El sospechoso, Sergei K., de 49 años, había sido detenido a finales de agosto en Rimini cuando se encontraba de vacaciones junto a su familia. La Justicia alemana le reclama por atentar en septiembre de 2022 contra infraestructuras del Estado, pero su equipo legal se oponía a su traslado. El abogado del sospechoso Nicola Canestrini ha dicho que, "a pesar de la gran decepción", confía en la absolución en Alemania.