El partido del presidente, Rusia Unida, se perfila para obtener buenos resultados en la ciudad en las próximas elecciones parlamentarias, a pesar de la represión de la oposición y la caída de la popularidad en todo el país. Con la política rusa tradicionalmente dividida entre un puñado de grandes ciudades de tendencia opositora y un interior más pobre y favorable al Kremlin, Voronezh -una ciudad próspera que se parece cada vez más a la rica y liberal Moscú, pero cuyos residentes siguen siendo leales a Putin o apáticos- es un barómetro.
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