Charla de hoy con unos amigos.
Resulta que un electricista, por montarle un ventilador de techo, le ha cascao 150 euros. Así que la charla ha girado en torno a los precios de este tipo de trabajos, que están (al parecer) completamente liberalizados. Uno decía que debía haber ciertas tarifas oficiales, otro bromeaba con denunciar en el "Colegio de Electricistas", otro... En fin, estábamos bromeando mientras pedíamos otro café con hielo y sentados a la sombra.
La cosa ha terminado en preguntas del tipo: ¿Por qué no se puede fijar que todos los electricistas cobren a la hora XX euros? Porque, ha añadido uno, lo que se tardaría media hora en hacer lo harían en tres horas. Otro ha dicho que peor para él porque tendría menos trabajos en la jornada. Otro ha añadido que mejor que los materiales los compre el cliente, justo en ese momento ha saltado el de los 150 euros, diciendo que el ventilador lo había elegido él y traído a casa en su coche desde “Leeroy Jenkins” (broma)... Otro ha saltado con el concepto de que poner un ventilador de techo vale YY euros y punto, rebatida la idea con que no es lo mismo si tienes la instalación eléctrica en el punto de instalación o no, o si el modelo de ventilador es extremadamente complejo. Se me ocurre aportar la idea de pactar los precios antes y poco menos que se me tiran al cuello. Total, que las ideas más estalinistas han salido por generación expontánea, casi por generación expontánea. Tarifas organizadas por la provincia, oficiales, públicas y a tomal pol saco todo. Hasta que uno suelta eso de... ¿y si no las quiere cumplir el currante equis, qué, a la cárcel? De nuevo, vuelta a la casilla de salida.
Sin ideas, nos hemos quedado sin ideas, al final uno ha dicho que él lo arregla e instala todo en casa, bien, mal o regular, pero que le da lo mismo. Entonces le hemos recordado el tabique de pladur que puso en su casa y se cayó sobre el sofá a la semana de ponerlo.
Risas.
La cuenta y nos vamos habiendo arreglado el mundo como siempre: Mal.