Historia de una reconversión exitosa, éstos son los ejemplos que hacen falta.
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La combinación de la sociedad, su estructura de poder y el territorio que controla es que lo se llama Estado.
En las sociedades que ocuparon la mayor parte de nuestra historia la fuente de poder coincidía en una sola estructura: una aristocracia dueña de la tierra y soportada por la religión. En las sociedades modernas el poder de la fuerza suele estar en lo que llamamos Estado.
El Estado como tal, surge junto a los ideales modernos de libertad, igualdad, seguridad y propiedad, enarbolados en el proceso de la revolución francesa, como sustitución del antiguo régimen de poder ejercido por la monarquía, en virtud del cual se establece el cuerpo del derecho y surgen las nociones de ciudadanía y sociedad civil.
Max Weber define: “El Estado es aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio, reclama para sí el monopolio de la violencia física legítima."
En cuanto a la relación Estado-ciudadanía, se basa en un contrato social que implica ciertas condiciones que permitan su legitimidad, como aquellas que otorgan la democracia, el sistema de partidos y la alternancia política.
El Estado encarna la institución de instituciones, poseedora del monopolio del uso legítimo de la violencia física como medio de coerción social en virtud del contrato social con los ciudadanos.
Hoy el poder coercitivo del Estado cobra una extraordinaria dimensión: las nuevas leyes del gobierno van dirigidas a hacer del "todo" imposible no ya una hipotética sublevación del conjunto de los ciudadanos del país ante la miseria y la falta de futuro en la que nos encontramos, si no la más mínima forma de protesta que les exija dar cuenta de sus acciones o les obligue a cambiar sus decisiones.
Los ciudadanos cuando depositamos nuestro voto quedamos totalmente desprotegidos ante esta partitocracia bipartidista que padecemos en la actualidad, que solamente piensa en perpetuarse en el poder, engañando a los ciudadanos. Al no cumplir sus promesas electorales ¿qué legitimidad les ampara? Los políticos han roto el contrato social, ya no responden de sus actos ante los ciudadanos, sino ante los mercados, los ricos y élites extractivas. Ya no les interesa mantener el contrato social que les legitimaba, han descubierto que no lo necesitan para ejercer el monopolio de la violencia y quieren apropiárselo privatizándolo a su servicio y el de las élites. La policía, la guardia civil, etc. no les pertenecen, son nuestras, de todos, del estado legítimo. Ahora un empleado esbirro del Corte Inglés nos va a detener, golpear, asustar…
Ante estas expectativas ¿qué podemos hacer los ciudadanos, pues ni podemos cambiar la Ley electoral, ni cambiar la ambigua Constitución que tenemos al no interesarle a este bipartidismo que nos ahoga? Y, lo peor de todo es que los ciudadanos nos hemos vuelto insensibles ante esta democracia corrupta y partidista que nos mal gobierna.