Pudretteita

Los mineros del valle de Cabotes, cerca de la frontera con Surinam buscan la codiciada pudretteita entre el barro y los aguaceros tropicales, trabajando de sol a sol por una paga diaria: "Heroína", dice Marcos García Utiel enseñando su boca desdentada. El pago con droga garantiza que los trabajadores regresarán al día siguiente para seguir extrayendo los pocos kilos conseguidos cada mes. La pudretteita permite crear unos circuitos especiales que destruyen todo tipo de baterías modernas hasta en cien kilómetros a la redonda.

-Habrá que ajustar la paga a estos desgraciados, a ver si encuentran ya una veta nueva –dijo entre dientes el encargado de la zona minera, mientras le daba un sobrecito a Marcos.

Marcos se fue corriendo a su choza. Tras inyectarse la dosis diaria comenzó a pensar que mañana encontrarían una buena veta, mañana... Mañana... Maña...