Vayamos al grano: no hay nada que le gustaría más a Donald Trump que ganar el Premio Nobel de la Paz, cuyo anuncio está previsto para este viernes por la mañana. De hecho, la carrera contra reloj de las negociaciones en Egipto entre Israel y Hamas, auspiciada por el presidente estadounidense, parece alocadamente diseñada para llegar con un resultado histórico en vísperas de que el Comité Noruego pronuncie dentro de unas horas en Oslo el nombre del agraciado.