#177 En ningún momento he dicho que no sufrais esos abusos. Lo que digo es que haceis norma de la excepción. Solo tienes que pensar cuántos hombres de los que conoces no te han hecho nada parecido a lo que cuentas
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#6 como bien dice #10 pocas mujeres podrán decirte que no han sufrido una situación de estas carácterísticas, si quieres te cuento algunas de las que he vivido en primera persona:
Un día en una discoteca a un tío con el que nisiquiera había hablado, se le puso en las narices que tenía que darme un beso (no me había dicho ni hola), intenté huir de él, hasta que llegué a la barra y no tenía escapatoria, por lo que lo único que pude hacer es girar la cabeza y recibir el beso en la coronilla, empujarle y decirle que qué cojones hacía. Se fue riendo.
Esa misma noche, en la misma discoteca al bajar al ropero a recoger el abrigo, un grupo de tíos me aplaudieron al grito de "vaya tetas". Por supuesto respaldado por las risas de los demás hombres que lo presenciaron.
Otro día, en el bus interurbano, me quedé dormida y al despertarme a mi lado había un chico que me miraba fijamente y que me empezó a pedir insistentemente que tuviera una cita con él. Yo le intenté rechazar amablemente, y siguió insisitiendo hasta que nos bajamos en la última parada y tuve que soltarle un "que no, joder".
Otro día más, en ese mismo bus, un tío haciéndose el dormido le intentó tocar el pecho a una amiga mía. No había manera de pararle hasta que mi amiga cogió unas tijeras del estuche y le amenazó.
Otra vez, al ir a un masajista a que me diera un masaje en la espalda, me pidió que me diera la vuelta. yo lo hice con la toalla puesta. Me la quitó y empezó a tocarme descaradamente las tetas. Yo, que no tenía muy claro en aquel momento si eso era parte del "masaje relajante" o se estaba pasando (ahora mismo tengo muy claro que era lo segundo), le dije que no me sentía cómoda con eso. Él le quitó importacia y siguió, hasta que me levanté y tuve que decirle que paráramos.
Podría contarte muchas cosas más, pero lo que quiero decir con esto es que sí es algo que ocurre a menudo y que aunque cada vez estamos más concienciados, estos actos siguen estando más normalizados y respaldados de lo que deberían. En ninguno de los casos, nadie salio en mi defensa, ninguno de los amigos del chico en cuestión le dijeron que parara, sino que le animaban, porque no se tiene consciencia de que sea una agresión, sino más bien una broma o una gamberrada. Un acto que reafirma lo machotes que son y se echan unas risas y hasta que no lo veamos como lo que es, este panorama no va a cambiar.