Aunque me cueste mucho admitirlo —y me avergüence profundamente—, hace unos diez años pasé por un problema serio de ludopatía. Fue un periodo oscuro, duro, y con consecuencias que todavía arrastro.
Para protegerme, me inscribí en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ), gestionado por el Ministerio de Consumo, que impide el acceso a páginas de apuestas online y a salas de juego bajo competencia estatal. Además, me registré también en el Registre d’Autoexclusió del Joc de Catalunya, que impide mi entrada a bingos, casinos y salones de juego físicos dentro del territorio catalán.
Es decir, estoy oficialmente vetado de cualquier lugar donde pueda jugar. Y lo decidí yo, voluntariamente, porque sé lo que me juega la vida ahí dentro.
Pero cada vez que entro en Menéame, me encuentro media pantalla ocupada por anuncios de apuestas deportivas. Me cuesta. Me afecta. Me recuerda cosas que preferiría dejar atrás.
¿Existe alguna forma de evitar esto sin recurrir a AdBlock u otras soluciones externas?
¿Hay alguna configuración, algún modo de ver Menéame sin estar expuesto constantemente a este tipo de publicidad?
Soy yo o lo de la publicidad está pasando de chabacano oscuro?.
Entre el espacio premium para la ludopatía y los pseudo comic cerdos, da un poco de vergüenza ajena la cosa.
Me viene a la cabeza la pareja de las hipotecas a tipo fijo en lo más fondo de su caída al pozo. No sé, un poquitito más de clase. Lo siguiente son banners de puticlubs.
Bueno, gente, acabo de leer lo que ha dicho @imparsifal de hacer el Nótame de pago. Si eso sucede seguramente no me volveréis a ver el pelo por aquí. Si alguien quisiera localizarme, estoy como Wayfarer en Twitter y thewayfarer.bsky.social en Bluesky.
Han sido diecinueve años interesantes en el saco, hubiera sido bonito llegar a los veinte.
Aunque me cueste mucho admitirlo —y me avergüence profundamente—, hace unos diez años pasé por un problema serio de ludopatía. Fue un periodo oscuro, duro, y con consecuencias que todavía arrastro.
Para protegerme, me inscribí en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ), gestionado por el Ministerio de Consumo, que impide el acceso a páginas de apuestas online y a salas de juego bajo competencia estatal. Además, me registré también en el Registre d’Autoexclusió del Joc de Catalunya, que impide mi entrada a bingos, casinos y salones de juego físicos dentro del territorio catalán.
Es decir, estoy oficialmente vetado de cualquier lugar donde pueda jugar. Y lo decidí yo, voluntariamente, porque sé lo que me juega la vida ahí dentro.
Pero cada vez que entro en Menéame, me encuentro media pantalla ocupada por anuncios de apuestas deportivas. Me cuesta. Me afecta. Me recuerda cosas que preferiría dejar atrás.
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Gracias @admin
Entre el espacio premium para la ludopatía y los pseudo comic cerdos, da un poco de vergüenza ajena la cosa.
Me viene a la cabeza la pareja de las hipotecas a tipo fijo en lo más fondo de su caída al pozo. No sé, un poquitito más de clase. Lo siguiente son banners de puticlubs.
Han sido diecinueve años interesantes en el saco, hubiera sido bonito llegar a los veinte.