Mientras el sol se pone sobre un campamento de desplazados en el sur de Gaza, Mosab al Trtori, de 20 años, se agacha junto a una hilera de plántulas de pimientos, tomates y berenjenas plantadas en la arena. El agua salada y la tierra poco fértil impiden cultivar, pero sus pequeñas cosechas ocasionales ayudan a alimentar a su familia en un lugar donde incluso los ingredientes más básicos pueden ser imposibles de encontrar y donde la principal actividad del día es buscar qué comer.