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"Se puede gargantear todo lo que se quiera pero a la garganta hay que prestarle el bolsillo. Sobre todo cuando el tono central en nuestra garganta es el mensaje de solidaridad con los más pobres, con los desvalidos y los que quedan al costado del camino", dijo el presidente.
Contrario a lo que se podría pensar, no hace falta ser millonario para ser parte del 1% más pudiente de la humanidad. Un dato que revela que la riqueza está concentrada en un segmento todavía más pequeño de la sociedad.