Me parece curioso que se piense que una presidenta mujer va a tener obligatoriamente que hacer una política diferente a la de sus homólogos masculinos. Igual que cuando ganó Obama, que se suponía un hito que iba a cambiar la vida de los negros en EE.UU.
Ya tenemos experiencias sobradas para ver que gente como Thatcher puede ser igual de psicópata y maligna que cualquiera, como es lógico. Ser mujer no la reviste de ningún aura especial de ética, ni buena ni mala. Ya veremos por dónde sale.
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