Abandonar completamente las redes sociales es cada vez menos realista. Plataformas como Instagram o TikTok pueden ser indispensables para conectar con seres queridos, pero es fácil engancharse. A todos nos ha pasado: te envían un vídeo y acabas viendo gatos bailando canciones de Shakira una hora. Es divertido, pero te sientes frustrado e impotente. Resulta que sí se puede encontrar un equilibrio entre estar pegados a la pantalla y convertirnos en monjes budistas.
|
etiquetas: salud mental , tecnologia