Una mala tarde...

Cerverus IV, la IA militar a cargo de los sistemas ICBM, sufrió un colapso la tarde de un jueves cualquiera y ordenó el lanzamiento de todo su arsenal nuclear contra el enemigo.

Nadie supo nunca que el punto, el puñetero error del punto que tanto había molestado en menéame durante unos días, tenia la culpa de todo.

Un bot recolector de información lo agarró durante su rutina depredadora en internet y lo entregó intacto al núcleo de inferencia de una serie de pequeñas IAs militares, que lo asimilaron.

Meses después, unos agotados programadores tuvieron que echar aun más horas extra para encontrar a la pequeña alimaña anidada en el código de Cerverus II y eliminarla, pero en el proceso, cometieron otros errores que fueron heredados por Cerverus IV, la cual, en la tarde de un jueves cualquiera, decidió que la vida no merecía la pena y que tenia que acabar inmediatamente con todos sus problemas, más concretamente, los que tenían dos patas.