@Tumbadito @sacaelwhisky Entiendo por donde vas, pero veo matices.
A mi, una de las cosas que me encantan de la lengua española es su enorme riqueza, basada precisamente en la multitud de variantes que tiene pero lo mejor de todo: sin perder su esencia. Y soy más de aprender los modismos y las variantes locales antes que quejarme de que se usen. Por ejemplo, me encanta cómo habláis los argentinos, no solo por la entonación, también por un sinfín de modismos, frases y palabras que son la monda. Disfruté como un enano a su vez cuando estuve en Chile, y también me gusta la forma de expresarse de los venezolanos. De España, las entonaciones del cordobés son maravillosas, y así...
Quicir, que vale, que está bien expresarse lo mejor posible, pero esto no implica renunciar a la riqueza misma del lenguaje y si exigimos esfuerzo por un lado, también debemos exigirlo por el otro, por la parte del que escucha. Que no cuesta tanto ni es tan difícil entender diferentes pronunciaciones, ni cuesta nada preguntar por el significado de una palabra que no se haya escuchado antes. Eso enriquece.
La postura de @Or3, empobrece.
#14 Yo hablo del caso que nos ocupa. El que aparece en la noticia.