El cliente, Germán Guairles, tras pedir cuatro filetes, un poco de carne picada y dos huesos para caldo, se ha negado a pagar el importe que Carlos, el carnicero, le pretendía cobrar con el argumento de que eran unos precios desorbitados y sin sentido teniendo en cuenta lo bien que se está comportando España en los datos económicos. “¿La economía va bien y a mí no me llega para carne? Con los datos en la mano, no tiene sentido”, dijo Germán, según los testigos de la escena.