“Es como si los españoles tuvieran miedo a la luz”. Lo dice Caroline Jurgens, una holandesa de 42 años que lleva viviendo en España desde 2005. Jurgens llegó a Madrid desde Ámsterdam y una de las primeras cosas que le chocó fue descubrir que las casas de nuestro país tenían las persianas bajadas durante gran parte del día. Quizá como rebelión a esta costumbre doméstica nacional, lucha por tener las de su casa madrileña siempre subidas. “Aquí se cierran todo el año, incluso en invierno, aunque no haga calor; los holandeses hacemos lo contrario".
Comentarios
He de decir que a mí me despierta todo. El LED de una televisión, si parpadea, es capaz de despertarme. Duermo con tapones desde hace más de una década porque basta un golpe para sacarme del sueño, al que resulta imposible entrar. Y claro, así es muy complicado viajar porque en los hoteles no se instalan persianas. ¿Por qué no? Que igual soy un caso raro, pero tendría que meter en ese saco a mi familia y amigos. Queremos persianas, oiga.
Si siguen los Holandeses criticando nuestras costumbres más esenciales... Tendremos que entrar en guerra con ellos o prohibirles entrar aquí porque esto no puede ser.
Sin persiana no hay civilización, es como el entretenimiento, muy esencial
Ahora en serio... Es un tema de horas de sueño, si tus horarios de sueño son irregulares, las persianas te ayudan a aislarte de la luz y el ruido,.