#25 la gestión de las contingencias comunes por parte de las mutuas no descarga de trabajo al médico de la pública. Más bien al contrario, ya que si tienen una propuesta de alta por parte de la mutua la tienen que atender, aceptar o denegar (muchos médicos deniegan todo por sistema sin leerlas siquiera).
Pero estoy de acuerdo en que idealmente es positivo utilizar los recursos de las mutuas para agilizar la atención primaria. El problema es la situación actual de la sanidad pública, en la que esto fácilmente se convierte en una excusa para ir desmantelando y retirando recursos... además de que ya hay intención de facilitar que la pública contrate ciertas pruebas o servicios (como rehabilitación) directamente a las mutuas, y esto es una caída más en la pendiente resbaladiza en la que estamos inmersos, donde ya hay conciertos con hospitales privados para pruebas, cirugías, etc.
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no llego a entenderlo bien:
si se acortan los tiempos de asistencia y por tanto los pacientes pueden tratarse y mejorar antes de su problema de salud, incorporándose a sus trabajos antes que si estuvieran esperando por el Servicio de Salud de su comunidad ¿es bueno porque se curan antes y resuelven su problema de salud? ¿o es malo porque se incorporan antes a trabajar y están menos tiempo de baja?
si las mutuas ya se ocupaban de las contingencias comunes (además de obviamente las contingencias profesionales) en muchas empresas y no había problema con ello (cuentan con muchos especialistas además de médicos del trabajo: traumatólogos, rehabilitadores, neurofisiólogos, cirujanos plásticos, anestesistas, radiólogos, incluso cardiólogos), ¿es bueno usar esos medios y personal ya existente para agilizar tiempos de espera y resolver el problema a los ciudadanos? ¿o es malo por razones políticas y de planificación sanitaria?
no sé por qué nunca se menciona que los excedentes de las mutuas revierten a las arcas públicas, que por ley las mutuas solo pueden ver trabajadores que estén de baja (y no obviamente pensionistas ni niños, el artículo de Laboro es extremadamente sensacionalista y tendencioso) y tampoco se menciona lo que opinan los médicos de Atención Primaria de que les descarguen de trabajo y papeleo cuando están absolutamente ahogados, desesperados y maltratados (no debería ser así, pero las políticas sanitarias las deciden los ciudadanos en las urnas).
Creo sinceramente que la batalla por mantener una sanidad pública de calidad se libra en otros campos.