“Mira que trae cola el tema de las sillas”, dice Aurelio Zayas nada más comenzar la conversación. Hace casi tres décadas que trasladó 1.700 asientos del antiguo estadio Camp Nou a las calles de su pueblo natal, Langa de Duero, en la provincia de Soria. El municipio, de algo más de 700 habitantes, recogió el 10 de mayo de 1998 un cargamento de butacas provenientes de Barcelona con el fin de darles una segunda vida. Junto a tres amigos, extrajo 15.400 tornillos en menos de 24 horas. “También vinimos con 100 sillones de un anfiteatro catalán que s
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