#6 Como has visto, una gilipollez es una gilipollez, la disfraces como la disfraces y la intentes justificar como la intentes justificar.
Celebro que seas fan de Sáenz de Ugarte. Conozco perfectamente, y en primera persona, aquel lamentable suceso protagonizado por Vigalondo y que Ugarte califica de brillante. No fue nada brillante, y su comportamiento posterior lo fue menos. Pero le salió bien la jugada.
El tema es que tienes que exigirte a ti mismo lo mismo que le exiges a los demás. Y no hay drama en ello. Pero parece que en este caso sí hay drama: doble rasero, injusticia, maniobra persecutoria, acoso y derribo... ok; el mismo que se hace en sentido contrario, con toda la razón.
No conviene perder la perspectiva.
#11 eclectico 