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Yoholanda

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Las vacaciones como animal mitológico [15]

  1. #11 El párrafo citado es una simplificación costumbrista, que escuché muchas veces en labios de personas sin perspectiva, sin pajolera idea de su significado en el conjunto de la sociedad. Es naturalismo rancio, psicologismo, costumbrismo. Una estampa literaria de la dictadura. Podría ser firmada por Miguel Mihura, José María Pemán, Buero Vallejo o el censor Cela sin despeinarse. Desde luego no por Alfonso Sastre.
  1. Es Benavente, no “Benvanete”.
    No hay tiranosaurios allá, sino víboras. Sobre todo por la sierra de la culebra.
    No había agua corriente, pero había muchos pozos. Uno en cada casa. Con brocal y todo. Y bombas manuales. El agua, mejor que la de las ciudades hasta el envenenamiento de los acuíferos por pesticidas y nitratos.
    Lo de evacuar era más pedestre. Normalmente, si había explotación ganadera, terminaba acompañando los montículos de estiércol del ganado que se venía como abono para las tierras. Yo ya no conocí a nadie que tuviera que ir al establo ha hacer aguas mayores. Y papel, “el Elefante”, como en las ciudades.
    La luz, se iba en muchos pueblos, pero siempre se suplió. Recuerdo en casa de mi abuela haber visto alguna lámpara de carburo, aunque no en uso.
    En los años 50 seguiría habiendo burros, bueyes y caballos. Después tractores y bicis.
    Lo de las vacaciones, depende. Si uno de tus abuelos era agricultor, tendría épocas en las que se inventaría qué hacer. Después de sembrar, ¿qué? Tiempo libre hasta la partida de mediodía en el bar. Lo de la huerta, más de lo mismo. El tiempo que habitualmente se gasta en una huerta depende, claro, del tamaño, pero en explotaciones pequeñas es parecido al que la gente gasta en ir a comprar al súper y nadie llama a eso “trabajo”. Vas de compra, ¿no? y a veces no a la vuelta de la esquina. Pues lo otro es ir por algún tomate o por lechugas.
    El ganadero lo tiene peor dependiendo de cuál sea el tipo de ganado y explotación, claro.
    Nadie se quedó en el pueblo, porque la competitividad de la producción se volvió otra. Y aumentaron las regulaciones de la administración por temas como el envenenamiento de los acuíferos citados, la hepatitis o la salmonelosis. Se dejó de poder abrir un local como antaño en la ciudad para vender melones y sandías, cosa que antes era común. Llegó un momento en que vender en núcleo urbano se hizo muy problemático, lleno de normativas y tasas y la vida rural como antaño se hizo imposible salvo convirtiendo el gallinero en una macrogranja y lo mismo con lo demás.
    Aparte, el escaparate que la TV metía cada noche en cada casa de una vida mejor a la que aspirar más allá, olvidándose de sus servidumbres y normalmente exhibiendo la vida de los ricos.
    Eso que tú muestras como un proceso simple dependiente de un factor de recreo, no lo es. La despoblación del campo tiene que ver con algo bastante más complejo que con las vacaciones. Es un proceso histórico en el que hubo interacciones de parámetros sociales y políticos muy diversos.
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