es que no se cuelgan de un árbol? No, eso no. Aunque estén hechos una porquería, no faltan a la consulta del médico ni medio muertos. Y cuando se enteran de que una noche no está el médico o ven que nieva, lo primero que preguntan es “¿y qué pasa ahora si alguien se pone malo de repente?
Mire, señorita: después de veintiséis años trabajando en el geriátrico le aseguro que he hablado con ellos más que cualquiera. Y también hay algunos que no pudieron, por alguna enfermedad, o perdieron a los hijos por alguna desgracia, y a esos, discretamente, los trasladamos abajo. Aquí están sólo los otros. Y no me venga con películas a los Ingmar Bermann, que en este sitio no estamos para filosofías: no es que no tuviesen hijos porque el mundo les parecía una porquería. Lo que ocurría es que consideraban a los hijos una especie de competidores: seres dispuestos a robarles el tiempo, la atención y el dinero que querían dedicarse a sí mismos. Pensaban en un niño y se ponían celosos, porque el único niño de la casa tenían que ser ellos. Eso pasó. La inmensa mayoría reconocen que podían haber mantenido perfectamente a un crío o dos, pero eso les hubiese obligado a amoldar sus vacaciones a las épocas escolares, o les hubiese forzado a renunciar a un coche nuevo, o a salir a cenar con su pareja, habitual o eventual según los casos.
Lo que hicieron fue eliminar competidores. Sólo eso. No le dé vueltas. Así que ahora, les toca comerse el humo de nuestros cigarros, las sobras de ayer, o lo que les echen.
Así que los miserables somos nosotros, ¿eh?, Osea que se pone de su parte. Muy bien. ¿Cuantos años tiene usted, si me permite la pregunta? A su edad se le puede preguntar todavía sin ser impertinente. ¿Veintisiete?
Pues estos que ve aquí son los que la hubieran tirado a la papelera de una clínica de abortos para que no les estropease unas vacaciones. Y a sus vacaciones le hubieran llamado causa socio-económica.
Así que ahora, a joderse.
Y si alguno se pasa de listo, el médico del centro lo declara incapaz por enajenación mental, y se acabó.
¿Los sobrinos, me dice?
No me haga reír. Si incapacitamos a alguno, los sobrinos encantados, por supuesto.
De los parientes hablamos otro día. Y hasta de los hijos de algunos de otras plantas, si quiere. ¿Ve como se podía hacer un buen reportaje en este sitio?
Ahora queda en su mano. Material le he dado, y de primera.
A ver lo que le sale.
-------------
Recreación libre de algo vivido en León, 2005, con una compañera...
Dicen los mal pensados, y hay muchos, que la serpiente ganó tanto dinero vendiendo manzanas con extraños efectos sobre el conocimiento, que sobornó a los historiadores para conseguir que le echasen la culpa al camello.
menéame