Publicado hace 1 año por ElenaTripillas a mujeresenlahistoria.com

Cosas tan insignificantes como un regalo pueden cambiar el destino de algunas personas. Eso fue lo que le sucedió a esta mujer de espíritu inquieto cuando George Eastman le obsequió con una de las primeras cámaras fotográficas de la historia. Por aquel entonces no eran como nuestros artilugios modernos con filtros y sencillos y rápidos procedimientos.